Dado el contexto actual que se vive a nivel global y nacional ante la contingencia sanitaria derivada del Covid-19, la función de los organismos operadores de agua se ha convertido en un jugador de vital importancia para poder atender las medidas de prevención basadas en la higiene y lavado frecuente de manos.
Aquí es donde podemos mencionar algunos de los retos adicionales en la entidad que se suman a la propia complejidad de la operación de un sistema de agua potable. Por mencionar algunos; en el municipio de Aguascalientes no se cuenta con reservas de agua superficiales como lo son las presas o lagos; 100% del agua extraída proviene de pozos cuya profundidad alcanza en ocasiones los más de 500 metros, si a esto agregamos que el insumo básico para la operación de los pozos es la energía eléctrica entonces dependemos enteramente de la continuidad del suministro energético de un 3º, la CFE. No obstante la paraestatal tiene sus propios retos operativos para poder mantener de igual manera su servicio de manera continua en todo el país.
Como se ha dado a conocer recientemente, uno de los factores que afecta importantemente la continuidad del servicio se debe a los actos de vandalismo que se presentan de manera cotidiana en los pozos, con el robo de piezas electromecánicas, cable de cobre, entre otros. Este es uno de los factores con mayor incidencia y que la concesionaria hace frente, tan sólo en lo que va del año la concesionaria informó en días recientes que se han registrado más de 50 vandalismos en infraestructura hidráulica, es decir el equivalente a más de 3 daños por vandalismos cada semana. Sin embargo, más allá de los costos de reparación que eventualmente superan las decenas de miles de pesos, ante la necesidad apremiante del vital líquido en esta contingencia, resulta un tanto inconcebible que varios de estos actos sean premeditadamente planeados con la finalidad de sabotear las instalaciones hidráulicas y dejar a cientos de familias sin agua.
Sin duda, la responsabilidad de ofrecer una continuidad en el servicio debería de ser un acto de responsabilidad compartida entre la concesionaria, las autoridades pero también la ciudadanía.
Con la pandemia que estamos atravesando, el consumo del agua se ha incrementado en una media nacional de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México (ANEAS), en un 30%, lo que sin duda podría poner en jaque a un organismo operador que no cuente con unas finanzas sanas. Los habitantes del municipio de Aguascalientes, probablemente no dimensionamos esta gran responsabilidad que el esquema actual de concesión nos permite acceder. Todos los costos de operación son absorbidos directamente por la concesionaria, incluyendo por supuesto las facturas de la energía eléctrica que seguramente no son nada austeras al tener que operar grandes mecanismos y equipos de bombeo industriales de los más de 200 pozos que operan las 24 horas, 7 días a la semana.
Por lo anterior, el día de ayer la ANEAS, *hizo un pronunciamiento a las autoridades federales como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de Energía, la CFE, y a la Comisión Reguladora de Energía que bajo ningún motivo se les suspenda el suministro de energía eléctrica a los prestadores de los servicios de agua y saneamiento de México, que debido a la disminución natural de sus ingresos no estén en condiciones de cubrir el pago de sus recibos de energía eléctrica, así como poder acceder a la clasificación de tarifas de servicio público y no como usuarios industriales, considerando las condiciones de emergencia sanitaria actuales.
En Aguascalientes, los ciudadanos, ¿deberíamos de preocuparnos porque el operador del sistema de agua tenga los recursos necesarios para hacer frente a sus obligaciones ante la CFE y no represente un riesgo el corte del servicio? Probablemente no. Un esquema de concesión no deja espacio para pensar en no cumplir con este tipo de obligaciones.
En contraste, con los más de los 2400 municipios que tiene el país e incluso en el propio Estado, donde los organismos operadores de agua, mes con mes tienen la disyuntiva de hacer el pago de la nómina, pagar los químicos para la cloración del agua o pagar las facturas de CFE, el municipio capital está cubierto, no así la complejidad de extraer el 100% del agua a grandes profundidades todos los días para llevarla al hogar de los más de 900 mil habitantes de la ciudad.
De acuerdo con información de El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), coloca a Aguascalientes como el tercer estado de la República Mexicana con mayor porcentaje de suministro de agua para su población dentro de la vivienda, con 87.9%. Siendo el primero Nuevo León con 96.5%, seguido de Chihuahua con 89.4%.
En el panorama actual de Covid-19, en el Estado de México, la Comisión de Agua del Estado de México (CAEM) y el Organismo de Cuenca de Aguas del Valle de México (OCAVM), en plena contingencia sanitaria, redujeron un 19% el suministro de agua potable a Ecatepec, municipio considerado como el más poblado de todo el país. Esto según medios nacionales, representa a 340 litros por segundo menos, de un servicio ya de por sí escaso.
De manera general, no es menor el reto que los organismos operadores de agua y saneamiento están presentando. En lo que corresponde a los usuarios, colaboremos en lo que nos toca: hacer un uso responsable del agua, pagar puntualmente el servicio y valorar todo lo que hay detrás de cada gota que sale cada vez que abrimos la llave: el esfuerzo de decenas de trabajadores que siguen arriesgando su salud, para que nosotros podamos tener agua en nuestras casas. Lo más importante, si la tenemos, cuidémosla.
*Fuente: Aneas, Coneval