Uno, dos y tres, serán tres las etapas del plan de reinicio de actividades, la presentación de estas fases se puede describir también en tres: buenas noticias, malas noticias y, sobre todo, la incertidumbre. De bote pronto, lo mejor es que el Gobierno de México, encarnado en Andrés Manuel López Obrador (literal, o al menos así lo cree el presidente) acepta que no puede solo, que ante la pandemia se requiere el consenso de las entidades federativas, que no se puede extender la Jornada Nacional de Sana Distancia sin continuar afectando la economía (aunque el presidente no crea en el PIB) y que no habrá medidas coercitivas para los gobernadores que no quieran seguir el plan.
Lo malo, esencialmente, que la apuesta realizada por López Obrador, al menos en el discurso, es “a la responsabilidad de nuestro pueblo”, ese pueblo bueno que el presidente no se cansa de nombrar y que le parece que “es mayor de edad, responsable, muy consciente y participativo”, ya sabemos que a la Cuarta Transformación no le gusta hablar de ciudadanía, que es lo que describe ese comportamiento, porque durante la pandemia, al pueblo lo definen las agresiones a los profesionales de salud, las ataques a las fuerzas armadas “por esparcir el virus”, los que alimentan con paparruchas la infodemia a través de sus chats y redes sociales, la señora que se niega a seguir las medidas de sana distancia porque todo se cura con un caldito de pollo, el trabajador que no cree que el virus exista, todos los que a pesar del constante fluir de información a través de todos los canales, prefiere no escuchar las noticias porque ya se cansó; forman parte de ese pueblo los empresarios irresponsables que presionan a las autoridades municipales y estatales a que les den permiso de ya abrir, los que acusan al gobierno de no apoyarlos y con ese pretexto dejan de pagar o corren a sus empleados… ese pueblo es mayoría y a ellos se les apuesta.
Lo peor. La jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, reconoce que la Ciudad de México está en la etapa más alta de contagios y conmina a quedarse en casa, justo el mismo día en que, por la mañana acudió, sin cubrebocas, al anuncio de la estrategia para la nueva normalidad. Por cierto, en la conferencia de López Obrador estuvieron Jorge Alcocer, secretario de Salud; Graciela Márquez, secretaria de Economía; Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo y Previsión Social; Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional; Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Educación para la Salud; Esteban Moctezuma, secretario de Educación Pública; y los gobernadores Alfredo del Mazo, del Estado de México; Alejandro Murat Hinojosa, de Oaxaca; y Carlos Manuel Joaquín González, de Quintana Roo; mientras el anuncio Moctezuma Barragán, Alejandro Murat y Del Mazo estuvieron con cubrebocas, pero se lo quitaron a la hora de tomar la palabra, porque, cómo van a fotografiarlos así, sólo el gobernador del Estado de México se dejó la mascarilla todo el tiempo… No es una minucia, representa que a las autoridades se les olvida que en tiempos de pandemia son ejemplo a seguir, si le piden al pueblo que se cuide, ¿con qué cara lo hacen si ellos no siguen las reglas?
Lo incierto. La presentación de la estrategia estuvo a cargo de los secretarios de Salud, Economía, Trabajo y Educación Pública, mucho se insistió en que las etapas del plan, se establecieron fechas, pero en cuanto a protocolos y medidas, sólo fueron promesas, Luisa María Alcalde, informó que ya se están trabajando los protocolos por cada uno de los sectores y de las industrias… pero no están; lo mismo Esteban Moctezuma, al asegurar que se cerrará el ciclo escolar con una etapa presencial de evaluación… sin establecer fecha; pero quizá la incertidumbre mayor fue la presentación de Graciela Márquez, quien aseguró que hay 269 municipios con nula transmisión en 15 estados del país, a los que llamó “municipios de la esperanza”, pero en ninguna parte se dio a conocer cuáles son, sí, del 14 al 17 de mayo se implantarán cercos sanitarios para que el 18 de mayo reinicie la actividad escolar, del espacio público y laboral, ¿en dónde?
Unos dicen que sí, otros que no. López Obrador cierra la presentación insistiendo en que el plan es de aplicación voluntaria, si hay una autoridad municipal o estatal que decida no acatarlo, “no habrá controversia. No vamos a pelearnos, no vamos a dividirnos, no vamos a apostar a la separación”, el balón queda en la cancha de las autoridades locales y si ceden o no a la presión, como en Aguascalientes, donde Claudio Innes, presidente de la Canirac, anuncia que los establecimientos podrán abrir al 50% de su capacidad, y otras medidas de sanidad, que porque ya llegaron a un acuerdo con las autoridades municipales, pero apenas unos días antes Jaime Beltrán, secretario del Ayuntamiento que preside Teresa Jiménez Esquivel, había dicho que no cederían a presiones… hasta el momento no hay comunicado oficial de que se permitirá esa apertura, ¿en qué quedamos entonces?
Unos sí, los más, quién sabe. Lo mismo con los gobernadores de Acción Nacional (GOAN), quienes habían dejado muy claro que “A raíz del anuncio de Consejo General de Salubridad, advertimos que no es posible reabrir más actividades económicas hasta que el descenso en el nivel de contagios lo permita y se den los protocolos sanitarios para hacerlo con seguridad. Sería delicado e irresponsable”, pero Martín Orozco, quien trae otro tema a resolver, indica vía Twitter que “a través de la Secretaría de Salud estatal entregaremos un protocolo con las medidas necesarias para que las empresas de Aguascalientes retomen sus actividades, hoy me reuní con representantes del sector industrial para dialogar sobre esta nueva normalidad que deberán seguir los trabajadores”, al mismo tiempo que Nissan anuncia que el lunes se integrará el 50% de los empleados a sus labores y el resto una semana después.
Incertidumbre. El lunes arrancará el sector automotriz en Aguascalientes, hasta el momento sin prueba alguna de que los protocolos de seguridad existan, a menos de una semana que se registre (13 de mayo) por segundo día consecutivo el mayor número de nuevos casos diarios confirmados de Covid-19 con 40 nuevos contagios y sumen ya 522 casos en la entidad, con un acumulado de 16 fallecimientos en el estado… ¿En quién recaerá la responsabilidad de nuevos contagios o un rebrote del virus?, en manos del Gobierno Federal no, eso está seguro, el recurso del semáforo, “según la gravedad del contagio”, que no cuenta con criterios bien definidos (al menos no públicamente), López Obrador deja en manos de las autoridades municipales y estatales el compromiso de que la estrategia funcione o no.
Estrategia. Hay buena fe, un plan inconcluso que acude a tácticas mercadológicas para llamar a las áreas libres de contagio “municipios de la esperanza”, pero que no las enlista, un plan que elude la seriedad del lenguaje técnica porque el pueblo está muy menso para entender y mejor explicarle con manzanas y peras, que simplifica el control de la epidemia a establecer “cercos sanitarios” sin indicar en qué consisten; un gobierno que machaca insistente en que acude a los científicos, que en materia de información es transparente y abierto, pero esconde, modifica o evade los datos a su conveniencia y convierte cualquier cuestionamiento en un ataque de los adversarios…
Qué alguien nos explique. En redes sociales, publican el agradecimiento de parte de los vecinos y adultos mayores de la calle Martín Espinosa del fraccionamiento Insurgentes para regidor Óscar Estrada del PRD; ¿el motivo?, haberles ayudado con la petición de una lámpara de alumbrado público. Lo anterior significa que los ciudadanos de esta calle ya habían hecho la petición y no fueron escuchados, por lo que tuvieron que acudir con el regidor mencionado para que presionara con la gestión. Qué mal por la Secretaría de Servicios Públicos que ya había prometido modernizar el área de alumbrado público para que no pasarán estas situaciones. Aunque eso de agradecer al funcionario en las redes, a través de colaboradores del municipio, perdón lo mal pensados, pero suena a promoción barata; finalmente él es un servidor público y hacer este tipo de trabajo es parte de su chamba, por lo que sobra el aplauso cibernético.
La del estribo. Tenemos esperanza, confiamos en que vamos a salir de esta, pero no se puede estar de acuerdo en impulsar y contribuir a un retorno a la nueva normalidad, cuando ni siquiera se define en qué consiste esa normalidad, cuando las condiciones de la normalidad previa a la pandemia la definían las crecientes violencias hacia los sectores más vulnerables; lo escribimos cuando inició la pandemia: estamos solos, las buenas intenciones de los gobiernos lo confirman, y sin embargo: ánimo, arriba corazones.
@PurisimaGrilla