No puedo evitar los recuerdos. Hace 52 años vivimos en México una situación social que tiene muchas semejanzas con los eventos de la actualidad. El 4 de abril de 1968 un negro fue asesinado y su muerte desencadenó graves enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, con saqueos, incendios, detenciones y muertes de uno y otro lado. Ese negro era Martin Luther King un pastor bautista líder de la campaña nacional contra el racismo y la discriminación. Su asesino fue un hombre blanco delincuente común que recibió una gran cantidad de dinero para cometer el homicidio y las investigaciones supusieron sin comprobarlo que había sido pagado por la policía. Fue detenido justamente el 8 de junio de 1968. Solo que este evento no resultó aislado, estuvo incluido en el marco de las graves propuestas que habían iniciado los estudiantes franceses en los meses de mayo y junio de ese mismo año, marchando por las calles de París y enfrentándose violentamente con la policía. El lema era ni más ni menos “Abolición de las Clases Sociales”, la mecha había sido encendida por la marcada desigualdad social y el marcado rechazo de las universidades a los estudiantes de clases desprotegidas. En Francia el movimiento se detuvo cuando el presidente de la república, el laureado Charles de Gaulle anunció que dejaba el cargo. Pero las protestas encendieron movimientos similares en toda Europa y también en Argentina, Uruguay y México. En nuestro país el movimiento creció y siguió creciendo con la fuerte amenaza de boicotear las Olimpiadas. Y que terminó con la matanza de Tlatelolco. Algo que sinceramente no deseamos que ocurra en este año. Y no hay que olvidar que acá en nuestra patria, el movimiento de inconformidad social ya había comenzado dos años antes con el Paro Nacional de Médicos. Cuando los internos y residentes del Hospital del Issste 20 de Noviembre se declararon en huelga por las malas condiciones laborales. ¿Cuáles creen que eran? Sueldo insuficiente, largas jornadas de trabajo, pésimas condiciones de las residencias, mala calidad del instrumental de trabajo, ropa clínica deficiente y desabasto de medicamentos ¿Esto le recuerda algo? Los estudiantes de Medicina no quedaron solos sino que fueron apoyados por los médicos de base, las facultades de Medicina de todo el país y los médicos del ámbito privado. Ya desde entonces se usaba el sistema de infiltrar provocadores para hacer parecer las manifestaciones pacíficas como grupos vandálicos. En la marcha del 1 agosto 1968 el rector de la UNAM el Ing. Javier Barros Sierra encabezó una caminata con todo el cuerpo directivo de la institución y miles de estudiantes desde la Ciudad Universitaria al Zócalo para pedir que cesaran los ataques de la policía a los médicos y los estudiantes. Los alumnos de medicina íbamos con uniformes blancos. Poco antes de llegar al Zócalo en la calle de Francisco I. Madero fuimos atacados con fruta y huevos podridos por quienes se dijeron trabajadores del Mercado de la Lagunilla. Previamente se había rechazado a varios sujetos encapuchados que a nivel de la Colonia Roma quisieron mezclarse en la marcha portando grandes carteles muy bien elaborados con imágenes de Mao Tse Tung y el Che Guevara. La historia se repite. Solo que medio siglo después esperemos que algo hayamos aprendido y la solución sea mucho más sensata e inteligente que la de aquellos años.