Todos podemos ser feministas/ Yerbamala - LJA Aguascalientes
15/11/2024

El título del presente artículo alude al conocido ensayo de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi: “Todos deberíamos ser feministas”, y viene muy a modo dado que el próximo domingo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Así es: de la mujer trabajadora. Recordemos entonces que fue primero el movimiento sufragista europeo y luego norteamericano, pero más bien de izquierda y de carácter obrero, quien primero lo promovió en Dinamarca, Francia o Alemania allá en 1911. Luego, en otros países, como España, se eligió la misma fecha para recordar el primer ingreso de las mujeres a la universidad, en 1910. Pero fue hasta 1965 cuando la entonces Unión Soviética decretó oficialmente el día 8 de marzo como el día internacional de la mujer trabajadora. Es decir que es una conmemoración de origen netamente socialista. Es indudable que mucho han avanzado las mujeres en el largo camino a su plena emancipación desde principios del siglo XX, como es indudable también el largo camino que queda aún para conseguir, como propone Ngozi en su celebrado ensayo, la plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Así pues, el día internacional de la mujer no es fecha de festejo ni de felicitación para las mujeres. Tampoco es un día para que nuestra ignorante clase política organice vacuas comidas celebratorias para promover su imagen. El 8 y 9 de marzo han sido y son fechas de reivindicación, de lucha y de resistencia ante el crimen y la opresión social.

Como estado-nación firmemente anclado en un heteropatriarcado capitalista de corte extractivo e irresponsable, que ha degenerado en un “Estado de no derecho”, o en un “necro-estado”, como se le llama desde algunas corrientes académicas, México viene sufriendo en las últimas décadas una degradación social sin precedentes cercanos, que como dice atinadamente el ministro en retiro José Ramón Cossío en reciente artículo, produce entre otras graves anomalías unas tasas de impunidad que según cualquier tipo de medición son de verdadero escándalo: en torno al 95%. El dato es consistente con estudios realizados en los pasados años por todo tipo de instituciones públicas y de la sociedad civil nacional e internacional. Y naturalmente que las mujeres y las niñas han sido víctimas especialmente vulnerables a esta ola de violenta barbarie que no cesa. Pero también lo son de la cotidiana discriminación sexual, laboral y profesional a lo largo y ancho del país. Luego entonces, es necesario sostener y apoyar el movimiento de mujeres que en México propone salir a manifestarse el día 8 de marzo, así como el paro nacional del próximo lunes 9 de marzo. Ésta lucha no es de izquierda ni de derecha, ni de “borolistas” o “pejistas”, ni de fifís, neo-chairas o feminazis. Es una lucha pacífica, justa y nuestra (de ciudadanas y ciudadanos libres, de mujeres y de hombres progresistas).

¿Cómo podemos los hombres demostrar solidaridad y apoyo a las mujeres los próximos 8 y 9 de marzo? Aquí van algunas breves ideas: difundamos en redes sociales las convocatorias a marchar y a parar. Reunámonos entre hombres, conversemos y debatamos estos temas, que no son exclusivos, ni mucho menos, de las mujeres. Ofrezcamos a amigas, familia o pareja, cuidar de sus o nuestros hijos para que ellas puedan manifestarse y parar si así lo desean. Si somos compañeros de trabajo, cubramos a nuestras compañeras. Relevemos a las mujeres que cuidan en nuestras familias. Si somos profes, no pasemos lista. Si somos jefes, facilitemos el paro de labores. Si somos trabajadores de medios, cubramos nosotros esos días las noticias. Si vamos a las marchas, escuchemos más, y hablemos menos: nos quedamos en las filas de atrás, y no dirijimos ni damos ordenes. Respetemos a los grupos de mujeres solas que decidan manifestarse. 

Tiene mucha razón Ngozi. “La cultura no hace a la gente. La gente hace la cultura”. Si es verdad que no forma parte de nuestra cultura el hecho de que las mujeres sean seres humanos de pleno derecho, entonces podemos y debemos cambiar nuestra cultura. Porque ya casi transcurrido el primer cuarto del siglo XXI, todxs deberíamos ser feministas. 

 

@efpasillas

 


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