- Las vacantes en call centers que le trabajan a Grupo Salinas siguen abiertas, pese a las defunciones, restricciones y clausuras. Los empleados son reubicados para evadir cierres, cuentan fuentes cercanas
EMEEQUIS
Por 4 mil 200 pesos mensuales uno puede arriesgar la vida contestando llamadas para el hot sale en línea que está organizando Elektra, empresa que pertenece a Grupo Salinas, de Ricardo Salinas Pliego, empresario y asesor de Andrés Manuel López Obrador.
Los requisitos no son muchos. Tener 18 años, bachillerato terminado –uno tiene que contar con el certificado–, mínimo tres meses de experiencia en ventas o atendiendo un call center –se tiene que comprobar–. Vivir a no más de 90 minutos de Naucalpan, Estado de México, así como tener pasión por las ventas, facilidad de palabra y manejo de objeciones… quejas, pues.
A la hora en la que se escribe este Secreto, el reloj colocado en la página de Elektra marca que falta un día, 10 horas y 8 minutos para empezar este hot sale. Por eso, la contratación es inmediata, el sueldo es por medio tiempo, es presencial, no te pondrán un tope a tus comisiones y, presumen, hay prestaciones de ley y superiores. El anuncio tiene apenas un día.
En otra publicación con los mismos requisitos se establece como zona de trabajo la colonia Vértiz Narvarte, en la Ciudad de México, a 10 minutos del metro Nativitas o Eugenia, según desde donde se camine. Las oficinas están en el Eje Central Lázaro Cárdenas.
No era extraño encontrar estos mensajes de Grupo Nach en la “vieja normalidad”. Sin embargo, en medio de la crisis sanitaria por Covid-19 y luego de que el 4 de mayo las autoridades de la Ciudad de México clausuraran uno de los call centers que ofrece servicios para Elektra, Banco Azteca y Total Play, resulta extraño, pues es el mismo edificio de Eje Central donde se está contratando personal.
Trabajadores y extrabajadores de los call centers confirmaron a EMEEQUIS que en estas oficinas ya se han reportado contagios, incluso defunciones, por el coronavirus. Sin embargo, siguen trabajando sin medidas de higiene.
Josué –es un nombre ficticio para proteger su identidad, pues teme represalias–, un joven que llevaba trabajando nueve meses en aclaraciones bancarias de Banco Azteca, dice a esta revista digital que él renunció después de los tres fallecidos. Sin embargo, sigue en contacto con sus excompañeros.
Asegura que hasta el momento hay cerca de 2 mil 500 empleados de call centers, contratados por empresas outsourcing, controladas principalmente por Negocios Administrativos en Capital Humano NACH S.C. (Grupo NACH) que siguen trabajando, pese a las restricciones de la autoridad y sin las medidas sanitarias mínimas para proteger su salud.
“Son como 20 empresas que cambian de nombre cada seis meses para que no generemos antigüedad y para evadir impuestos”, señala.
Después de la clausura del call center en Rascarrabias 911 esquina con Eje Central, a los empleados los hicieron volver en tandas en los siguientes días e ingresaron por medio del estacionamiento, como también dieron cuenta otros medios de comunicación.
Sin embargo, a decir de Josué, este no ha sido el único mecanismo: han sido dirigidos a otras oficinas para seguir laborando, pese a no ser una actividad prioritaria. Actualmente muchos de ellos están en la Cerrada Relox 16, junto al metrobús Doctor Gálvez, y en Corona 100, en la colonia Cervecería Modelo en Naucalpan, Estado de México.
Una trabajadora de Relox 16 confirma que está trabajando ahí y que las medidas sanitarias son prácticamente inexistentes. “Cada uno se protege como puede. Llegamos con cubrebocas, pero por la actividad es difícil usarlo todo el tiempo. Lo único que ha cambiado es que ya no podemos salir de las oficinas”.
Sandra Romero, compañera en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) de una de los fallecidos, Rodolfo Huvy Cruz Juárez, ha hecho su bandera de la defensa de los trabajadores de call centers que operan para Grupo Salinas.
Dice que desde el 27 de abril pasado que Huvy, un joven de 30 años que estudiaba comunicación, murió por Covid-19 y tras lanzar un video de denuncia, ha recibido en su cuenta decenas de mensajes de trabajadores y trabajadoras de estos espacios. Los mensajes corroboran la información obtenida por esta revista digital.
A ella, a través de cuentas recién creadas y en una ocasión directamente por mensaje de Whatsapp, le han dicho “¿Cuánto quieres para que dejes de hablar?”.
Las reubicaciones de personal que ella tiene detectadas, además de Naucalpan y Relox 16, están en Amores 31, Colonia del Valle, en la Ciudad de México y otras direcciones no especificadas en Iztapalapa, Ajusco, Tlalpan e incluso Querétaro.
“La orden que les dieron para mantener su empleo es que no podían salir de la oficina. Todos tienen que comer en su lugar”, señala.
Grupo Nach y el outsourcing
En los recibos de pago de los trabajadores no aparece el nombre de Grupo Nach. Quienes llevan más tiempo laborando en estos call centers han visto cambiar la denominación social de su patrón cada seis meses en promedio.
Una de las empresas que era utilizada por Grupo Nach para realizar los pagos es Integradora de Salarios y Prestaciones S.A. de C.V., una de esas compañías que declaran ante el Registro Público del Comercio que hacen de todo, en su caso: mercadotecnia, publicidad, asesoría en contabilidad, asesoría en el sector salud y en la industria de la construcción, en deportes y belleza, importación y exportación de mercancías, diseño gráfico, entre otras cosas.
La empresa fue dada de alta en agosto de 2018, en Tlalnepantla, Estado de México, y tiene como accionistas a Elizabeth Ortiz Toledo –una joven de apenas 22 años– y a María Guadalupe Montoya Jiménez, de 35. De ninguna hay registros consultables.
Ni Grupo Nach ni Integradora de Salarios están dadas de alta en el Registro Central de Agencias de Colocación de trabajadores con y sin fines de lucro de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, es decir, no tienen una constancia de autorización de funcionamiento, al menos hasta marzo de este año.
“Esto del outsourcing ahora es peor, porque están despidiendo a muchos. Al menos 100 de los que me enteré. A muchos los reubican para hacerlos renunciar; a otros abiertamente les corren y como llevan poco tiempo no les dan liquidación”, cuentan las fuentes.
@emeequis