Hacia el Arte Medioambiental en Aguascalientes: diversidad cultural y biodiversidad - LJA Aguascalientes
27/04/2025

Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. 

Unesco

 

Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, así como el 22 del mismo mes, y con la misma trascendencia, el Día Internacional de la Diversidad Biológica.

Es la diversidad cultural y la biodiversidad en el marco de su valoración y comprensión, lo que posiblemente proporcionará elementos teóricos y conceptuales que potencien la creación de obras de arte de cuño medioambiental tanto en el entorno natural, como urbano, ya que esas dimensiones proporcionan elementos para entender la relación e interacción de los seres humanos con los entornos en los cuales han vivido.

Esa comprensión representa también un cuerpo de conocimientos que se ofrece como herramienta que pondera desde lo social, el valor del arte como un agente de concientización cuyas propuestas deriven en sustentables mediante lecturas que aporten nuevas formas de ver, abordar y sentir los entornos naturales, y complementariamente, el arte como un medio, un vehículo de sensibilización para la puesta en valor de los patrimonios. 

Este camino en la mirada del medio natural como ancestralmente lo hicieron los grupos humanos originarios, conduce a valorar la obtención de piezas artísticas mediante técnicas y procesos que pueden ser sencillos y amigables con el entorno, siendo éstas interpretaciones la concepción de una realidad determinada fruto de un mundo externo o interno que cimenta una relación armónica y equilibrada con la naturaleza, que puede poner énfasis en la extinción, en la sobrevivencia de la especie humana y de otras formas de vida, ante el declive, la degradación y la pérdida de los ecosistemas ligados a actividades antropogénicas, que catastróficamente muestran ya un agotamiento de los recursos naturales; o bien crear poéticas artísticas que manifiestan la complejidad de lo onírico y de las realidades sociales, haciendo manifiesta la reflexión y la construcción de las obras medioambientales.  

Las propuestas artísticas de este tipo, se nutren de la simbiosis entre seres vivos y el lugar donde habitan y se desarrollan, en la que confluyen la creatividad, el vínculo y el contacto con las fuerzas y los elementos naturales, además de las características sociales, lo cual sugiere una gran variedad de temas para ser desarrollados con base a una ética que escucha el pulso del planeta, que observa en su proyecto y materialización el mínimo impacto negativo para evitar revertir potenciales deterioros de índole ambiental, que vulneren y dejen un impacto o huella ecológica, por degradación o contaminación en general de agua, suelo o la atmósfera, o bien de cualquier otro elemento del lugar, de los ecosistemas que son intervenidos durante el tiempo que la obra se encuentra in situ

Al mismo tiempo que el arte y la ecología invitan al despertar de una conciencia que conduce a repensar nuestra relación con la naturaleza, donde la biodiversidad es el tema primordial vinculado al medio ambiente y su empleo desde el arte pueda suscitar vivencias en concordancia con el bien común y en su defensa promoviendo estilos de vida armoniosos con ella. 


La biodiversidad se expresa en la diversidad de genes, de especies, de ecosistemas y de paisajes. A mayor variedad de ecosistemas mayor diversidad biológica. La biodiversidad es el resultado de la evolución de la vida en el planeta y es asimismo, un recurso y fuente de riquezas, por lo que es indispensable promover su salvaguarda ya que provee a la humanidad de los medios para asegurar su manutención. 

Es de primordial importancia la conservación y la promoción para la existencia y uso sostenible de los ecosistemas, así como lo es la variabilidad genética, la cual desde el punto de vista alimentario representa un patrimonio inmaterial de los pueblos que la practican y forma parte de los procesos culturales que se refleja en el sincretismo y el mestizaje cultural, que es consustancial a la sobrevivencia física y espiritual de los pueblos, ya que es producto del conocimiento de la humanidad en torno al cual, las familias y la sociedad se reúnen para alimentase o festejar sus atributos asociados a eventos de carácter familiar, civil o religioso.

Factores que permitieron el desarrollo ancestral de las civilizaciones estrechamente ligadas desde el origen que se testimonian en el descubrimiento de cultivos, tecnologías y procesos productivos presentes en los elementos tangibles e intangibles, interlocutores éstos, con voz propia que narran a la sociedad presente, su diversidad, quiénes y cómo eran esos grupos humanos, a qué aspiraban, cómo se organizaban y se relacionaban entre sí y con el medio físico.

Son una proyección de la percepción y el entendimiento que los individuos tienen del entorno que les circunda, dotándoles de identidades particulares, donde “…la identidad es la cohesión, es la memoria e interpretación de la vida. La tradición cultural expresada a través de la religión, las cosmovisiones, el arte, la comida, la lengua, los roles y la organización social, entre otros elementos culturales […], para sobrevivir y valorarse a sí misma”, como lo expresa el antropólogo Adrián Marchelli.

Esto representa por otro lado, aprendizajes que los relacionan con la comprensión del propio medio biofísico y el intercambio de todo tipo con otras culturas; aspectos que invitan a los creadores de obra medioambiental a conocer esa riqueza particular y propia de la diversidad, a considerar esos factores a partir de los cuales es posible promover creaciones artísticas a favor y de respeto a la biodiversidad y a las formas de ser culturales que se asientan en los lugares de emplazamiento del producto creativo.

Otras propuestas de intervención artística, que son producidas en el medio natural, se encuentran en íntima relación con el paisaje pues han considerado y tomado las características bióticas, abióticas y el factor humano para su confección, inmersas en la biósfera. Así pues, es esencial identificar y conocer los recursos biológicos, naturales y sociales para la confección de obras de grafía medioambiental.

Existe un mundo de culturas sobre la faz de la tierra que se confrontan, comparten o dialogan entre sí, teniendo distintas formas de contacto y relación. La conjunción de éstas es concebida como lo multicultural ya que hace mención a la naturaleza culturalmente diversa de las sociedades humanas, y simultáneamente ésta denominación no solamente alude a etnias, a personas que viven juntos en la misma sociedad que comparten la existencia, es decir, que coexisten en un mismo territorio, sino también abarca de manera más incluyente, a aquellos conglomerados que se aglutinan con otros grupos en la llamada cultura nacional, que sí se estima democrática, no impondrá formas de ser y los patrimonios sobre otros pueblos, ya sean estos locales, regionales, étnicos, populares o marginales. 

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, en su “Declaración Universal de la Unesco sobre Diversidad Cultural”, afirma que “En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

De esto se desprende como lo propone esta organización, que lo natural es la diversidad y sea esta una fuente inagotable de intercambios, innovación y creatividad que debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras, en vista de que la asociación con personas de otros orígenes, de otras culturas con creencias, valores, lenguas, proyectos personales, familiares o comunitarios, permita entre sus integrantes apreciar y reconocer sus diferencias para concebir valores compartidos, para acrecentar y recrear la diversidad que nos rodea, y se traduzcan éstas, en experiencias vivas pertenecientes a varios planos del desarrollo humano para que posibiliten a las sociedades, retomar los elementos culturales que le sean benéficos para su sobrevivencia, rechazando aquellos que representan un riesgo para su continuidad emocional, física y espiritual.

La multiculturalidad permite valorar la identidad, las formas de vida, las prácticas culturales, las costumbres y las tradiciones de otros, que se extiende a etnias, a grupos o colectivos socialmente marginados, considerando como se ha dicho, reconocer lo positivo en la diversidad sin que se tenga que renunciar a lo propio, ya que esto potencia la coexistencia entre la pléyade de culturas dentro de la misma sociedad en un espacio y tiempo determinado, atendiendo a la interculturalidad que no se expresa en el sometimiento, ni en la integración que niega al otro, lo que exige una mediación de no sumisión impuesta por la cultura hegemónica sobre las minorías, que se cristalizan en una interacción armoniosa y una voluntad de convivir, como un medio de acceso a la existencia, intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactorias, para encontrar la armonía en el mundo contemporáneo como lo pondera la Unesco en la declaración citada.

En consecuencia, la diversidad cultural y la biodiversidad como patrimonio espacial y temporalmente localizadas, son un conjunto de expresiones culturales materiales, inmateriales y naturales, cuyas representaciones como la cosmovisión, el arte, el lenguaje, la ciencia, la tecnología, la dieta o los paisajes adquieren sentido cuando se recurre a ellas. 

Dicho de otra manera como expresa el antropólogo Manuel Gándara: El patrimonio nos permite preservar y celebrar nuestra diversidad cultural, tanto a lo largo del tiempo como en el presente. Esa diversidad es un repositorio de las soluciones humanas a problemas comunes; es la prueba de que podemos ser diferentes y aun así vivir en armonía. Es el soporte y la prueba de nuestra diversidad cultural. 

Si bien existe esta voluntad política internacional o nacional de intenciones para la convivencia, el respeto y la inclusión que supone la interculturalidad, quedan pendientes en el fondo algunas contradicciones estructurales que se piensa no existen o que se encuentran en proceso de transformación, como son el acceso mayor a la cultura, la salud, la educación, a un medio ambiente saludable, al desarrollo económico y social, así como el tema relativo a los derechos humanos. 

México es un país con profundas desigualdades sociales con más de 60 millones de su población en algún tipo de pobreza, una nación que expresa contrastes y contradicciones difíciles de zanjar dentro del modelo económico-social neoliberal impuesto por casi cuarenta años de gobierno. 

Por consiguiente y por la complejidad, dimensión y magnitud de la diversidad cultural y la biodiversidad, se precisa que su abordaje y atención no sea letra muerta, que en la práctica, se operen leyes y políticas públicas para la promoción, preservación, acrecentamiento, protección, conservación y difusión de éstas.

Por lo que queda establecer prioridades de atención, en los que cada instancia de los ámbitos social, gubernamental y privado nos responsabilicemos de estos patrimonios que conforman un universo inagotable de recursos conceptuales y materiales para su puesta en valor no solo a través de propuestas artísticas de carácter medioambiental sino todas aquellas que echemos al vuelo de la imaginación, por utópicas que parezcan.

 

Arteparalelo21@live.com


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