- Los pacientes a los que se les fue trasplantado un órgano son un nicho vulnerable de Covid-19; a ellos se les puede complicar la nueva enfermedad
- Por esa razón se decidió detener todos los trasplantes en México y Aguascalientes, confirmó Issea
Después de que se comenzó a propagar el coronavirus por distintos países, se encontró que algunas personas eran más vulnerables tras contagiarse de Covid-19. Las personas con trasplantes o a las que se les realizó algún trasplante ya hace tiempo, son algunas de las que pertenecen al grupo de riesgo. Por lo anterior, tanto en el ámbito federal como en el estatal, se decidió suspender todos los programas de trasplantes para no poner en riesgo a todas las personas que ocupaban dicho tratamiento y que, en caso de que se les hubiera hecho, tendrían mayor riesgo de gravedad.
Miguel Ángel Piza Jiménez, secretario de Salud en Aguascalientes, destacó que “en este momento, a nivel nacional, se dio la indicación de que todos los centros de trasplante se cerraran y el de nosotros, efectivamente, ha dejado de funcionar por indicaciones nacionales. Por seguridad de los mismos pacientes y el riesgo que se corre”.
Recordó además que “lo más difícil de un trasplante no es efectuar la cirugía, sino las complicaciones que pueden traer después de la cirugía. Y si ahorita tenemos el riesgo inminente del contagio del coronavirus, pues un paciente que se le hizo un trasplante, pues corre mucho riesgo de que pueda perder su trasplante”.
Por esa razón fue que la Federación determinó suspender en todo el país los programas de trasplante de órganos. Las alternativas que deben de seguir los pacientes que tenían agendado un trasplante son continuar con sus controles médicos, como lo habían estado haciendo tiempo atrás, prevenirse y esperar a que esta actividad se pueda reabrir.
Aguascalientes es referencia nacional respecto a tratamientos de nefrología y trasplantes de riñones. Tan sólo hasta el 2018 en la entidad se habían realizado mil 786 trasplantes de riñones en el Hospital Hidalgo, paralelo a ello, las listas de espera para esta operación suelen ser de cientos de personas. La sobrevida de un paciente que se la ha tratado idealmente con hemodiálisis es de aproximadamente 20 años, teniendo claro que hay casos excepcionales, sin embargo, cuando una persona recurre al trasplante de riñón su esperanza de vida se puede ampliar hasta los 50 años de vida.
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