La jornada electoral llevada a cabo este mes en el estado de Wisconsin, no fue una elección más, al ser realizada de manera polémica en medio de un debate en el que se determinaba si era más importante celebrarla o proteger la salud de la ciudadanía.
Con una votación de cuatro a favor y dos en contra, la Corte Suprema de Wisconsin nulificó el decreto del gobernador de ese estado “para proteger la seguridad de la gente de Wisconsin y frenar la propagación del Covid-19”, en el que se posponía la fecha de las elecciones primarias demócratas por motivos de crisis sanitaria, resolviendo que las votaciones debían llevarse a cabo en las fechas previstas.
Luego, la ciudadanía de Wisconsin acudió a las urnas a pesar de la emergencia sanitaria mundial para elegir además del candidato presidencial demócrata, a los titulares de casi 4,000 cargos locales, esto a pesar de que por lo menos en 15 estados de ese país se postergaron las elecciones primarias, esto con la finalidad de proteger a la población y reducir los contagios.
Debido a la tensión y al miedo generalizado de contraer la enfermedad y propagarla, las y los votantes con base en la legislación local, decidieron solicitar la emisión del sufragio por correo, a lo que las autoridades electorales no estaban preparadas.
Lo anterior, ocasionó que muchas de las voluntades manifestadas mediante el voto de la ciudadanía no fueran tomadas en cuenta, sumado a ello, otro tanto acudió a votar tradicionalmente, arriesgando su derecho fundamental de salud por ejercer su derecho político al voto.
Como consecuencia, fueron contagiadas 36 personas de coronavirus durante las elecciones de Wisconsin el 7 de abril, según cifras oficiales de su Departamento de Salud, habrá que calcular entonces la cadena de contagio de los mismos.
Llama la atención cómo en ese estado, a pesar de las recomendaciones sanitarias y del peligro latente de llevarse a cabo elecciones, se siguen anteponiendo los intereses políticos sobre la salud, y es que Wisconsin no es el único que enfrenta retos electorales ante la pandemia, pues todo el mundo se encuentra ante la disyuntiva de celebrar elecciones poniendo en riesgo la salud de la ciudadanía o posponerlas y atentar contra los plazos legales. Según el IDEA, son al menos 47 países los que han pospuesto sus elecciones.
México ya ha tomado su decisión, se ha preferido posponer las elecciones y salvaguardar la salud de sus habitantes, así lo ha decidido el Consejo General del Instituto Nacional Electoral al ejercer la facultad de atracción para suspender todos los actos relacionados con la etapa de preparación de la elección y posponer la jornada electoral en Hidalgo y Coahuila, esto al acatar las medidas de la declaratoria de emergencia sanitaria emitida por el Consejo de Salubridad General.
En tal sentido, ante la disyuntiva de celebrar las elecciones en tiempo y forma, pero poniendo en riesgo la salud, o bien, posponerlas y trastocar los plazos legales, en mi opinión sin duda alguna al hacerse una interpretación del artículo primero de nuestra Carta Magna, debe favorecerse la protección más amplia a toda la ciudadanía, lo que sin duda antepone a la salud.
Si no existen las condiciones necesarias para celebrarse electrónicamente o por correo certificado las elecciones, no puede improvisarse este ejercicio, por lo que deberá posponerse. Siempre debiendo dotar primero de seguridad a la ciudadanía, lo que conlleva el inherente derecho a la salud, y después garantizar la certeza en el sufragio, y como es el caso, al no contar con los medios suficientes, suspenderse la elección.
¿Qué pasará con las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos?, tal vez sea el motivo de prisa de Trump para levantar las medidas restrictivas de la pandemia y preferir el resultado político sobre la salud.