En el mundo, muchos alcaldes están implementando ambiciosas políticas, programas y proyectos para disminuir las emisiones de carbono y mejorar la resiliencia urbana y, con ello, combatir el cambio climático. El C40, una red integrada por las grandes ciudades del mundo, cada año reconoce, a través de los Premios C40 Cities Bloomberg Philanthropies, los esfuerzos más relevantes de acción climática que realizan algunas de esas ciudades. ¿Quiénes fueron los ganadores en la edición 2019 de los premios? Veamos.
En la categoría de “resiliencia”, se seleccionó a la ciudad de Medellín, Colombia, por la iniciativa Corredores Verdes, que desde 2016 busca conformar una red interconectada de áreas verdes en toda la ciudad, con la finalidad de mejorar su biodiversidad, reducir el efecto de isla de calor, absorber contaminantes del aire, y capturar una mayor cantidad de dióxido de carbono a través de la vegetación. Esta iniciativa demuestra cómo las políticas ambientales pueden contribuir a la sostenibilidad urbana para mitigar los efectos del cambio climático y contribuir al bienestar de la población.
En la categoría de “movilidad verde”, se seleccionó a la ciudad de Calcuta, India, por la inversión realizada para mejorar el transporte público, pues esta ciudad busca retener la proporción actual de 88 por ciento de los desplazamientos diarios realizados en transporte público, con lo cual pretende desincentivar el uso del automóvil. Además, para 2030 la ciudad busca introducir 5 mil autobuses eléctricos al sistema de transporte público y electrificar todos los transbordadores que atraviesan el río Ganges, lo cual permitirá simultáneamente mejorar la movilidad de la población y prevenir mayores impactos al medio ambiente.
En la categoría de “energías renovables”, se seleccionó a la ciudad de Seúl, Corea, por diversas iniciativas que buscan hacer que la energía solar sea más asequible, accesible y, en algunos casos, obligatoria. A través del proyecto Solar City Seoul, la ciudad recientemente agregó 64 MW de nuevos sistemas fotovoltaicos, que generarán más de 250 mil MWh de electricidad, con lo cual se reducirán 116 toneladas de emisiones de dióxido de carbono. El proyecto además busca desplegar paneles solares en un millón de hogares e instalar sistemas fotovoltaicos en todos los edificios municipales.
En la categoría de “participación ciudadana”, se seleccionó a la ciudad de Accra, Ghana, por un programa emprendido en 2016 para integrar a los recolectores informales de residuos sólidos en el sistema oficial de gestión de residuos de la ciudad, con lo que no sólo se busca aumentar la recolección de residuos y cerrar sitios ilegales de disposición a cielo abierto, sino también garantizar un empleo justo e inclusivo para estos trabajadores. Actualmente, la incorporación de recolectores informales al nuevo sistema ha aumentado la recolección de residuos sólidos de 28 a 48 por ciento en sólo dos años, y ha permitido reducir la quema ilegal de basura que suele contaminar el aire de la ciudad.
En la categoría de “aire limpio”, se seleccionó a la ciudad de Londres, Inglaterra, por haber introducido en 2019 la primera Zona de Emisiones Ultra Bajas en el mundo, la cual requiere que los vehículos cumplan con ciertos estándares de reducción de emisiones para poder conducir en el centro de la ciudad las 24 horas del día durante todo el año, o de lo contrario, pagar una cantidad para circular. Esta iniciativa es parte de un ambicioso plan que pretende mejorar la calidad del aire, pues la contaminación afecta la salud de más de dos millones de londinenses que viven en áreas donde los niveles de dióxido de nitrógeno, altamente dañino, exceden los límites mínimos aceptables.
En la categoría de “cambio transformador”, se seleccionó a la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, por el programa CleanPowerSF, que ofrece a los habitantes y empresas de la ciudad una nueva opción para comprar electricidad generada en fuentes de energía renovables a precios competitivos. Con este programa, la ciudad busca avanzar hacia su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 40 por ciento para 2025, además de contar con 100 por ciento de energías renovables para 2030.
En la categoría de “tecnologías verdes”, se seleccionó a la ciudad de Guangzhou, China, por el reemplazo en 2018 de 11,220 autobuses a nuevas unidades eléctricas. Además, esta iniciativa incluyó la instalación de 4 mil estaciones de carga en toda la ciudad, y en total requirió una inversión de más de 2 mil millones de dólares. Este esfuerzo implicó el diseño e implementación de nuevos instrumentos de financiamiento climático, así como la cooperación efectiva entre los distintos órdenes de gobierno para implementar esta iniciativa con éxito.
En conclusión, muchas ciudades del mundo promueven iniciativas creativas, ambiciosas e innovadoras para atender los desafíos de la urbanización y el cambio climático. En México, existen áreas de oportunidad que los gobiernos locales podrían explorar para sumarse a la acción climática global. ¿Existe la voluntad para hacerlo?
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