- Nosotros apoyamos al presidente y así nos paga. ¿Esto es un gobierno de izquierda? Ni el PAN tenía tanto desprecio por la cultura. Arrecian críticas de cineastas contra el nuevo plan de austeridad que implementa la secretaria Alejandra Frausto
Un inesperado frente de batalla se le ha abierto a la Cuarta Transformación: la comunidad de cineastas en México, viejos aliados de Andrés Manuel López Obrador, comienzan a aventarle jitomatazos a sólo 18 meses de que inició el sexenio.
La relación entre el presidente y este importante sector cultural ha dado un giro después de muchos años de besos y abrazos. Como opositor y candidato presidencial, el tabasqueño logró los apoyos de los más importantes representantes del séptimo arte, desde los taquilleros Alfonso Cuarón y Gael García hasta los creadores de premiadas películas en el extranjero que no han tenido la difusión merecida, pero que son referentes intelectuales.
El mismo López Obrador se había rodeado de actores y cineastas en sus campañas presidenciales, enviando un mensaje de inclusión a ese gremio: actores y actrices como María Rojo, Dolores Heredia, Damián Alcázar, entre otros, aparecían en sus spots dirigidos por el cineasta Luis Mandoki, quien también le hizo los documentales militantes “Fraude 2006” y “¿Quién es el señor López?”. Además, entre los invitados de AMLO a su toma de protesta estaban los cineastas Alfonso Arau y el estadounidense Lee Unkrich.
Productores, editores, guionistas, también formaban parte de ese voto duro lopezobradorista. Y el apoyo era abrumadoramente favorecedor en el sector del cine documental.
El divorcio con el cine
Pero esas mieles parece que se acabaron esta primavera. La causa del divorcio: el nuevo plan de austeridad frente a la crisis económica que ha decidido pasarle tijeras al Instituto Mexicano de Cinematografía, mejor conocido como Imcine.
Entre las últimas noticias se cuenta que la Cuarta Transformación ha eliminado los fondos de apoyo a nuevos desarrollos, el plan para incentivar el cine indigenista y feminista en 2021 y está en riesgo la existencia de FilminLatino, la plataforma digital del Imcine donde se pueden consultar más de mil 600 películas.
Esta decisión es la última gota en un vaso rebosante de decepciones que en abril de este año llevó a la creación del Frente Amplio de Trabajadores del Arte y la Cultura de México contra la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
El frente lo integran la artista Lorena Wolffer, la crítica de arte María Minera, la fotógrafa Maya Goded, el actor Daniel Giménez Cacho, y muchos más, que protestan por la extinción y futuro incierto del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), dos de los recursos más importantes para crear películas en México.
La más reciente revuelta ocurrió el 13 de mayo, cuando entre los cineastas circuló un mensaje de Whatsapp que anunciaba una nueva ola de recortes a la industria: según la cadena, la producción de cortometrajes, guiones, desarrollos y óperas primas perderían sus apoyos económicos.
No hay dinero
La furia de la comunidad fílmica contra la 4T fue tan grande que la directora del Imcine, María Novaro, tuvo que organizar una reunión de emergencia vía Facebook para tratar de calmar los ánimos, pero con resultados melodramáticos: aunque aseguró que todo funcionaría con normalidad el resto del año, también reconoció que no hay dinero para pagar a quienes deben evaluar los guiones que buscan apoyos para ver la luz el próximo año.
“Es una traición lo que están haciendo”, se quejó con EMEEQUIS un integrante del frente contra la secretaria Alejandra Frausto, quien teme que si su nombre es público pierda los apoyos ganados para su próxima película. “Son unos impresentables. Nosotros apoyamos al presidente y así nos paga. ¿Esto es un gobierno de izquierda? Ni el PAN tenía tanto desprecio por la cultura”.
El cineasta, un veterano del círculo creativo en México, asegura que su enojo es compartido por casi todos sus conocidos, votantes de AMLO en 2018 (y en 2012 y en 2006), quienes aún albergan una pequeña esperanza de que el tabasqueño cambie de opinión y considere a la cultura como un bien prioritario en el rescate económico postcoronavirus.
Su anhelo es que la historia de amor entre la comunidad cineasta en México y el presidente Andrés Manuel López Obrador no termine en un amargo drama. O peor: en una película de terror.
EMEEQUIS
@emeequis