Movimiento global para apoyar a los artistas y garantizar el acceso a la cultura para todos/ ResiliArt Unesco, Aguascalientes. - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Hoy más que nunca, la gente necesita la cultura 

La cultura nos hace más resilientes, nos da esperanza, 

Nos recuerda que no estamos solos. 

Ernesto Ottone R. 

Subdirector General de Cultura de la Unesco

 

Crear proyectos de industrias culturales y creativas, con futuro e innovadoras a corto y mediano plazo con base en un modelo de emprendimiento social que observe estrategias de sostenibilidad, significa un reto, toda vez que la economía se encuentra sumida en una franca recesión mundial, que afecta de igual forma a la llamada economía creativa y a su cadena de valor, (creación, producción, distribución y acceso), por lo que es fundamental construir andamiajes para encontrar la manera de apoyar a los creadores de la cultura y facilitar a la población el acceso a los bienes y servicios culturales, ahora en el marco de la contingencia sanitaria por la que atraviesa nuestro estado y el país, que requiere propuestas acordes a nuestros contextos, en un escenario en el que la vida humana por millones se ha visto amenazada y arrasadas las condiciones de seguridad social y económicas a nivel planetario, a lo que se debe agregar que se pone en riesgo la vida silvestre, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que nos brinda la naturaleza.

Representa también, una oportunidad de mediación e innovación social que se abre como respuesta al escenario actual a nivel local y mundial, ante el impacto de la pandemia del coronavirus que exige y sobrepasa las propias capacidades, dejando a su paso secuelas económicas, sociales y psicológicas que “…han causado devastación y dificultades inimaginables, ha detenido casi por completo nuestro estilo de vida. El brote tendrá consecuencias económicas y sociales profundas y duraderas en todos los rincones del planeta…”, (Onu-Pnuma. Andenser, I., 2020), que requiere de la sociedad civil, de sus gobiernos y de la iniciativa privada, así como, de las instituciones culturales, su concurso e involucramiento.

Habría que imaginar entonces, el poder de la cultura en empresas que vislumbren a corto y mediano plazo, soluciones de manera creativa a las problemáticas sociales que enfrentan hoy por hoy las comunidades y los individuos, emprendimientos que tengan por fundamento el arte y la cultura y pongan en su centro la preservación, uso y promoción de sus patrimonios, esto además supondría el favorecer la justicia, la igualdad y formas de convivencia inclusivas que se expandan sobre el campo de la diversidad cultural, el diálogo intercultural, a los que habría que agregar, los temas relacionados a el empleo, la alimentación, la educación, las adicciones, el suicidio y la violencia, entre otros aspectos de atención social.


Es importante valorar que más aún, al contribuir con un grano de arena a la solución de problemáticas sociales derivadas del modelo económico-social, que se acentúa ante esta crisis humana, como puede ser la pobreza y la marginación, el exiguo acceso a oportunidades de desarrollo humano y en general al bienestar social, es posible realizar modelos de negocios con fines comerciales que empoderen y faculten a las comunidades mediante diagnósticos sociales o comunitarios en el marco de proyectos que se propongan explorar y usufructuar los recursos y bienes comunes que éstos poseen, para que sea ese capital natural y cultural el que suscriba qué tipo de producto o servicio es potencialmente factible desarrollar, con miras a construir una economía solidaria y sostenible en cuyo horizonte se conserve, historia, tradiciones y formas de organización social, al igual que la salud tanto del planeta así como de los grupos humanos que lo habitan.

A propósito de esto, Audrey Azoulay, (2018), directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, expresa en el marco del documento La Cultura para la Agenda 2030, que espera se aliente a los Estados Miembros “…a integrar sistemáticamente la cultura en la formulación de políticas, ya que el turismo sostenible, las industrias culturales y creativas y la revitalización urbana basada en el patrimonio, estimulan el desarrollo local y fomentan la creatividad. Ante todo, esperamos que un renovado interés por la cultura ayude ampliar el diálogo intercultural para fomentar un clima de paz que constituye un requisito para el desarrollo sostenible”

En este aspecto esta organización cita por ejemplo, que el turismo se ha detenido. La contingencia ha traído consigo la discontinuidad de la vida y con ello la parálisis de las actividades de toda índole y entre ellas las culturales y artísticas. Una muestra es el cierre de sitios patrimoniales lo cual conlleva a estrecheces económicas que muestran significativos impactos sociales y financieros, que padecen actualmente poblaciones enteras que dependen de los ingresos directos e indirectos que allí se generan; por igual se han sumado, las prácticas y manifestaciones de la cultura inmaterial que han tenido que posponerse.

De conformidad con información y observaciones de la Unesco, en 128 países cerraron de manera parcial o total 152 instituciones culturales, implicando la pérdida millonaria de dólares en ingresos, arrastrando a todos los sectores de la cultura y a los profesionales que ejercen en ésta, llevando aparejados sus derechos sociales, económicos y humanos, trabajadores que no gozan de los beneficios de otros que laboran en distintos sectores de la economía por lo que se muestran vulnerables, ya que el sector dedicado a la cultura aún no alcanza el nivel, ni ha sido considerado como esencial, por lo que se estima que el apoyo de parte de las instancias gubernamentales a estos trabajadores es vital, dado a que su situación de vida súbitamente ha cambiado de manera radical. Al respecto el músico Jan Michel Jarre, Embajador de Buena Voluntad de la misma organización, señaló que la situación actual amenaza con enviar a generaciones de creadores a la pobreza, por lo que apremia que poner en su justo valor, que la cultura y la creatividad no es un lujo, sino que precisamente son necesarias para la supervivencia de las sociedades. (Primer debate ResiliArt).

Hay que considerar que la Organización Mundial de la Salud, debido a la acelerada propagación y gravedad de la pandemia, declaró a nivel mundial este brote el 11 de marzo de 2020. El Gobierno de la República informó recientemente, sobre el impacto en la pérdida de empleos formales a nivel nacional, el cual ha sido durante los meses de abril de 555 mil, en mayo de 340 mil, y al concluir junio será de 130 mil, sumando un total de 1, 025, 000 puestos de trabajo. (Gobierno de México, Conferencia matutina, versión estenográfica. 24.06.2020). 

El banco Interamericano de Desarrollo, BID, proyecta un impacto potencial de la pandemia en el empleo para América Latina y el Caribe, estimando una pérdida de hasta 17 millones de empleos formales y en el nivel de la informalidad podría llegar a 62%, porcentajes que dependen de la evolución y las medidas de mitigación que promuevan los gobiernos. (BID, Mejorando vidas; Factor Trabajo, 2020).

Agrega el BID, que “Luego de tratar de proteger el bienestar físico de los ciudadanos, cuidar a los enfermos y retrasar la propagación del virus, el principal desafío para los países será reencontrar el camino del crecimiento económico y la protección laboral y social. De hecho, esta pandemia pone de manifiesto la necesidad de reestructurar el funcionamiento de la seguridad social de la región para que el acceso a la salud sea universal y no dependa de la condición laboral de las personas”, que por cierto en México, se ha avanzado como nunca en materia de protección social, al aprobarse una serie de reformas para elevar a rango constitucional entre otros, el derecho universal a la salud, consagrados en el Artículo 4º., de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. (SEGOB.DOF, 08.05.2020).

Es en esta arena, que ResiliArt, se vislumbra como una estrategia constructiva que tiende lazos de cooperación a los que se puede recurrir como movimiento de dimensión global que tiene como propósitos el crear conciencia sobre los impactos de la pandemia en el sector cultural, en sus profesionales y los medios de vida de éstos, a la vez que se convierte en una plataforma de visibilización que tiene la posibilidad de difusión mundial, y que se establece como medio de interlocución de las demandas socio-laborales de los artistas a fin de que sean tomadas en cuenta para convenir mejoras a sus necesidades de creación y de vida actuales. Se debe agregar que este movimiento aporta a la toma de decisiones en torno a las políticas y la financiación orientadas a empoderar al sector creativo. 

Por lo anterior la Unesco orienta sus esfuerzos a fortalecer la diversidad cultural y de creación al tiempo que pondera mediante acciones y programas, la protección del patrimonio cultural material e inmaterial de la humanidad, siendo otro punto el velar por que los artistas y las comunidades se desenvuelvan en condiciones laborales dignas con la esperanza de un futuro promisorio, y que a su vez, se aporten estrategias y mecanismos de apoyo para responder, reforzar, mejorar e incidir en el mercado laboral en este sector de la economía.

En este entorno, sumándose al movimiento global y conjuntamente con la Oficina de la Unesco en México y el Instituto Cultural de Aguascalientes, ICA, organizaron el pasado 25 de junio de 2020, el primer seminario virtual de la región centro del país, “Patrimonio y Turismo Cultural. Recuperación y Resiliencia”. 

A este foro fueron convocados como audiencia, tanto la comunidad artística y cultural, gestores culturales, instancias responsables del patrimonio cultural, investigadores sociales, el sector empresarial gastronómico y turístico y organizaciones civiles, así como la población depositaria y protagonista de la cultura inmaterial, de los saberes y los sabores de nuestra cocina tradicional, planteándose el Instituto de Cultura como propósito, “el reflexionar en torno a las dinámicas culturales y la resiliencia individual y colectiva a través de la creatividad, además de promover acciones concretas para la recuperación del espacio público y sitios de patrimonio, a la par de propiciar nuevos acercamientos entre el público y las manifestaciones artísticas y culturales por medio del turismo cultural doméstico, creativo y gastronómico” 

Esta actividad se dio mediante el formato de conversatorio, en que participaron ponentes pertenecientes a la Unesco, al Conservatorio de la Cultura Gastronómica de México, al Laboratorio de Patrimonio y Turismo Cultural de la Universidad de Barcelona, además del Ica, donde se plantearon interrogantes que se abren como un reto, para encontrar respuestas al destino de la actividad turística a nivel local y la puesta en valor de los patrimonios.

Cuando se está de visita en cualquier lugar, se establece en la práctica un diálogo intercultural entre quienes se encuentran. Surge un intercambio intangible que fortalece identidades culturales. Tiene lugar un encuentro entre culturas que si es genuino y auténtico no da cabida a elementos culturales ajenos que amenacen la existencia física y espiritual y la propia continuidad cultural, de tal manera que esos grupos humanos no se vean afectados y que les permita mantenerse cohesionados para valorarse y desarrollar un sentido de pertenencia que es esencial a la sobrevivencia. Una identidad colectiva que se forma a través del patrimonio cultural como construcción social e histórica. No obstante podría tener lugar una apertura entre tradición e innovación, entre cambio y permanencia, sin perder elementos de identidad, como la memoria, la lengua, la gastronomía, el arte, las cosmovisiones, formas de organización social, usos y costumbres, que les permite a las sociedades valorarse a sí mismas y entender el sentido de la vida que les faculta en la construcción de su propia historia con autonomía. 

Considera el antropólogo Adrián Marchelli, que la cultura se construye de manera colectiva y a través del tiempo. Se vive igualmente a través de los sentidos, de las emociones, manifestándose por medio de lazos socio-afectivos e igualmente mediante un proceso racional de apropiación y aprehensión de la naturaleza y de la realidad. De la misma manera son fundamentales “Los recuerdos de los sonidos, de los aromas, los sabores, las imágenes y sus colores…”. Todo ello insta a conservar y rescatar los territorios en los que hemos hecho la vida, con apego al conjunto de saberes y emociones que heredamos del pasado en la conciencia de que pertenecemos a un país del mismo modo megadiverso en la dimensión biológica que ha sido construida pacientemente por una gran cantidad de generaciones, por nuestros ancestros y acrisolados en el mestizaje que ha aportado al mundo un sin fin de recursos entre ellos los culinarios. Esto se constata por ejemplo, en las más de ochenta razas de maíz cultivadas, las sesenta y ocho lenguas indígenas, de otros tantos pueblos originarios y la configuración de paisajes culturales que explican la existencia de biomas y sus ecosistemas terrestres y acuáticos con bosques, selvas, ríos, arrecifes, montañas o desiertos.

Al igual que obtenemos de la naturaleza los recursos para la vida, se debe procurar su cuidado para obtener de ella de manera razonable esos medios a través de lo que se conoce como servicios ecosistémicos que se traducen en capital natural, siendo necesario otorgar la oportunidad para que se autorregule y recupere su capacidad de resiliencia, ya que por otro lado la pérdida de la biodiversidad, conlleva las relacionadas a prácticas, tecnologías y saberes milenarios en cuanto a medicina, alimentación, formas de organización, de concepción y percepción del mundo e incluso de los mismos grupos humanos. 

Así el uso y la salvaguardia del patrimonios de manera sostenible, social, ambiental y económica, requiere de programas interinstitucionales de planificación a corto, mediano y largo plazo, con la participación de los actores poseedores del patrimonio, de las cámaras de comercio, de organizaciones civiles, para que se consiga su involucramiento y lograr sinergias, por lo que es primordial que el patrimonio se conozca, ya que lo que no se conoce no se valora o protege.

Es igualmente fundamental, obtener de los individuos un compromiso con ese recurso, integrándolos mediante metodologías de participación ciudadana a fin de que los proyectos tengan base social, elaboración de planes de negocios y en la toma de decisiones, contribuyendo a través de la actividad turística a que las personas no se desarraiguen de sus comunidades por falta de empleos y precario acceso al desarrollo social, en la consideración de que la actividad turística, es uno de los sectores más importantes de la economía, la cual es impulsora del progreso y del desarrollo nacional, siendo otra de sus aportaciones, la generación de divisas y de empleos con 4 millones de puestos directos y de 6 millones indirectos, contribuyendo al ingreso del 8.8 del PIB, lo que ubica a México como referente mundial en esta materia. (Sectur, 2020). Por lo anterior la activación del mercado interno que encuentra su traducción en el turismo de proximidad, permite conocer lo propio y valorar la casa, representando tal vez, un recurso que podría aliviar las desigualdades sociales para la reconstrucción del tejido social. 

Miguel Torruco, titular de la Secretaría de Turismo de México, señaló que los beneficios de la industria turística “…no impactan a toda a la población y que México se ha convertido en un país en el que conviven ‘Paraísos Turísticos’ e ‘Infiernos de Marginación’. El 26.5 por ciento de los habitantes de las zonas turísticas están en pobreza, 13.3 por ciento tienen rezago educativo, 16.9 por ciento no tienen acceso a servicios de salud y el 45.6 por ciento no tiene prestaciones en su trabajo”. (El Financiero, 24.02.2020).

Será de utilidad elaborar un diagnóstico que permita conocer y actualizar el potencial turístico del patrimonio natural, cultural material e inmaterial, histórico, arqueológico, paleontológico, geológico, o hídrico, entre otros, para incorporar nuevos sitios a este sector industrial, para generar experiencias culturales y de corresponsabilidades sostenibles.

La actualización conceptual y administrativa de las empresas o de instancias varias, que ya existen, para fortalecerlas como destinos, (museos, casas históricas, parques temáticos o pueblos mágicos), es importante, así como de las informaciones en los atlas turísticos que abarcan las manifestaciones de manera amplia sobre naturaleza y paisaje o de sitios que se comprenden en las tipologías mencionadas arriba, las expresiones culturales tangibles e intangibles, vivas, sin sustancia física, (carnavales, celebraciones, festividades, rituales, etc.,), diseño de rutas históricas, agroindustriales o ecoturísticas; branding: presentándose la ocasión de desplegar amplias campañas de difusión en medios diversos para detonar o promover este tipo de servicios, mercadeo, relaciones públicas, comunicación, marcas, imagen, financiación, insumos gráficos, entre muchas acciones factibles para la concreción de la actividad turística; infraestructura, recursos humanos, capacitación, desarrollo social y humano de las comunidades. 

En su conjunto los aspectos señalados, abren ante la estrecha colaboración institucional y social, la posibilidad de incorporar sitios del estado a la figura patrimonial de Parques Naturales promovidas por la Unesco, que posean un valor universal excepcional desde el punto de vista de la biodiversidad, estético o científico, siendo interpretados como museos verdes encargados de velar por la protección del medio ambiente que brindan un servicio al público con fines educativos y de esparcimiento, que se perfilan en breve como potenciales destinos turísticos de la entidad federativa.

Se abre entonces, un panorama que llama a la construcción de opciones de mejoramiento e inclusión social en el que el patrimonio, es la base y la esencia que da sustento y sentido a la existencia de las sociedades ya que “…a pesar de los grandes retos, el turismo y la cultura tienen la oportunidad de crear nuevas audiencias y colaboraciones, reinventarse juntos, diversificar la oferta, llegar a otros públicos, desarrollar nuevas capacidades y apoyar la transición global a las nuevas condiciones”, aspectos que son valorados por la instancia gubernamental cultural, como el siguiente paso para contribuir al desarrollo sociocultural y económico del Estado de Aguascalientes. (ICA, 2020).

 

Junio de 2020

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