- Reforma se contrapone a normas federales que dotan de autonomía a menores con respecto a la educación sexual
- Desde la perspectiva laica, no hay argumentos en contra de la educación sexual
- Estado dejaría en manos de los padres una decisión trascendental para todo ser humano
El Pin Parental se contrapone a leyes federales que dotan a niños a partir de los diez años la autodeterminación acerca de recibir o no educación sexual. De persistir esta reforma, se vivirán momentos en el que sean los programas educativos que determina el estado, contra los padres o los padres contra aquellos menores que deseen tomar estas clases de educación sexual.
En la sesión ordinaria del pleno legislativo del 21 de mayo, por unanimidad los legisladores aprobaron un paquete de reformas a la Ley de Educación, entre la cual destacó la del Pin Parental que legalmente permitirá a los padres decidir si sus hijos participan o no en actividades que contrarias a sus ideologías en moralidad, sexualidad y valores.
“Es algo bastante complejo, hemos tratado de analizar varios escenarios”, señaló el Colectivo SerGay, resaltando que, según como está planteada la ley, se prevé que el Pin Parental sea aplicado a toda la educación básica, es decir, desde el primer año de preescolar hasta el último semestre de bachillerato, 15 años en la vida de una persona.
Manuel Alejandro Gutiérrez Flores, vicecoordinador de la asociación civil, resaltó que esta reforma desatará constantes roces entre el estado y los padres al momento en que se establezcan los planes educativos que cumpla con los todos los valores del artículo tercero de la Constitución federal, mientras que el estado tendrá que adaptar otras medidas para establecer otros planes de estudio cuando algunos los padres no deseen que se les impartan estas clases a los menores: “Va a ser una lucha por argumentar, por quien va a tener los mejores argumentos, si el estado, que tiene que hablar de educación sexual para mejorar la vida de las personas en un largo y mediano plazo, o los grupos del Frente Nacional de la Familia que van a buscar desalentar a los papás y pervirtiendo el espíritu de la educación sexual”.
Además, el estado se podrá justificar argumentando que no prohíbe la educación sexual, pero a los padres dejan una decisión que es trascendental en la vida, es una decisión compleja para la cual muchos padres no están preparados desde el punto de vista sexológico progresista, será una decisión tomada con viseras, con mentiras y presiones de grupos conservadores.
También prevé que podría surgir otra discusión entre padres contra hijos e hijas que quieran recibir educación sexual. “¿Qué va a pasar cuando llegue un adolescente que explícitamente sí quiera educación sexual y no se lo permitan?”, cuestionó.
Resaltó que el Pin Parental se contrapone a otras normas federales como lo son la Norma Oficial Mexicana 046 y 047, que tratan sobre infecciones de transmisión sexual, y en donde a los mayores de diez años dotan la autonomía y el cuidado de la salud al menor a partir de los diez años.
“El estado debe de favorecer siempre la educación, dar todos los argumentos a favor de la educación sexual. Y la verdad es que, desde una perspectiva laica, científica y progresista no hemos encontrado algún argumento en contra de la educación sexual”, subrayó Gutiérrez Flores.
Estuvo de acuerdo con que se deberá de promover la inconstitucionalidad de esta ley pues atenta contra el desarrollo infantil y el interés superior del menor, así como afectaciones en salud, libertad, en autodeterminación y de identidad.