Seguramente alguna vez has tenido algún ser querido que se encuentra al borde del colapso, porque está en proceso o a punto de terminar la tan amada y odiada tesis.
Pues bien, nadie va a negarlo, es cierto, durante ese periodo nos volvemos insoportables, odiosos, irritables, téngannos paciencia, esto es tan nuevo para quienes realizamos tesis como para ustedes.
En primer lugar quiero aclarar, que realizar investigación no es algo sencillo, se requiere mucha vocación, paciencia, constancia y disciplina, que en estos momentos de pandemia son difíciles de mantener.
Usted podrá decir que cada quien decide si vender el alma o no por un título; bueno, es cierto este camino es elegido pero eso no quiere decir que no tengamos derecho a frustrarnos, a cansarnos o a querer renunciar, la mayor parte de mi proceso de tesis la he pasado tratando de no abandonarla, porque, permítame decirlo, nada es suficientemente bueno, porque más que obtener un título, nos estamos jugando el pase a la siguiente etapa, si es que queremos seguir en el sendero de la investigación, porque para vivir de esto, ahora hay que pasar por maestría, doctorado, para llegar al post-doctorado, que son imposibles de estudiar sin una beca.
De nuestros resultados de tesis depende mantener nuestra beca, no terminar adeudándola porque si no cumplimos hay que pagarla, y eso implica poder o no seguir formándonos como jóvenes investigadores.
Hacer investigación es una de las cosas más apasionantes a la que te puedes dedicar, lidiar con la burocracia y los parámetros que hay que cumplir, no tanto.
Como cualquier proceso de escritura, se necesita constancia, trabajo y documentación, pero no todos los días serán productivos, ni todos la días tendremos ideas brillantes, hay bloqueos creativos, también hay días en los que se avanza más que en meses, muchas semanas que se trabaja por pasión y otras que nos obligan a trabajar a marchas forzadas para cumplir con requisitos institucionales.
Después de todo este choro, le dejo unos consejos para que pueda seguir conviviendo con su tesista de preferencia:
- NO le pregunte cómo va la tesis: los tutores y profesores ya se encargan de estarle recordando todo el tiempo que no avanza de manera extraordinaria, en lugar de eso mejor pregúntele cómo está, cómo se siente.
- Si quiere apoyar pero no sabe cómo, hágale saber de alguna manera que le apoya en esta cruzada, puede regalarle algún detalle para sus largas jornadas de trabajo como café, libretitas, algunos snacks o una playlist de música agradable para escuchar mientras llora escribiendo la tesis.
- Recuerde que su ser amado está en una situación extraordinaria pasando la tesis, volverá su buen humor, las ganas de platicar y estará con menos ansiedad (hasta que se le ocurra hacer otra tesis). En este momento es odiable, pero son las circunstancias, pronto pasará.
- No minimice su situación, escribir una tesis es un trabajo arduo, quien crea que pedir una beca es para no hacer nada, no sabe todas las exigencias que hay que cumplir.
- No se moleste si no quiere hablar de su tesis o sí solo habla de su tesis. He notado que existen dos tipos de tesistas, los que se obsesionan, por lo quieren compartir todo el tiempo sus avances con todo mundo, y los que se obsesionan pero les da vergüenza aburrir a otras personas, entonces no quieren compartir lo que viven.
Esta “Otra Inútil Columna Para La Paz” es dedicada a mis compañeros y compañeras de maestrías, que en estas últimas semanas vivieron conmigo el estrés de entregar el borrador final de tesis. Espero que en el camino no hayan vivido muchos costes sociales. Les admiro y les quiero.
Casandra, Ana, Fátima, Edgar, Alan y Leo, estos dos años hubieran sido un infierno sin ustedes.