Disonancia/ Bajo presión  - LJA Aguascalientes
22/11/2024

En el Informe anual de Article 19 se indica: “En su intento por dominar y marcar la narrativa de la agenda nacional, el presidente ha hecho de su palabra un instrumento y un arma de gobierno. Las conferencias matutinas y las giras nacionales de fin de semana se han convertido en los fenómenos que caracterizan la gestión de Andrés Manuel López Obrador. Este ha decidido neutralizar o anular a cualquiera que busque cuestionar su relato. Generaliza y pone en el mismo costal a todos aquellos que no comulgan con su forma de pensar. Después de un año de gobierno, lo que queda claro es que aquellos actores de la sociedad sean del sector que sean e incluso de cualquier clase social, que no toman una postura política a favor de lo que el presidente llama la Cuarta Transformación (4T) se convierten en adversarios. Con tal de ganar e imponer la narrativa en la opinión pública, ha llegado al punto de sacrificarlos”.

En Disonancia: voces en disputa, la Oficina para México y Centroamérica de Article 19 vincula esta actitud del presidente con el aumento de agresiones contra los periodistas no sólo por parte de agentes del Estado sino de amenazas particulares y actores no identificados. Tan sólo en 2019 se identificó un incremento de 85% de esas agresiones, 609 casos documentados. 

En ese contexto, tras el atentado contra el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, a través de su cuenta de Twitter, John Ackerman comparó el ataque criminal con las críticas que desde los medios de comunicación se realizan a la Cuarta Transformación: “Los sicarios del narco son la contracara del sicariato mediático. Buscan desestabilizar a toda cosa”.

El esposo de Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública, se convirtió en tendencia en Twitter por este irresponsable ataque, de inmediato periodistas y organizaciones civiles le indicaron a Ackerman la imprudencia de esta comparación, reprobaron sus declaraciones Reporteros Sin Fronteras, el Programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), incluso la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y lo exhortó a que se “conduzca con civilidad y respeto a los derechos humanos de todas las personas y, en especial, de quienes ejercen el periodismo, porque son expresiones que pueden contribuir a agravar las condiciones en que las y los periodistas desarrollan su trabajo”.

Ackerman aclaró que con “sicario mediático” no se refería a sus “colegas periodistas (…) sino a personas que utilizan los medios para calumniar y desinformar, poniendo en riesgo a la población y desestabilizando las instituciones democráticas”, el conductor de televisión aprovechó la situación para victimizarse y, con ello, distraer la atención de las revelaciones periodísticas sobre su patrimonio inmobiliario, del que aseguró que no debía hacer ninguna aclaración y demandaría a quien puso en riesgo su seguridad y la de su esposa.

El informe de Article 19 agrega: “La hostilidad de los liderazgos políticos en México hacia la prensa se disparó en 2019, junto con una militancia virtual del lopezobradorismo que ha logrado articularse para hostigar a quienes critican a la actual administración. Esto ha sido documentado por Signa Lab en su seguimiento de la discusión política en línea en México, identificándose patrones de comportamiento atípicos de usuarios de las plataformas digitales, quienes ‘polinizan’ los ataques para denostar a quienes critican o cuestionan al presidente e, incluso, llegan a constituir operaciones políticas para censurar periodistas”. 

Nadie puede tocar a John Ackerman, cualquiera que señala sus tácticas violentas, la insidia con que busca eliminar las voces críticas, de inmediato es atacado, denostado por esa militancia virtual lopezobradorista, hacerse la víctima y el servilismo al presidente le han funcionado para ser el gran censor. Una vergüenza y un peligro.

Coda. Una reflexión del informe de Article 19: “Consideramos necesario entender que no toda disidencia social se traduce en oposición política, como tampoco la crítica supone una actitud adversativa y de confrontación con el poder. Y aun si así fuera, en una verdadera democracia no puede estigmatizarse y pretender inhibir cualquier manifestación o expresión desde el poder. En este marco, la libertad de expresión se coloca en el centro de la discusión y, desafortunadamente, de los ataques. Dichos ataques o mecanismos de censura heredados del pasado, lejos de cesar, se han vuelto complejos, han mutado y se han sofisticado”.

 


@aldan


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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