El gobierno de Miguel de la Madrid quiso imponerse en la historia como el de la renovación moral, un cambio necesario tras la mortal corrupción y represión de sus antecesores, los sismos de 1985 hace que se recuerde ese sexenio como la del presidente ausente e irresponsable ante la tragedia; la administración de Andrés Manuel López Obrador se propone como la Cuarta Transformación, cambio necesario tras la mortal corrupción y negligencia de sus antecesores, la pandemia marcó ya a este gobierno como de la máxima depresión.
Día negro, el tercero de la nueva normalidad, en que el gobierno federal reporta 11 mil 729 muertos por la pandemia, que suman 101 mil 238 casos confirmados acumulados de Covid-19 en México, de los cuales 16 mil 829 son activos. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud pidió a la sociedad que respetara las indicaciones de las autoridades estatales, que ahora son los responsables directos de la seguridad y salud de la población, en su cuenta de Twitter, Hugo López-Gatell, amplió su recomendación: “En este momento el país está en semáforo rojo; existe el máximo riesgo de contagio si se sale a la vía pública. Pedimos hacerlo solo cuando sea necesario y que no abran sitios de trabajo no esenciales”.
A la devastación provocada por los sismos de 1985 en la Ciudad de México, Miguel de la Madrid tardó más de un día en dar la cara, en medio de las ruinas, con muertos entre los escombros, casi 40 horas después del primer terremoto el presidente dirigió un mensaje a la población en el que ordenó a los habitantes de la ciudad “quédense en su casa”; mandó al Ejército a resguardar los edificios antes que auxiliar a la sociedad que desde el primer minuto se organizaba; rechazó la ayuda internacional porque “México tiene los suficientes recursos y unidos pueblo y gobierno, saldremos adelante. Agradecemos las buenas intenciones, pero somos autosuficientes”; ocultó las cifras reales sobre las consecuencias del siniestro; e intentó construir en su discurso la ilusión de la normalidad: “México está en pie, en pie todos, el país en pie”.
Días antes de finalizar la Jornada Nacional de Sana Distancia, teniendo a la vista la gráfica en ascenso sobre el número de contagios, el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó las medidas propuestas por algunos gobernadores y decretó la entrada a la nueva normalidad: “Vamos bien, ya se domó la pandemia, ya se alejó el riesgo de una saturación en hospitales que hubiese significado más pérdidas de vidas humanas y mucho dramatismo, eso afortunadamente ya se superó, desde luego tenemos que continuar con las medidas de sana distancia”.
Con tal de no contradecir al presidente, Hugo López-Gatell todos los días corrige con admirable paciencia a quienes no piensan como él, declara que con domar se refiere “técnicamente al hecho de que la Jornada Nacional de Sana Distancia, que pertenece al mundo de estrategias de mitigación comunitaria, logró” que se redujera la cantidad de casos por día y se difiriera la demanda de servicios hospitalarios. Como maestro en el aula, realiza importantísimas precisiones, como que las más de mil muertes a causa del coronavirus en un solo día son acumuladas, vaya, menos mal, es un consuelo para las víctimas y todos nosotros.
La administración de López Obrador intenta por todos los medios establecer que no son iguales a los gobiernos anteriores, el presidente se molesta cuando se le compara con otros mandatarios, en los hechos, este gobierno, como el del priista Miguel de la Madrid ha actuado de la misma forma siniestra, sin estrategia alguna ordena quedarse en casa, saca el Ejército a las calles, minimiza las consecuencias de la pandemia, banaliza las cifras de desempleo y genera la ilusión de una nueva normalidad.
A la Ciudad de México, al país, le ha costado mucho tiempo, demasiado, recuperarse de los sismos de 1985, todavía hoy se pueden ver los estragos de ese siniestro, con el discurso contradictorio y vulgar que todos los días emite López Obrador, en gira, sin cubre bocas, animoso y dicharachero, ¿cuánto tiempo nos costará recuperarnos de la pandemia?
Coda. De “Las ruinas de México (Elegía del retorno), de José Emilio Pacheco, un fragmento:
Sólo en el confinamiento entendemos
que vivir es tener espacio Hubo un tiempo
feliz en que podíamos movernos,
salir, entrar y ponernos de pie o sentarnos
@aldan