En mi anterior colaboración “La información transparente ¿genera confianza?” nos preguntamos ¿Por qué tanta información que ofrece el Presidente AMLO en sus mañaneras no ha generado confianza en la ciudadanía? siguiendo las ideas de la Dra. Adela Cortina comentamos que para lograrlo se requiere la voluntad de generar confianza y asumir la responsabilidad de las consecuencias, sin embargo vemos a un mandatario despreocupado con falta de prudencia y un exagerado optimismo, que pone en riesgo a todos, especialmente cuando le expresa al “pueblo bueno y sabio” que ejerza su libertad y salga a las calles sin miedo, tomando las medidas sanitarias necesarias para evitar el contagio del Covid-19, en momentos en que la transmisión del virus y muertes se siguen generando. También expusimos que la confianza para el Presidente es una moneda de cambio que lo beneficia a él, pero no al pueblo bueno.
La reflexión de hoy es precisamente analizar cuál es el “pueblo bueno” al que se refiere AMLO, que tan bueno, responsable, confiado y consciente es de la realidad.
El Presidente ha manifestado en reiteradas ocasiones que el “pueblo es bueno y sabio”, especialmente en los tiempos del Covid-19, ya que ha evitado el contagio masivo del coronavirus, situación que no concuerda con la realidad cotidiana en casi todo el País.
Con ese calificativo AMLO se ubica entre dos posturas ideológicas la de Rousseau del hombre bueno por naturaleza y Hobbes que el hombre es el lobo del hombre por naturaleza.
Cuando Rousseau estableció que el hombre es bueno por naturaleza, se refería a un estado donde el hombre tenía satisfechas sus necesidades por ello no tenía que enfrentarse con otros para poder vivir, situación que AMLO no ha querido entender, porque el pueblo bueno y sabio que el se imagina tiene que luchar para vivir porque no tienen sus necesidades satisfechas, vivimos en una sociedad donde cada día tenemos que luchar para sobrevivir porque los bienes son escasos.
Tal parece que AMLO sueña con volver al estado de naturaleza, pero no ha generado las condiciones para que el pueblo pueda vivir en esas condiciones de bondad y sabiduría, pero además no podemos confiar en que el pueblo bueno sea el factor que ayude a combatir la pandemia porque lo bueno queda sujeto a la satisfacción de sus necesidades.
Lo que no aprendió de Rousseau es que el estado de naturaleza era tan sólo una etapa previa a la necesidad de realizar un pacto social, el contrato social entre todos los ciudadanos para crea una organización que ayudara a vivir en armonía.
Por su parte Hobbes sostuvo que a diferencia de Rousseau, el hombre es malo por naturaleza porque tiene que garantizar el sustento de la misma forma que lo hacen los demás, que sobrevivir en sociedad es una constante lucha en la que te enfrentas con los otros por lo que debes actuar como si estuvieras siempre en guerra donde las ambiciones por el poder son lo que mueve al mundo, de tal manera que lo principal es sobrevivir en sociedad; Como se observa, de quien debió hablar AMLO es de Hobbes, porque nos es con dádivas como se le puede ayudar al pueblo a ser y actuar en forma buena y sabia, sino generar las condiciones para que el pueblo se gane el sustento cada día, como los expresara la Doctora Cortina, debe existir un equilibrio, ni santos ni demonios.
Si AMLO conjuntara las ideas de Rousseau y Hobbes comprendería que la comunidad debe ser un punto de equilibrio entre los intereses particulares y los sociales, donde el pueblo bueno y sabio tenga la oportunidad de satisfacer sus necesidades e intereses de la misma manera que los otros.
El pueblo bueno y sabio de AMLO no es el que lucha por satisfacer sus necesidades, es el que realiza fiestas masivas para contagiarse de coronavirus en momentos en que el contagio sigue; el que bloquea carreteras, queman vehículos y realizan acciones de resistencia; el que no resiste la tentación de lograr dinero fácil; es el pueblo que se considera bueno y sabio y que goza de impunidad por decreto.
Como verán de poco le han servido las ideas de Rousseau y Hobbes al Sr. Presidente quien no cesa en tomar al pueblo como medio para satisfacer su ambición de poder, como lo expresó Hobbes, en realidad poco le importa si el pueblo tiene la posibilidad de satisfacer sus necesidades propias y las de todos para entonces actuar como el pueblo bueno que concibió Rousseau.
El “pueblo bueno y sabio” es el que describe Hobbes, porque en realidad es un eslogan de campaña para mantener la popularidad y la ambición de AMLO, aunque el pueblo no tenga satisfechas sus necesidades, sea irresponsable, inconsciente e irrespetuoso, pero libre, ya que como decían Rousseau y Hobbes, sólo actúa por instintos, emociones, pasiones e interés personal, no con la razón y la pasión que debe privar el interés general por encima del individual.