El boxeo es, junto con el futbol, uno de los deportes más populares en México. Sin importar si es amateur o profesional, esta disciplina es una de las más seguidas, al ser cuna de algunos de los mejores pugilistas de la historia, como Julio César Chávez, así como otros exponentes actuales como Saúl Canelo Álvarez, quien actualmente es uno de los atletas mejor pagados.
Y el pugilismo, al igual que muchos otros deportes, ha evolucionado a lo largo de los años para convertirse en lo que es hoy en día. Incluso ha tomado conveniencia de las nuevas tecnologías de la información para explorar nuevos horizontes y expandirse.
Un ejemplo de esto sucedió a principios de junio, cuando comenzó el Torneo Virtual de Box del Instituto del Deporte del Estado de Aguascalientes (IDEA), organizado como una forma novedosa de promover el deporte y potencializarlo en redes sociales.
Dicho certamen contó con la participación de 18 pugilistas que mandaron su video y permitieron a los internautas votar en periodos de 24 horas para determinar a los ganadores de los combates virtuales. Se trató de un importante paso hacia la digitalización de este deporte en el estado.
Un país repleto de tradición
Con 978 campeones mundiales, 13 medallas de oro, tres de plata y ocho de bronce en Juegos Olímpicos y 18 boxeadores en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo, no resulta raro que se trate del segundo deporte más visto en el país y que ha cobrado mucho protagonismo tanto en Aguascalientes como el resto de la república.
El estilo mexicano, con un parado derecho y la guardia clásica, es reconocido a nivel internacional y uno de los más espectaculares, pues al momento de atacar dejan la guardia un poco desprotegida, pero esto les permite dar una amplia variedad de golpes al rival.
La disciplina se dio a conocer en México cuando los marineros desembarcaban en Tampico y organizaron peleas clandestinas, en las que se apostaba dinero para gastar en el puerto y después volver a sus navíos. El modelo llegó a establecerse después en clubes privados, como un pasatiempo de la clase alta.
Campeones estadounidenses como Jack Johnson llegaron a pelear en México, poniendo las bases para que este deporte tuviera ese arraigo tan característico que le conocemos hoy en día.
Los primeros boxeadores aztecas fueron llevados a Los Ángeles por George Parnassus, promotor griego que le brindó la oportunidad a exponentes como Raúl Ratón Macías, por mencionar un ejemplo.
A esto también se le sumó la creación del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en 1963, organismo que estuvo apoyado por Adolfo López Mateos, en ese entonces presidente de México.
A través del CMB y la difusión por televisión, el boxeo mexicano dio un importante paso hacia su crecimiento. Con funciones sabatinas transmitidas en la señal abierta de Televisa, las peleas de cuatro, seis, ocho y más rounds eran disfrutadas por los aficionados.
Pero un gran boom se dio en 1980, cuando Don King, el mítico promotor, encontró en México un semillero de grandes boxeadores. Liderados por Julio César Chávez, grandes pugilistas surgieron de nuestro territorio, como Carlos Zárate, Lupe Pintor, La Chiquita González, etc.
Talentosos y aguerridos, los mexicanos comenzaron a llamar la atención de los promotores y, siguiendo el modelo estadounidense, fueron presentándose en casinos para darse a conocer más y generar más espectáculo.
Con Chávez como la principal figura mexicana del deporte, México tuvo un impulso enorme en el boxeo y los casinos tomaron el modelo norteamericano para hacer un negocio, al convertirse en los escenarios de grandes combates.
Casinos como el Royal Yal del Hipódromo de Las Américas se convirtieron en los escenarios en los que los pugilistas tricolores dieron sus primeros pasos, como sucedió con Óscar de la Hoya, el pugilista mexicoamericano que pudo dar el gran salto al MGM Grand Hotel & Casino gracias a sus apariciones en el inmueble mexicano.
Otros escenarios como la Arena Coliseo vieron crecer al Ratón Macías, José Medel y al mismo Chávez, sirviendo como los escenarios en los que los boxeadores mexicanos dieron sus primeros pasos rumbo al estrellato.
Sin embargo, poco a poco los casinos en México perdieron su protagonismo, debido a que el crecimiento de los mexicanos los llevó a Estados Unidos, debido a que los recintos son más grandes que los que hallamos aquí.
Pero estos escenarios no dejaron de estar vinculados con el deporte de los golpes, como sucedió en 2016, cuando el Royal Yak del Hipódromo de Las Américas fue el escenario de una previa para la pelea de la Barby Juárez contra Tamao Ozawa por el título supermosca del CMB.
En aquella ocasión, la afición mexicana respondió bastante bien y el recinto tuvo un lleno total para ver a la mexicana y la nipona, con triunfo para Mariana Juárez.
Con el pago por evento, el boxeo perdió visibilidad en la televisión abierta, hasta que llegó Promociones Zanfer con un contrato con TV Azteca para traer el boxeo de vuelta a la pantalla chica, para beneplácito de los boxeadores.
El boxeo mexicano también se ha convertido en un negocio enorme en la actualidad. Canelo Álvarez, considerado por muchos la actual figura de este deporte en México, ha ayudado a revolucionar el deporte. En 2018, el tapatío firmó un contrato lucrativo con DAZN, la cadena deportiva de streaming, para transmitir contenido original sobre el boxeador.
Dicho convenio, firmado por hasta 11 peleas hasta 2023 y con posibilidad de extenderse, fue hecho por un ingreso de 365 millones de dólares para Saúl Álvarez, considerándose en su momento como el acuerdo más caro en la historia del deporte.
El boxeo, en constante evolución, no ha dejado de reinventarse en México. En épocas como la actual, el deporte ha sido uno de los que ha buscado la forma de mantenerse vigente, como con las carteleras en la Ciudad de México, las cuales han sido organizadas por Zanfer para que el llamado deporte del pueblo siga presente.