El Covid marcó un parteaguas en todos los aspectos de nuestra vida, no podemos dejar a ninguno fuera pues, de alguna manera u otra, afecta o influyó para dar ese brinco a la educación 4.0.
Con respecto a la educación, una parte del antes y el después es, el uso de la tecnología en los centros educativos.
Antes de la pandemia los centros educativos públicos se encontraban desprovistos de material para el uso de los recursos educativos promovidos por las plataformas digitales o bien para variar el estilo, es decir, para dejar de usar únicamente los manuales y el pizarrón para entrar a la modernidad y que esta se aplicara en el aula y en casa.
La mayor parte de los profesores enriquecían sus clases con los buscadores digitales y las redes sociales pero cierto es que no se acostumbraba enviar correos electrónicos con los alumnos o tener teleconferencias con ellos para retroalimentación pues, aunque no fueran a clase no era necesario eso era lo normal y estaba bien.
No todos contaban o cuentan con una tableta o computadora en casa. Por ejemplo, los maestros de educación básica no empleaban la computadora como recurso en clase, en algunas escuelas apenas tienen una computadora en la dirección por lo que en clase era imposible el poder usarla para cualquier actividad además que su uso se reducía a preparar las planeaciones y exámenes.
Muchos maestros no tenían habilidades digitales, reales. Con dificultades enviaban correos electrónicos, aunque eran muy habilidosos en WhatsApp, sin embargo, eso era todo lo que su interés movía.
Sus pocas habilidades digitales se vieron en urgencia cuando, de un día al otro nos quedamos en casa dando clases virtuales por medio de una computadora y una plataforma que deberíamos de conocer pero que nunca le dimos uso pues era muy cómodo el no indagar cómo funcionaba.
La pregunta es si ahora tenemos realmente habilidades digitales, pues la necesidad nos hizo estar aprendiendo y aprendiendo, errando y errando para lograr crear un sistema y estilo de enseñanza que por completo nos sacó de nuestra zona de confort.
Ahora los seguimientos a alumnos son individualizados e hiper personalizados pues cada uno de nosotros tenemos que dar evidencia de que estamos chambeando para asegurar la paga, antes no era necesario nos veían en las aulas y diéramos clase o no.
Los exámenes, los controles, los apuntes ahora son todos digitales y tenemos la oportunidad de usar mil y un recursos para la concepción de recursos en clase.
El inicio de la digitalización forzada fue difícil pero ahora, ya un poco más organizados parte de la “nueva carga” se basa en la formación docente sin fecha de término, aún no dominamos las herramientas mientras que descubrimos algunas nuevas que vamos adaptando a nuestra clase.
Estamos llenos de recursos y podemos usar las redes sociales de manera saludable para la clase, sin uso recreativo sino educativo mientras que las vamos olvidando pues hay muchas otras plataformas que podemos utilizar.
La pandemia, finalmente nos llevó a dar ese salto que evitábamos de una manera u otro, las instituciones educativas al verse desprovistas de recursos para actualizarse y entrar a la etapa digital, la educación 4.0 ejercía poca presión sobre su personal.
Después de la pandemia la historia dará la vuelta, el personal volveremos acostumbrados a emplear en clase una serie de recursos ilimitados que dejaremos en cass para volver a los métodos tradicionales únicamente porque, las instituciones no están listas aun para la educación 4.0.
Es difícil el equipar cada una de las aulas y proveer a los profesores de lo que requieren, de manera general.
Aún si nosotros ponemos las tabletas y computadoras, la capacidad del internet, así como los pizarrones electrónicos proyectores o pantallas es limitado o bien inadecuado.
Las instituciones durante el regreso se verán ante el reto de mantener a su personal y estudiantado sana y proveer los recursos necesarios para no volver a la educación del siglo pasado.
Reconozcamos que levantarnos temprano, salir de casa para volver a educar será igual de complicado para maestros que para alumnos, todos volveremos a una cotidianeidad que la anterior, y no me refiero a la “nueva normalidad” sino que volveremos a retomar hábitos que por el momento descansa en un rincón de nuestra memoria.
Imagine usted, los alumnos despiertan 5 minutos antes de las 8h para su primera clase, la toman en pijama y pueden comer durante la sesión pues no los vemos en su mayoría.
Los maestros evitamos el correr para organizar la familia y casa antes de salir y hacer un viaje de varios minutos para llevar a nuestro centro de trabajo, esperar que nos abran y comenzar a trabajar con la sonrisa adormilada.
No existe “ la nueva normalidad” sino la normalidad que tenemos el día de hoy, en casa, descalzos, con nuestras mascotas acompañándonos mientras impartimos clase y con una serie de recursos que disfrutamos pues nos facilitan nuestra clase, aunque la preparación sea más larga y engorrosa que antes.
Lo importante es que disfrutemos impartir clase, y que reflexionemos sobre el antes y el después de la pandemia.
En algunos lugares del mundo hablan sobre el cómo está la educación después de la pandemia, pero ese “después” no llegará mañana o en diciembre sino hasta que se haya erradicado por completo.
¿Cuáles eran sus conocimientos digitales antes de la pandemia? ¿Cuáles recursos digitales empleaba? Sus conocimientos sobre tecnología el día de hoy son ¿superiores? ¿está listo para volver a las aulas, en realidad? ¿ha pensado cómo será su regreso al aula sin sus nuevos recursos? Que le parece si eso, lo hablamos después.
Laus Deo
@paulanajber