Soberanía de Aguascalientes. Retomemos el hilo de la historia con Jesús Terán cuando conquista nuestra autonomía al lograr que la Constitución del 5 de Febrero de 1857 incluyera al nuestro como uno de los nuevos Estados de la República, con lo cual Terán se convierte en el primer Gobernador Constitucional de nuestra historia confirmado por la correspondiente elección.
Para entonces Terán era ya ampliamente conocido en la República como uno de los liberales más cultos y un negociador extraordinariamente hábil e inteligente para mantener la armonía y obtener beneficios para las mayorías.
Sostenía comunicación con otros señalados políticos de nivel nacional como Ponciano Arriaga, comúnmente conocido como “padre de la Constitución de 1857”; Melchor Ocampo, José Ma. Arteaga, José Ma. Lafragua, Miguel Lerdo de Tejada, Francisco Zarco, Jesús González Ortega, etc. Dos de estos personajes: Ignacio Comonfort y Manuel Doblado, van a desempeñar un papel importante en la etapa de su vida que vamos a ver sintéticamente a continuación:
Terán, Ministro de Gobernación. En la elección presidencial del 13 de Julio resultó electo Ignacio Comonfort como Presidente de la República y Benito Juárez como Presidente de la Suprema Corte de Justicia.
El presidente Comonfort designó a Jesús Terán como ministro de Gobernación a partir del 18 de Julio, (hay quienes incluyen en el cargo las carteras de Fomento e Instrucción Pública) quedando al frente del Estado José María López de Nava como gobernador provisional.
La situación del país era, de por sí, difícil y complicada; pero no tanto como para atemorizar a un espíritu sólido como el de Jesús Terán. Lo que sí lo puso a prueba fue la tensa relación que llegó a tener con el presidente Comonfort a pesar de la amistad entrañable que los unía, debido a los yerros que como gobernante cometía éste -como el de haber caído en la burda trampa de los bonos que confirmó a Jecker- y a las vacilaciones ideológicas que lo condujeron, incluso, a traicionar la Revolución de Ayutla mediante el Plan de Tacubaya redactado por los conservadores el 17 de Diciembre, en apoyo al cual desconoció la propia Constitución que había jurado respetar el 5 de Febrero.
Según Manuel Payno, Comonfort tuvo una entrevista secreta con Benito Juárez dos días antes, en la que le comunicó “…que iba a dar el golpe de Estado y le suplicó que lo auxiliase en su nueva marcha política, a lo que contestó Juárez: Te deseo muy buen éxito y muchas felicidades en el camino que vas a emprender; pero yo no te acompaño en él.”
Probablemente ese mismo día o a más tardar el 16 de Diciembre Comonfort invitó también a Jesús Terán para unirse a él en el autogolpe de Estado, pero lo que hizo Terán fue presentarle su renuncia de inmediato, reprochándole su proceder al pasarse al campo del enemigo entregándole de paso, en bandeja de plata, la plaza que tanta sangre y esfuerzo había costado conquistar y lamentando también que tuvieran que luchar, a partir de allí, el uno contra el otro.
El hecho de haber renunciado un día antes de que el Plan de Tacubaya se hiciera público, seguramente impidió que los conservadores lo encarcelaran como lo hicieron con Benito Juárez.
Por otra parte, sin embargo, la experiencia de desempeñar un cargo a nivel nacional aunque fuera por el corto lapso de cinco meses, fue altamente positiva y aleccionadora para Terán, porque le permitió desplegar todas sus capacidades, habilidades y sabiduría; y para la Nación, porque fue una etapa en la que se preparó para enfrentar situaciones incomparablemente más complejas, azarosas y de mucho más alto riesgo para nuestra soberanía al lado de Benito Juárez.
Por lo demás, en la colaboración número 5 de esta serie vimos cómo después de que los conservadores terminaron desconfiando de Comonfort y odiándolo los liberales se apresuró a liberar a Benito Juárez, permitiendo que asumiera la presidencia provisional del liberalismo al mes siguiente -Enero de 1858- ya que al quedar acéfala la presidencia le correspondía cubrirla al Presidente de la Suprema Corte de Justicia, mientras los conservadores formaban su propio gobierno con Félix María Zuloaga al frente -a partir de Enero de 1858- y Miguel Miramón -de Febrero de 1859 hasta el final-, quedando otra vez así, el país, dividido en medio de una guerra más, la “de tres años”, más conocida como Guerra de Reforma.
Jesús Terán regresó a Aguascalientes para ocuparse del Instituto de Ciencias, que vivió la mejor de sus épocas; pareciera que se hubiera desligado de la política no solo nacional sino inclusive estatal, porque no regresó a cubrir el cargo de gobernador.
Colaborador del presidente Juárez. Yo no lo creo así, por un detalle aparentemente casual: fue designado, seguramente por el presidente Juárez, como Agente del ministerio de Hacienda en Aguascalientes. A mi juicio, el tiempo que aparentemente ocupaba en ese cargo era destinado más bien para preparar asesorías sobre los temas que Juárez requería consejo autorizado, pues de sus actividades en dicho cargo no parece haber mayor registro.
Uno de esos temas bien podría ser el de la deuda nacional que estaba tomando un sesgo peligroso desde el punto de vista diplomático, pero más específicamente del derecho internacional, tanto público como privado; y nada mejor que el terreno hacendario para obtener toda la información que necesitaba para preparar sus asesorías. Eso requería de toda la discreción que Jesús Terán dominaba en forma magistral.
Esta hipótesis, creo yo, pareciera verse confirmada cuando al concluir la Guerra de la Reforma con el triunfo del gobierno liberal que se asienta nuevamente en la ciudad de México con Benito Juárez al frente como el presidente más fuerte de la historia, aparece un peligro mucho más grande en el horizonte. Pero esto lo veremos en la próxima colaboración que tendrá que esperar un poco porque Cátedra no podrá aparecer la semana próxima.
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