APRO/Mathieu Tourliere
Christopher Landau, el embajador de Estados Unidos en México, propinó una serie de críticas severas contra algunas medidas “preocupantes” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador que cambian las “reglas del juego” y ahuyentan a las inversiones extranjeras –principalmente en el sector energético–, y volvió a poner el tema migratorio como un problema en la relación bilateral entre Washington y México.
“Para mí es una parte esencial de mi trabajo como embajador arreglar estos problemas cuando se presentan y, francamente, tratar de fomentar la inversión de mis connacionales”, dijo el embajador, al añadir: “Pero tampoco les puedo mentir, y tampoco les puedo decir que es un momento oportuno para invertir en México, si se ven cosas muy desalentadoras para la inversión extranjera”.
En la tarde de ayer, el embajador trató de suavizar las declaraciones que expresó por la mañana, durante un foro virtual organizado por la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin): en su muy activa cuenta de Twitter, aseveró que “se está reportando que yo comenté esta mañana a la Concamin que no es momento oportuno para invertir en México. Eso no lo dije. Lo que dije es que los inversionistas buscan la certidumbre, y que no hay nada peor que cambiar las reglas del juego”.
Sin embargo, el diplomático sí lo dijo, y no solo esto, sino más críticas que sonaron muy fuerte, apenas un día después que López Obrador confirmara su próxima visita a Washington, donde se reunirá con el presidente Donald Trump para celebrar la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio (T-MEC) y “agradecerle” al magnate por su solidaridad con México durante la pandemia de Covid-19.
“Como amigo de México, no quiero ver un enfrentamiento entre el gobierno aquí y el sector privado”, dijo el embajador, quien al terminar su larga participación en el foro refrendó a los representantes de la élite industrial de México su cercanía: “Yo espero que ustedes sepan que tienen un aliado en la embajada de Estados Unidos, y que podamos quedar en contacto”, insistió.
En dicho foro, Landau resaltó que “no se puede decir a la vez ‘Queremos atraer inversión y capital de otras partes del mundo’ y también decir ‘bueno, vamos a cambiar las reglas’; uno impacta lo otro (…) o un país tiene una política de atraer inversión, o un país tiene una política de espantar inversión. Si uno toma medidas que espantan la inversión, obviamente no se puede esperar y no puede quedarse sorprendido si no atraen la inversión”.
Abundó: “El capital va a ir donde es bienvenido, y me parece que en México…”; buscó sus palabras y, al instante siguiente, corrigió: “Es a los mexicanos de decidir qué importante es atraer el capital y la inversión. Pero el dinero tiene que venir de alguna parte; para mí no es ninguna sorpresa ver que cuando se cambia de políticas, y cuando se cambian las reglas del juego, pierden inversión”.
Alentado por su audiencia –la Concamin es hostil a varias medidas que implementó el Gobierno Federal contra el sector privado–, el diplomático aseveró que “si un país quiere tomar una decisión de seguir un rumbo donde se van a perder inversiones, es el derecho soberano de un país; pero ojalá no lleguemos ahí: no estoy aquí para presenciar un decrecimiento de la inversión”.
“El Gobierno de México ha dicho por ejemplo que en varios casos no estaban de acuerdo con algunas de las políticas de gobiernos anteriores, pero que se iba a respetar las promesas que ya se habían hecho en el pasado, las reglas del juego que se habían establecido, a lo mejor no las iban a expandir o profundizar, pero que las iban a respetar”, recordó.
Y remató: “Y para mí algunas de las acciones de estos últimos meses, sobre todo en el sector energético, han creado incertidumbre sobre esta promesa del gobierno de respetar lo que se hizo en el pasado y de no cambiar las reglas del juego”.
El embajador advirtió que el T-MEC prevé nuevos candados para proteger las inversiones extranjeras; “el nuevo tratado tiene mejores mecanismos de protección y de la resolución de disputas; ojalá no las tengamos que usar, pero que estén ahí, espero que les den más confianza a los inversionistas”.
En algún momento, el embajador también retomó el tema de la frontera y lo colocó como un problema en la agenda bilateral, un año después que el gobierno mexicano cedió ante las amenazas de Trump de imponer aranceles y desplegó la Guardia Nacional para impedir el paso a solicitantes de asilo y migrantes por el país.
“Me parece muy preocupante ahora que México se pueda volver en un imán para todo el mundo, no para venir a México, pero para pasar a Estados Unidos. Me parece que ese siempre es un tema de gran prioridad, francamente me están preocupando mucho los números que hemos visto en estas últimas semanas de junio, ya hay más mexicanos en estos momentos tratando de pasar de manera ilegal a Estados Unidos, que en los últimos 10 años”, subrayó el diplomático.