Un virus recorre México, un fantasma agazapado, al acecho, incubado en los grupos de poder empresarial, en los medios de comunicación monopólicos, en la oposición política, en la sociedad de los privilegios, en el poder judicial, en los editorialistas, en los grupos conservadores, un virus recorre el país.
Un virus de variado espectro se transmite entre grupos muy compactos propagándose de manera favorable en oposiciones políticas rancias y abyectas de intereses creados al amparo de la corrupción y del poder político pocas veces logrado de manera legítima, oposiciones que sumieron al país en la barbarie de la violencia y la muerte, de la desigualdad y la pobreza sistemática, que manipularon instituciones, organismos públicos y civiles, que endeudaron al país con el FMI, que solaparon bancos convirtiendo deudas privadas en publicas, que espiaron e intervinieron en contra de opositores, lideres sociales, ambientalistas, periodistas, que vendieron millones de hectáreas a mineras extrajeras, que se encuentran investigados por estar ligados al narcotráfico, que han tenido negocios turbios al amparo del poder judicial, de magistrados y jueces con leyes hechas a modo por un sistema corrompido con ilegalidades hechas pasar por ley. Ahora repentinamente argumentan a viva voz su preocupación por salvar vidas, por la falta de seguridad y el poco crecimiento económico ¿Dónde estaban cuando las miles de muertes por “daño colateral”? ¿dónde cuando los miles de desaparecidos? ¿dónde con las redes de pederastia y trafico de personas? ¿dónde con las torturas y desapariciones de la guerra sucia? ¿dónde con los crímenes de estado, el 68, el 71, las masacres de Aguas Blancas, de Acteal, de San Fernando, de Tlatlaya, con los 43 de Ayotzinapa? ¿donde con los niños de la guardería ABC? ¿dónde? ¡les importa un carajo la vida del pueblo! Lo que les importa es el dios dinero, volver a devorarse este país a costa del sufrimiento de millones.
El virus necesita oxigenarse para transmitirse a través de los medios de comunicación monopólicos del país que tratan de infectar día a día a quienes los miran aún buscando algo de lo que han perdido en el camino que es credibilidad y ética periodística, se repiten en una decadencia pasmosa con información manipulada, esos grandes medios que callaban noticias, que sostenían gobiernos y que implantaban candidatos hechos a molde, que recibían miles de millones de publicidad oficial, que generaban montajes y ocultamiento de información, que vetaban a periodistas y voces disidentes, que encumbraban gobernantes corruptos y les limpiaban la cara agrupándose en pequeñas mesas de periodistas simuladores, punto y aparte aquellos columnistas que juegan al luminoso funcionario publico en la oposición y oscuros escribanos contra el gobierno federal, por que el virus se intensifica con jóvenes funcionarios “rebeldes” que escriben amaestrados por un puesto y que no plantean ni la mas mínima critica de sus gobiernos estatales o municipales, de un congresito local mezquino y deshumano con no representa al pueblo, que no dilucida entre partidismo y lucha política contra bienestar social y derechos adquiridos, no aparecen, no los leo, no los escucho ¿Les peligra el puesto, la subvención, la publicidad pagada? En otros estados, en otros países, lo del congreso local sería un escandalo con profundos debates pero estamos en la tierra de la “gente buena” y aquí todo se pasa (convenientemente) ¡Se les nota mucho la hilacha, muchachos!
Y el virus desarrolla su gestación más cómoda en la cúpula del sector empresarial, se concentra en muy pocas manos literalmente, sin embargo este sector son los que tienden a infectar a millones de personas; organismos civiles, asociaciones, institutitos, cámaras, agrupaciones, y otros empresarios de mucho menor rango para poder seguir manteniendo sus privilegios e intereses económicos, de clase, infectan para no seguir pagando impuestos y ser evasores del fisco, para mantener cuentas offshore, para cobrar intereses altísimos en servicios y productos, para tabular precios de mercado y ganancias, para presionar a congresistas y senadores en convenientes leyes arancelarias, en control de aduanas, para seguir buscando resquicios donde incrementar su patrimonio, para seguir monopolizando el mercado, ahora aparecen tan preocupados por conservar y generar empleos, por cuidar a los trabajadores ¿Dónde estaban cuando la Reforma Fiscal, en la Reforma Laboral, en la Reforma Energética? ¿del lado de los trabajadores y las familias? ¡claramente no! Miden su poder económico contra el poder político y quieren ganarle la pulseada por las malas.
El virus logra al final su ultima fase, dispersarse en sectores de la clase media, en la sociedad del privilegio que ha logrado salir adelante por sus propios medios pero con poca o nula empatía por los mas humildes, por los pueblos indígenas, por los adultos mayores, por mas de la mitad del país que se hunde en la pobreza, la marginalidad y la falta de oportunidades, esa franja de la sociedad que le alcanza para vivir bien adopta el virus casi como propio, incapaz de razonar aportar parte de su trabajo y de su esfuerzo para generar una sociedad más equitativa, más igualitaria y más justa, el virus les adormece la conciencia solidaria y les fustiga lo mezquino y lo individualista, sin saber que a la primera oportunidad las cúpulas del poder que los utilizan no dudaran en bajarles las defensas hasta precarizarlos al borde del colapso ¿No entienden que nunca serán la cúpula? pero se les permite opinar como ellos, se les permite para consumir y repetir como antenas el discurso de odio y desinformación.
El virus golpista acecha, la curva no se aplanara, estamos empezando la dispersión, habrá que estar muy atentos para contrarrestarlo, el antibiótico lo tenemos con argumentos democráticos y pacíficos, con un gobierno progresista responsable, legítimo, elegido y sostenido por millones de mexicanos que estamos en participación activa en la cuarta transformación de México, es normal que el virus golpista trate de inocularse para desestabilizar un gobierno con valores éticos, con principios humanistas, austeros, vamos caminando con pasos de gigante en la regeneración del país codo con codo con los millones de mexicanos que impulsan el cambio y con el compañero presidente un patriota arrojado a la transformación histórica de un pueblo que lo respalda y lo apoya. ¡Es un timbre de honor estar con Obrador!