Este 22 de abril de 2020 no será igual que todos los demás, porque esta vez el Covid-19 nos ha impedido salir a estudiar, a trabajar, a irnos de fiesta o a la feria. Para muchos puede ser un día más de incertidumbre y de angustia, pero si le pidiéramos su opinión al respecto a la Tierra, creo que podría decirnos “gracias de que #TeHasQuedadoEnCasa porque ello me ha permitido dar un respiro”.
Cada año se invita a conmemorar el día de la Tierra con un slogan específico que enfatice algún aspecto que debe considerarse integrar en la agenda pública mundial. Este año se busca generar una mayor conciencia acerca del Calentamiento global, mismo que se convierte en una amenaza mayor que la provocada por una epidemia, pues lo que está en juego son una cantidad innumerable de bienes naturales como el agua, bosques, manglares, el mar, tierras fértiles, especies de animales y plantas, esto debido al constante aumento de la temperatura en el planeta. Este hecho, no está de más recordarlo, no es un fenómeno natural, una etapa geológica como algunos negacionistas del cambio climático lo han querido mostrar (entre los principales está Donald Trump) y han señalado que se trata de un hecho normal, algo a lo que tenemos que irnos adaptando, y más falaz aún, que esto se consigue “comprando aparatos de aire acondicionado”; contrario a eso, está más que demostrado que el calentamiento global es un daño antropogénico, es decir, un mal ocasionado por el hombre al planeta, el cual es provocado por la explotación y consumo desmesurado de combustibles fósiles, mismos que se encuentran en una gran cantidad de productos de consumo cotidiano, no solamente en las gasolinas, pues el petróleo se emplea para la fabricación de cientos de mercancías (todos los productos plásticos, fertilizantes, insecticidas, cosméticos, colorantes, detergentes, productos farmacéuticos y escolares, etc.).
¿Cómo podemos conmemorar el día de la Tierra? Pues realizando acciones que tengan como punto de partida el cuidado de los bienes naturales que nuestra madre Tierra nos proporciona, y buscar su continuidad durante un año, comenzando este 22 de abril del 2020 y, pasado un año, hacer una evaluación del objetivo propuesto así como de los alcances conseguidos. Entre las sugerencias que encontramos en la web está reducir el uso del consumo eléctrico colocando en los domicilios particulares y en los centros de trabajo lámparas de bajo consumo; plantar un árbol y acompañar su crecimiento como si de un hijo se tratara; reducir, o mejor aún, eliminar el consumo de cosas innecesarias como ropa y calzado de temporada, el último modelo de teléfono celular, computadora o pantalla de más pulgadas, es decir, todo gadget innecesario para subsistir; reciclar todo aquello que sea posible; dejar de usar bolsas de plástico de un solo uso; disminuir o incluso eliminar el uso de químicos, presentes en muchos productos de limpieza, y sustituir éstos por productos naturales o amigables con el medio ambiente (recordemos que todos ellos se van a los desagües y de ahí a ríos, lagos y mares) con esto ayudamos a disminuir la contaminación hídrica; disminuir el consumo de alimentos de origen animal; disminuir el uso del vehículo particular y optar en la medida de lo posible por caminar, trasladarse en bicicleta o en transporte público, etc. Hay realmente muchas cosas que se pueden hacer para disminuir los índices de contaminación y los niveles de calentamiento global si nos lo proponemos, y con ello promover que el día de la Tierra no sea solo de un día, sino algo cotidiano, o sea, que la preocupación por cuidar de nuestro planeta sea permanente.