Si María pudo decidir ser la madre de Dios, todas pueden elegir su maternidad - LJA Aguascalientes
22/11/2024

  • Juana Mercado, vocera de la organización Católicas por el Derecho a Decidir 
  • La Iglesia católica necesita escuchar las voces de las mujeres. “Es renovarse o morir”, urge.

 


EMEEQUIS/Alejandra Crail


“Si María pudo decidir ser la madre de Dios, lo ideal sería que todas las mujeres pudieran elegir su maternidad”, dice Juana Mercado, vocera de la organización Católicas por el Derecho a Decidir. 

Para ella y la organización de la que forma parte, la Iglesia católica está en un momento crucial, según cuenta a EMEEQUIS: “Renovarse o morir”. Y es precisamente una demanda de miles de mujeres la que se perfila como clave para definir su futuro: el derecho a decidir. 

La Iglesia católica, o lo que Juana Mercado llama “la jerarquía católica”, ha sido históricamente de los principales opositores a la despenalización del aborto en México. 

En 2007, por ejemplo, cuando en la Ciudad de México estaba por votarse la despenalización del aborto antes de la semana 12 de gestación, Felipe Aguirre, arzobispo de Acapulco, declaró que “aquellos que colaboran para el aborto, y sobre todo los legisladores que lo aprueben, automáticamente tienen la pena de excomunión”.

En 2011, el Cardenal Norberto Rivera reforzaría esta postura. “La sociedad que lo acepta y legaliza está enferma”, dijo, e impulsó la excomunión automática de los defensores de este derecho. 

Recientemente, tras la despenalización del aborto en Oaxaca, el arzobispo local, Pedro Vázquez Villalobos, declaró que “nos manifestamos en contra de estos enfoques legales que son claros signos de muerte”.

 


No hay respaldo de la iglesia

Pero el pensamiento de estos hombres que dirigen a la Iglesia católica en México no representa a muchas y muchos de sus feligreses, quienes apuestan por una renovación de la institución, para que se escuche la voz de las mujeres.

Datos de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, a partir de una encuesta realizada entre mujeres y hombres practicantes de la religión católica, muestran que el 80% de ellos está de acuerdo en que una mujer pueda interrumpir su embarazo, si está en peligro su vida; el 71% aprueba que una mujer lo haga, si es producto de una violación, y el 67% está a favor, si la salud de la mujer esté en riesgo.

Por ello, Juana Mercado habla sobre la necesidad de actualización de la Institución. “Actualmente no hay un respaldo de la Iglesia hacia las mujeres, al menos no de la jerarquía católica. Están dejando de lado lo que están viviendo las mujeres, como la violencia sexual y de género, los feminicidios. Están dejando fuera a todas las mujeres que se han visto en la necesidad de recurrir a un aborto, a quienes durante la homilía el mismo sacerdote les juzga y rechaza, cuando en realidad las mujeres que van ahí están buscando esa esperanza y tranquilidad en sus corazones”. 

–¿Cómo mira la jerarquía católica a las mujeres?

–La jerarquía católica y, me atrevo a decir, gran parte de la población, las mira como madres, como que no eres una mujer completa si no te has reproducido; si no tienes un embarazo, si no tienes hijos y piensan que eso es lo que le da la plenitud a las mujeres.

“Las visiones conservadoras acerca de la sexualidad y de las mujeres han afectado, sobre todo, a quienes no deseamos ser madres, a quienes aman a una persona del mismo sexo, a quienes pensamos que la plenitud no es necesariamente la maternidad”. 

 

Es momento de dar el salto

–¿Cuál es de los principales obstáculos que ha impuesto la Iglesia para la búsqueda de derechos de las mujeres? 

–La postura de la jerarquía católica con respecto a la maternidad, por eso es que a nosotras como católicas nos interesa mucho dar a conocer lo más valioso de las escrituras y recordar un poco cómo fue que María se convirtió en madre de Dios: bajó el ángel Gabriel y le preguntó si quería ser la madre de Dios y ella respondió “hágase en mí tu voluntad”. María dio el sí, ella pudo decidir en conciencia y dijo “sí, yo quiero ser la madre de Dios”.

“Si María pudo decidir ser la madre de Dios, lo ideal sería que todas las mujeres pudieran elegir su maternidad”. 

–¿Cómo mira la jerarquía católica el aborto?

– Lo catalogan como un asesinato, como un homicidio, se va criminalizando a las mujeres. 

–¿Hay argumentos dentro de la Iglesia que van en contra de la postura antiaborto que han difundido algunos de los líderes?

–Existe el Código de Derecho Canónico, la máxima ley al interior de la Iglesia, en el que se establecen situaciones bajo las cuales una mujer no puede ser condenada a excomunión por un aborto, entre ellas: si la mujer era menor de 16 años, si desconocía que infringía una ley, si lo hacía con miedo, si se hace para evitar un grave daño. 

“Y aún cuando una mujer decida no ejercer su maternidad sólo porque está truncando su plan de vida, es igual de válido y no por eso se va a condenar a una mujer que no quiera seguir con su maternidad”. 

–¿Qué mensaje habría que darle a los feligreses que están en contra del aborto?

–Recordar que juzgar a las personas, criminalizarles, no es un valor católico. No están apegándose a ese amor que predicaba Jesús, a esa misericordia, a ese acompañamiento.

–¿Qué opinas sobre los gobernantes que anteponen sus creencias religiosas antes que garantizar los derechos de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos?

–Recordarles siempre que las políticas públicas tienen que estar en un marco de derechos humanos y respetando siempre la laicidad del Estado. El hecho de que esté una ley como la que permite la interrupción del embarazo a las mujeres, no va a obligar a que todas las mujeres aborten. Así como tenemos el derecho de que las personas se puedan divorciar, no obliga a que todas las personas que están casadas se divorcien.

–Estamos viviendo un momento clave, las mujeres están demandando activamente la garantía de sus derechos. ¿Qué papel juega la Iglesia en esto?

–Es el momento de dar el salto y decidir que ellas también tengan voz, tengan voto, sean escuchadas. Es renovarse o morir. 

“Sería ideal que las mujeres pudieran tener más apertura dentro de la jerarquía católica. Aunque lo miro lejano, que pudieran ejercer el sacerdocio; también tener el derecho de estar ahí, no sólo como monjas que, aunque son preparadas y dedicadas, con su vida entera ahí, no han podido tener un papel más activo”.

 

@AleCrail

 


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