- La librería de los Escritores estaba anunciando su cierre, pero la misma comunidad que generó durante casi 10 años ayudó que el proyecto no se perdiera
- Escritores, editores y viejos amigos apoyaron para que el negocio siga; crearán un programa de donación altruista para que la reconocida librería no se desvanezca en la emergencia sanitaria
Durante la pandemia, en Aguascalientes han cerrado sus puertas definitivamente alrededor de 150 micros y pequeñas empresas, según estimaciones de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); por su parte, la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en el estado calculaba que alrededor del 30% de los micronegocios no podrían unirse a la reapertura económica por problemas financieros.
Los micronegocios se caracterizan por tener menos de 10 trabajadores, los pequeños, por tener entre 10 y 50 empleados, por lo que, al no ser establecimientos con la solvencia económica que pudieran tener empresas como Nissan, su patrimonio durante la emergencia sanitaria ha pendido de un hilo. Ese es el caso de la conocida Librería de los Escritores que, hasta hace unos días y como muchos otros, había decidido bajar las cortinas terminantemente, pero que, gracias a apoyos de la misma comunidad que a lo largo del tiempo fue creando, ha logrado mantener su negocio a flote.
La posibilidad del cierre
En entrevista a LJA.MX, Gerardo Hernández, co-dueño del negocio junto con Vania González, contó que la decisión que hace tan sólo unas semanas habían tomado de cerrar permanentemente la librería se dio no sólo por la inesperada pandemia del Covid-19, sino también por problemas financieros que se venían arrastrando desde años atrás y que se relacionaban, por ejemplo, con el desalojamiento de Casa Terán el año pasado.
Luego de que forzosamente se tuvieran que salir de ese espacio debido a la explosión interna ocurrida en centro cultural hace ya casi 8 años, los colaboradores que trabajaban ahí tuvieron que ser transferidos a la sucursal de la Librería de los Escritores en Madero. El desalojo se dio en agosto, y desde entonces vinieron trabajando sólo con la sucursal de la avenida Madero, sin embargo, siete meses después, los estragos consecuentes al coronavirus llegaron a Aguascalientes provocando el cierre de miles de negocios, entre ellos, el de la famosa librería que está por cumplir sus diez años, no sólo como comercializadora de libros, sino como eje de diálogo sobre la literatura y como espacio cultural.
“Llega la crisis de esta pandemia, que es algo que no lo esperaba, pero bueno, nosotros ya traíamos alguna crisis a cuestas bastante pesadas y este fue el punto determinante para decir si, para cuestionarnos, más que nada, si queríamos seguir con el proyecto”, externó Gerardo Hernández.
El empresario comentó que afortunadamente pudieron echar mano de ventas de libros a través de comunicación personal con los clientes, que fue lo que pudo sostener el negocio durante estos tres meses de contingencia sanitaria, no obstante, aún y cuando se hizo ese esfuerzo, las ventas bajaron hasta un 70% y las rentas, nóminas y demás servicios resultaban cada vez más pesados, incluso cuando el rentero les había dado algunas facilidades.
El apoyo comunitario
Al filo de la decisión ya casi inminente, se comenzó a comunicar que el proyecto que ya iba a cumplir una década, tendría que cerrar por cuestiones financieras. Consecuente a ello, abundó Gerardo Hernández, distintas personas –artistas, editores, compradores, viejos amigos– lo apoyaron para que lanzara una petición voluntaria a través de Donadora.org, y así juntar recursos para que, de manera transparente, se pudieran solventar los gastos necesarios que el proyecto cultural y de comercialización literaria tiene que pagar.
Por lo pronto todavía no se lanza la convocatoria para donación voluntaria, sin embargo, ya algunos artistas se han comunicado con Gerardo Hernández para obsequiarle algunas de sus obras y que estas puedan ser dadas a las personas que apoyen la moción en Donadora.org.
Aunado al soporte y al ánimo que la propia comunidad literaria generada en torno a la Librería de Escritores les dio, el negocio también ganó uno de los apoyos económicos que el Instituto Cultural de Aguascalientes ofreció a empresas culturales. Con ese dinero más lo que se logre recaudar de manera altruista –en un proceso que siempre rendirá cuentas claras– es que el micronegocio pudo evitar el cierre definitivo.
Mientras se desarrolla el proyecto para recibir donaciones, el librero agradeció todo el apoyo que han tenido con la librería y anunció que, si todo marcha bien, el 1 de julio ya abrirán de nuevo sus instalaciones en Madero. Se espera que a través del crowdfunding puedan mantenerse los gastos que la librería tiene y con la ya próxima reapertura, poder dejar atrás las problemáticas financieras y agrandar el establecimiento a un espacio cultural para la conversación literaria.