En días pasados tuve la fortuna, como uno de los miembros del Consejo General del Instituto Estatal Electoral, de revisar los trabajos que las y los participantes en el Concurso de Ensayo “El impulso de la Ciudadanía Digital en el Siglo XXI” sometieron a nuestra consideración, tras el esfuerzo institucional realizado con la finalidad de fomentar la educación cívico-electoral y la cultura democrática entre las y los jóvenes del estado, una de las funciones primordiales que realiza el IEE permanentemente.
Teníamos muchas dudas acerca de este concurso, por varias razones: En veinte años de vida institucional, es la primera vez que realizamos un concurso de ensayo. Ya tenemos un largo trecho andado en los concursos de dibujo para niñas y niños que estudian educación primaria; debate y oratoria por lo menos los últimos diez años se han realizado entre jóvenes estudiantes de educación media y superior. Pero no habíamos tenido la oportunidad de organizar un concurso abierto de carácter escrito en estos términos.
Pero ese era quizá el menor de nuestros temores. Justo veníamos de posponer el concurso anual de dibujo que, para nuestra mala fortuna, lo lanzamos unos días antes del confinamiento a que fuimos obligados por la pandemia que nos asola. Lo tendremos que retomar en cuanto las condiciones lo permitan. Pero, en este caso, asumimos una postura en la que las y los jóvenes podrían estar interesados en participar, aún con las condiciones adversas de las actividades en línea, aunque no por eso asegurábamos de antemano la celebración del concurso.
Gratamente me sorprendió que 7 mujeres y 3 hombres, estudiantes de las Universidades Autónoma de Aguascalientes, La Concordia, del Bienestar Benito Juárez y del Instituto Tecnológico de Pabellón de Arteaga, de las Licenciaturas en Derecho y Ciencias Políticas y Administración Pública, y las Ingenierías Industrial y Ambiental, enviaran sus propuestas.
Más allá del carácter estético y formal de un ensayo, luego de la calificación me queda un grato sabor de boca. Todas y todos comprendieron que forman parte de una nueva generación en la que, desde su nacimiento, conviven diariamente en un entorno digital, en donde se desarrollan la mayoría de sus actividades, laborales, sociales, familiares, educativas y demás, y en todas ellas se requiere estar, en un principio, conscientes de que se requiere una nueva ciudadanía que viva (y conviva) en un marco de respeto los principios y valores, en los que precisamente se fundamenta el contacto social.
Desde diversas perspectivas, de profesionistas en formación en campos disímiles, aportan en sus ensayos algo que resulta muy valioso en este momento histórico que vivimos. Todos ellos asumen el compromiso de mejorar el aspecto social del ciudadano, empezando desde ellas y ellos mismos. Saben, porque así lo expresan, que la sociedad como conjunto de personas, precisamente inicia desde una perspectiva individual, y eso le da una plusvalía al ejercicio.
Por supuesto, no puede faltar el contexto de la pandemia en la que nos encontramos, y el fenómeno de aceleración que conllevó esta circunstancia. Me explico: inevitablemente las interacciones sociales, las educativas y las laborales tendían a ser realizadas de manera virtual, y evidentemente esa realidad nos iba a llegar en cinco, diez o quizá más años. Y sin embargo, forzados por las circunstancias, estas y estos jóvenes participantes nos muestran que, por más nativos digitales, al igual que todos nosotros, tuvimos que adecuarnos a esta aparente nueva normalidad en un par de meses. En unos cuantos días que aún se prolongan.
Uno se revitaliza cuando entra en contacto con la juventud, y escucha sus argumentos cargados de esa mezcla de inocencia que van dejando conforme van descubriendo el mundo. Debemos admitir que alguna vez todos tuvimos la mochila repleta de sueños, de esperanzas, de argumentos, de creencias de que podíamos mejorar nuestro entorno. Hoy el mundo que debemos mejorar es digital, y requiere de personas formadas en ese ámbito, con nuevas reglas de convivencia y de etiqueta, con otras herramientas novedosas que hay que saber utilizar. Pero también no debemos de olvidar, y eso es algo que las y los jóvenes a través de estos ensayos nos vuelven a enseñar, que cualquier situación que la vida nos presenta por delante como reto, sea la organización de un concurso, de una elección democrática, de una nueva forma de vida digital, hay que encararla con ese espíritu de saber que lo podemos superar. Gracias jóvenes, por recordarnos que tenemos en ustedes grandes esperanzas de que serán buenas ciudadanas y buenos ciudadanos.
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