- Parteras tradicionales cuentan con las calificaciones para atender hasta 80 por ciento de los servicios de salud sexual y reproductiva, materna y neonatal y podrían ser la respuesta para no dejar a las mujeres sin servicios de salud
El Programa de Reconversión Hospitalaria, para que hospitales de alta especialidad atiendan preponderantemente a personas con el virus, es la oportunidad perfecta para que el sistema de salud fomente los servicios de las parteras profesionales.
En opinión del secretario técnico del Comité Promotor por una Maternidad Segura en México, David Meléndez Navarro, es innegable que la disponibilidad de servicios médicos como camas de urgencia y respiradores se reduce en una situación de emergencia sanitaria como la que se vive en México y en el mundo.
Sin embargo, explicó en entrevista, el actual contexto también es una oportunidad para regresar a los servicios de las parteras tradicionales, quienes cuentan con las calificaciones para atender hasta 80 por ciento de los servicios de salud sexual y reproductiva, materna y neonatal y podrían ser la respuesta para no dejar a las mujeres sin servicios de salud.
Una de la primeras medidas implementadas por los hospitales ante la llegada de la pandemia fue proteger al personal que presta servicios de salud y que tenían factores de riesgo, es decir enviar a casa a personas hipertensas, con enfermedades cardiovasculares, diabetes o de 65 años o más. Con esta decisión, ineludible, explica el doctor, se redujo la atención, lo que se sumó a la carencia crónica de personal.
En un segundo momento el plan del sector salud es reducir el número de camas no esenciales en otros servicios a fin de priorizar la atención a pacientes con Covid-19, así los hospitales ampliarán la capacidad de atención a esta población, como lo informó la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad el pasado 29 de marzo.
Sólo en la Ciudad de México y el Estado de México, donde se registran de 101 a 250 casos en cada entidad, se prevé que el Instituto Nacional de Perinatología y los hospitales generales de México Eduardo Liceaga, el Juárez de México y el Manuel Gea González, que ofrecen atención materna y obstétrica, se conviertan en hospitales Covid.
Desde ahora estas, y otras instituciones de salud en los estados, han modificado su rutina, por tanto, los médicos generales, que en muchas ocasiones son los que atienden a las mujeres durante el embarazo y las emergencias obstétricas, son capacitados para responder a las complicaciones respiratorias derivadas del coronavirus, menciona David Meléndez Navarro.
Estas políticas, de proteger al personal médico con factores de riesgo, y la reconversión hospitalaria, señaló Meléndez Navarro, se traducen en menos disponibilidad de servicios y aunque esto es necesario para enfrentar la pandemia, también desnuda la falta de capacidades de los sistemas de salud de todos los países.
En el caso de México, dijo el especialista, no se ha avanzado a otro modelo de atención, como el de Inglaterra, donde además de hospitales hay unidades de partería que se encuentran en zonas alejadas de las instituciones de alta especialidad y donde las mujeres pueden atenderse sin necesidad de acudir a un nosocomio; o bien, tienen la opción de atenderse en su casa.
Nuestro país, detalló, enfrenta condiciones similares a las de Estados Unidos, donde hoy las mujeres se preguntan a dónde acudir si los hospitales están saturados de pacientes con Covid-19.
Por estas razones, Meléndez Navarro aseguró que si el sistema de salud considerara a las parteras profesionales como una respuesta a la atención, no habría preocupación de que las mujeres lleguen a los hospitales saturados, ya que las parteras pueden atender en casa y no necesitan de instalaciones de salud.
La ciencia dice que si hay un embarazo y un parto sin complicaciones, la mujer no necesita ir a una unidad médica de alta complejidad, incluso esto podría ser perjudicial para ellas y los recién nacidos porque en general los servicios obstétricos están cerca de las áreas de urgencias.
Las parteras pueden ofrecer en casa anticoncepción, control prenatal a mujeres embarazadas, tamiz de cáncer cérvicouterino, vacunas, atención a un aborto incompleto o intervenciones como interrupción del embarazo, seguimiento a recién nacidos, entre otras. Explicó que la partería no es “cachar niños” sino hacer todo el seguimiento al embarazo.
Para el doctor, la atención ambulatoria ayuda en varios aspectos: primero, atiende la demanda de atención de las mujeres y ofrece servicios que se pueden ofertar fuera de los centros de salud; y dos, ayuda al sistema a bajar la demanda de atención con lugares sobreocupados, es decir, reduce presión.
Otra ventaja es que si las mujeres que necesitan servicios médicos se quedan en casa, ayudan a reducir la curva epidémica y reducen posibilidades de contraer la enfermedad y de tener complicaciones, dos metas de la Secretaría de Salud en estos momentos, como lo ha informado el subsecretario Hugo López-Gatell en las conferencias de prensa de cada día.
Las parteras reducen costos porque no hacen uso de instalaciones, lo que es valioso en un ambiente de insuficiencia presupuestal, pero además, crean trabajo en una población que vive condiciones de desigualdad como las mujeres. “Con las parteras todos ganamos”, enfatizó Meléndez.
El problema, expuso, es que actualmente en México hay pocas parteras profesionales, si bien están reconocidas por el sistema de salud, la formación profesional se ha reducido.