Nuestra política económica frente al Coronavirus - LJA Aguascalientes
21/11/2024

La crisis temporal que enfrentamos con  la epidemia del coronavirus en México, nos ha servido para consolidar y reforzar nuestro proyecto de mayor justicia e igualdad social y económica en nuestro país impulsado por la Cuarta Transformación.

De manera acertada, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo expone en su ensayo “La nueva política económica en los tiempos del coronavirus” en el que nos dice que “la pandemia solo vino a precipitar, en medio de un tremendo agotamiento, el derrumbe del modelo neoliberal en el mundo” y ante esa realidad, nuestro proyecto económico resulta una alternativa eficaz para resolver este difícil momento proporcionando bienestar a la población y dando prioridad a los más pobres. Se trata de una nueva visión que rompe en México el molde neoliberal y da prioridad a los de abajo para lograr una más justa distribución de la riqueza y el empleo.

En su ensayo, el Presidente nos deja claro que la economía no es un asunto solamente de números ya que en busca del verdadero bienestar y felicidad del pueblo, en nuestro proyecto la economía va “indisolublemente relacionados  a los principios de democracia, justicia, honestidad, austeridad y bienestar. Estos principios los vemos reflejados de alguna manera también a lo largo de su libro Hacia una economía moral en la que nos delinea de manera sencilla su propuesta de modelo económico.

En el ensayo nos explica la implicación de cada principio en la nueva política económica de nuestro país y cómo se ve reflejado en acciones concretas en beneficio de la colectividad. Dejaré para posteriores textos una explicación detallada respecto a los principios y su relación con nuestra economía política.

Adelanto de manera general respecto al principio de la Democracia que a la par del respeto a la democracia representativa y al marco legal vigente, la Cuarta Transformación impulsa hacer realidad la Democracia Participativa en la que el pueblo opina y decide sobre acciones concretas que realizará el gobierno federal con ejercicios como la consulta popular y la revocación de mandato. Esto llevado a la economía es la acción, por ejemplo, de destinar de manera directa y sin intermediarios recursos como los destinados a las escuelas en el que los padres de familia y profesores deciden lo que se hará con el dinero o en los municipios para la construcción de caminos.

Sobre el principio de la Justicia se refiere a que nada justifica que la política económica sólo sirva a una minoría, este acto de justicia comienza por la auténtica separación del poder político del económico y de acciones en las que el Estado que ejerce con base al marco legal la rectoría del desarrollo nacional, se priorice a los pobres, a los humillados por la desigualdad neoliberal para lograr un desarrollo, un bienestar que surja de abajo, hacia arriba.

Explica que “ahora nosotros destinamos los apoyos para el bienestar empezando por la base de la pirámide social y de allí hacia su cúspide. Antes de la crisis sanitaria, 18 millones de hogares, de un total de 32 millones, eran beneficiados de cuando menos uno de los programas sociales en curso; es decir, el 55 por ciento del total de familias. Ahora nos hemos propuesto llegar a 25 millones de hogares, el 70 por ciento del total”. Esta acción de justicia económica hará un cambio contundente en la realidad de millones de hogares, niños, jóvenes y ancianos que tendrán un futuro diferente.

La Honestidad es un principio que desde hace muchos años ha expresado, en el sentido de la importancia de combatir a la corrupción como un camino para lograr nuestro desarrollo. El Presidente nos describe cómo ha desarrollado acciones contra la corrupción como eliminar la condonación de impuestos por influyentismo a grandes contribuyentes, reducir el robo de combustibles en 95 por ciento y establecer en la Constitución la tipificación de la corrupción como delito grave y añade que “la estrategia de combate a la corrupción nos puede significar ahorros por unos 100 mil millones de pesos adicionales a lo ya alcanzado, siempre y cuando no bajemos la guardia en el combate al robo de combustible o huachicol”. 

Sobre el principio de la Austeridad nos describe de manera general las acciones del gobierno federal realizadas antes y ahora ante la pandemia que permiten un gasto más ordenado, sobrio y prudente de los recursos expresando que “la austeridad no es un asunto administrativo sino de principios. No debe haber gobierno rico con pueblo pobre; se acabó aquello de pedirle al pueblo apretarse el cinturón sin que antes lo haga el gobierno. Además, si se actúa de manera congruente se adquiere autoridad moral para pedir a todos los ciudadanos, sin excepción, un recto proceder”. 


Finalmente respecto al principio de Bienestar nos aclara que el gobierno federal rechaza el criterio de que debe haber crecimiento para que exista el desarrollo y que esa riqueza debe generarse arriba para que llueva abajo, algo que nunca sucedió, pues solamente aumentó la pobreza y la desigualdad. Para la Cuarta Transformación “consideramos que lo fundamental no es cuantitativo sino cualitativo: la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza”.

Con  base el ello, López Obrador manifiesta que trabajamos para “establecer un Estado de bienestar igualitario y fraterno para garantizar que los pobres, los débiles y los olvidados encuentren protección ante incertidumbres económicas, desigualdades sociales, desventajas y otras calamidades, donde todos podamos vivir sin angustias ni temores”. 

En su ensayo retoma la postura de su más reciente libro respecto a que el Estado de bienestar igualitario y fraterno lo construimos para con el objetivo de que se tenga la protección de las personas a lo largo de su vida haciendo realidad el derecho a la alimentación, al trabajo, la salud, la educación, la cultura, la vivienda y la seguridad social.

No es casual que el Presidente cite en su ensayo a Ricardo Flores Magón, Juan Sarabia, Francisco J. Mújica y Salvador Díaz Mirón, mexicanos congruentes que comprendían la importancia de la igualdad y la justicia.

López Obrador nos comparte que las mayores enseñanzas de esta pandemia para México es la importancia de garantizar las libertades, esto porque el gobierno federal no ha actuado con autoritarismo para persuadir al pueblo sobre las medidas sanitarias. Otra lección es la importancia de la familia como núcleo solidario en esta epidemia, así como revalorar la importancia de la educación para la salud y la medicina preventiva para mejorar nuestra calidad de vida.

Cierto que hay mucho por hacer, pero algo queda claro y es que tenemos un rumbo certero en el que el pueblo siempre será la prioridad.


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