- Un problema que no es solo de México ni por decisiones de AMLO: Arturo Herrera
- Dentro de los países en desarrollo, somos una de las economías más avanzadas
APRO/Álvaro Delgado
Primer secretario de Hacienda en más de tres décadas que no es de matriz neoliberal y que asume con convicción el apotegma de su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador, de que “por el bien de todos, primero los pobres”, Arturo Herrera asegura que, tras el desplome de los sectores productivos, “estamos ya viendo un rebote, afortunadamente, en algunos sectores”, como la construcción.
Y al mismo tiempo advierte que en el empresariado de México hay sensibilidad para unirse al combate contra la inequidad y la pobreza.
“En algunos de los liderazgos del sector empresarial es clarísimo: En Antonio del Valle, en Carlos Salazar. Son claramente empresarios que tienen una preocupación de lo que le está pasando al prójimo, y además convencidos de que, incluso para el desarrollo de la inversión privada, se necesita una sociedad estable”, dice Herrera al referirse a los presidentes del Consejo Mexicano de Negocios y del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), respectivamente.
En entrevista con Los Periodistas de la Octava, Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado, el secretario de Hacienda niega las imputaciones de la oposición de que la economía del país es un desastre por las decisiones de López Obrador y afirma que “quien vive un desastre económico es el mundo, ojalá fuera un problema nada más de México”.
La crisis por la pandemia del coronavirus la define como “de diseño” y, así como se programó el cierre de la economía, también se está reabriendo y reactivando, como el sector de la construcción que ya recuperó una cuarta parte de los empleos perdidos.
“Se habían perdido 260 mil empleos formales en el sector de la construcción. El peor día fue el 22 de mayo, si no mal recuerdo. Del 22 de mayo para acá se han recuperado alrededor de 71 mil empleos ya en el sector de la construcción”, precisa el secretario de Hacienda.
–¿Eso ya se puede considerar un rebote? Pequeño, pero es rebote.
–Así es. Pues ni tan pequeño: Setenta y tantos mil empleos…
–¿Formales?
–Sí, formales en el sector de la construcción. Debe haber otros empleos no formales en el propio sector de la construcción. Entonces, este era justo uno de los motores que nosotros queríamos que fuera parte de la recuperación. Había dos más: el de la minería y el de las armadoras.
“Las armadoras tenían una lógica diferente. Nosotros ya pensábamos que el nuevo Tratado de Libre Comercio es algo que teníamos que explotar para el crecimiento del país en general, antes del Covid. Todo el proceso de cómo irnos reconectando con Estados Unidos y con Canadá, aquí iba a requerir, seguramente, un poquito de cabildeo para ver qué empresas venían e invertían en México, quedó en un impasse durante la parte más aguda del aislamiento.
“Pero había un reto que nosotros estábamos muy conscientes, y que no es tan obvio: la pandemia pegó antes en Estados Unidos y en Canadá, y por lo tanto ellos cerraron antes que nosotros. Pero esto también implicaba que iban a abrir antes que nosotros, y que iban a requerir proveedores de autopartes. Y si nosotros no estábamos listos ahí, pues las iban a buscar en otro mercado. Entonces nosotros sincronizamos la apertura en la industria de las armadoras con la apertura en Estados Unidos.
“Entonces ya hay signos que van en la dirección correcta. Va a haber necesidad de dos o tres cosas adicionales que vamos a tener que implementar con muchísima responsabilidad en las próximas semanas”.
Herrera se refiere, primero, a que la reapertura se hará en condiciones muy diferentes a las que había en febrero o marzo para cuidar la salud de las personas ante una nueva oleada de contagios de Covid-19: “Si no somos cuidadosos de eso, el peor riesgo es para la salud, pero también para la economía, es que hubiera un rebrote serio”.
Y segundo “es algo que estamos trabajando muy fuertemente todo el sector financiero, incluyendo el Banco Central, es asegurarnos de que hay liquidez suficiente para que las empresas tengan recursos para invertir en el proceso de reapertura”.
“Crisis por diseño”
Antes de asumir la titularidad de la SHCP, a la renuncia de Carlos Urzúa, en julio del año pasado, Herrera había sido secretario de Finanzas del gobierno de López Obrador en la Ciudad de México en sustitución de Gustavo Ponce, quien fue encarcelado tras ser exhibido apostando en Las Vegas, en 2004.
Por vez primera en más de tres décadas del mismo modelo económico no se asume neoliberal: “No, yo tengo una formación muy ecléctica, tanto académica como en mi vida profesional, y es justo lo que me parece que se necesita ahora: Tener una visión amplia, poco ligada a ortodoxas, y tener mucha cintura para ir ajustándose dependiendo de cómo va desarrollándose esto, que es una situación extraordinariamente inusual”.
A principios de junio, Herrera estimó que la recuperación económica de México se dará en forma de la “palomita” de la marca Nike, con un un repunte importante de la economía, pero no a la misma velocidad a la que cayó.
Ahora, en entrevista, el funcionario explica que el gobierno sabía que la caída sería extraordinariamente dura, pero iba a ser relativamente temporal: “A diferencia de otras crisis donde hay que esperar a que la economía procese todos los ajustes que hay, y puede tardar mucho tiempo, ésta es una crisis por diseño: se decidió cerrar un día, el 1 de abril se cerró la economía mexicana, el 23 de marzo cerraron las escuelas, pero estamos esperando igualmente una recuperación así de ordenada. Hay un proceso claro, es decir, ahora en México, muy esquemático, incluso cuando los estados empiecen a pasar del semáforo rojo al estado naranja van a empezar a abrir algunos sectores, y así en lo sucesivo. Entonces hay una parte de todo este proceso que va a permitir que la recuperación sea relativamente rápida, no tan rápida como fue el cierre de la economía, pero relativamente rápida.
–La famosa palomita…
–La famosa palomita. Pero todavía hay algunas incertidumbres. Y una de las incertidumbres radica en si vamos a ser, los mexicanos en su conjunto, capaces de mantener la disciplina. Es decir, hay gente que va a ir a trabajar, que va a salir, pero tendrán que mantener la sana distancia, mantener cierto tipo de precauciones. Si lo podemos hacer, yo creo que vamos a poder tener una recuperación exitosa, relativamente, asumiendo que venimos de una situación muy difícil.
El secretario de Hacienda reconoce que el país tenía estancamiento antes de la emergencia sanitaria y rechaza, también, que esta situación obedezca a decisiones del presidente López Obrador, como la cancelación del Aeropuerto en Texcoco.
“No, yo creo que eso era una exageración. El año pasado fue un año muy difícil para la economía mundial, nada comparado a lo que estamos pasando ahora. Las discusiones tan serias que tuvimos el año pasado palidecen frente a lo que estamos viendo. Y lo que hubo el año pasado fue una desaceleración brutal, a nivel mundial, sobre todo asociada a los conflictos comerciales internacionales. Un número muy importante de países que cayeron su crecimiento, o que hubo una disminución.
“Y yo siempre les decía cuando me hacían una pregunta como ésta es que debe haber sido muy seria la decisión de cancelar la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México porque afectó a Alemania, a Francia, a Estados Unidos, a China. Entonces había un contexto internacional que iba muchísimo más allá de lo local”.
Lo que ha pasado en México, dice, tiene que ver con “una coincidencia muy desafortunada de tres cosas”. Una: había una desaceleración cíclica de la economía mexicana, que coincidió el conflicto comercial de Estados Unidos y China, que fue lo que dominó el 2019. Y enseguida viene la pandemia. “Entonces es una coincidencia extraordinariamente desafortunada. Estas tres cosas, sobre todo esta última, es lo que está marcando el desempeño de la economía mexicana en estos momentos”.
–¿Se siente usted que proyecta confianza a los inversionistas, a los hombres del dinero a los que invierten en el país? ¿Lo ven con respeto, lo ven con certeza por las decisiones que usted toma? Y qué tanto también esos puentes que usted tiende, a veces, ¿no se tambalean con una declaración del presidente López Obrador?
–Con respecto a lo primero, yo creo que sí, estoy convencido de ello, pero no porque eso se haya dado por generación espontánea. Una de las cosas que yo no hago es: nunca miento. Si hay algo que no podemos hacer, a lo que no puedo comprometerme, no lo digo. Segundo: las cosas que implementamos, desde la Secretaría de Hacienda, tienen cierta lógica, están basados en números, son procesos bien pensados, y compartimos la naturaleza de ello con los distintos actores. Podrá ser que en algún momento alguien no coincida con ello, pero hay claramente argumentos detrás de lo que nosotros hacemos.
“El presidente López Obrador tiene un estilo muy directo de decir las cosas, que es el estilo natural de alguien que ha pasado la mayor parte de su vida en la oposición, excepto el último año y medio. Y tiene una forma extraordinariamente eficaz de comunicarse, que empieza a las 7 de la mañana. Pero una comunicación tan directa implica también que a veces puede recibir una pregunta para la que él podría no estar preparado. De tal forma, que cuando yo me despierto, ya se marcó el tono de muchas cosas en el día.
–¿Literalmente?
–A veces me despierto antes. Pero sí me suelo despertar con mensajes que me dicen: ‘se dijo esto’, o ‘alguien que me preguntó esto’. Y algunas cosas son cosas que no había tema de fondo. Una de ellas, te voy a decir, la que es más obvia, es: los bancos de desarrollo tienen dos vehículos adentro, son como holdings, pero tienen dos vehículos adentro: El más importante es el que le presta a los gobiernos para proyectos de desarrollo –presas, carreteras, créditos para el desarrollo social, agricultura, etcétera–. Y tienen un vehículo que, en un principio era más pequeño, que le prestaba directamente al sector privado. Esto es lo que es el IEC en el Banco Mundial, y es lo que se llama el BID Invest en el BID.
“Alguien le hizo una pregunta hace unas semanas al presidente, refiriéndose a un crédito del BID, se le olvidó el último pedacito, que era el BID Invest, y el presidente pensó que era un crédito que se había aprobado sin que él… Y es un tema estrictamente de semántica, pero para cuando yo reconocí eso ya se había tomado vuelo”.
“Primero los pobres”
Herrera ve con optimismo que economistas reputados como Joseph Stiglitz y Paul Krugman hablen de ya no medir el Producto Interno Bruto, sino el bienestar, tal como López Obrador ha postulado, y lo atribuye a una preocupación en el mundo por la inequidad y con la desigualdad.
Pero también se debe procurar el crecimiento de la economía: “Entonces, las funciones que tiene un secretario de Hacienda, con miras a la equidad y el crecimiento, en realidad se mueven sobre un rango muy amplio: asegurarnos que las finanzas públicas están en la dirección correcta”.
–Usted como secretario de Hacienda, la expresión “por el bien de todos primero los pobres”, ¿la asume radicalmente?
–Eso es importantísimo. Mira, uno, y yo incluso trabajé para un organismos financiero internacional, cuando trabajé para el Banco Mundial, ahí hay una división claramente de los países en tres categorías: una que se llama las economías avanzadas, en un extremo; los países muy pobres, que son fundamentalmente los del África Subsahariana, no los del África mediterránea, más algunos países del sudeste asiático y algún otro país que está fuera de eso como Haití; y luego están las llamadas economías de ingresos medios, y nosotros somos una economía de ingreso medio-alto. Es decir, dentro de los países en desarrollo, somos una de las economías más avanzadas.
“Aún siendo una de las economías más avanzadas, nosotros tenemos el 49% de la pobreza, antes del Covid, medido por ingreso. Es una país donde, para todo propósito práctico, hoy uno de cada dos mexicanos vive en pobreza. Es algo que no solamente tiene que ser una responsabilidad del gobierno, tiene que ser una responsabilidad colectiva”.
–Es decir, ¿por el bien de todos primero los pobres?
–Sí.