- A pesar de que AMLO lo puso en venta, los secretarios de Defensa y Marina –entre otros mandos militares– han utilizado el jet Gulfstream para viajar con cargo al erario por México y el mundo, según consta en las bitácoras de vuelo.
EMEEQUIS/Saúl Hernández y Enrique Jiménez
A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo puso a la venta, los secretarios de Defensa y Marina han utilizado la aeronave Gulfstream G550, conocida por su confort y altas especificaciones, en vuelos internacionales.
Es la misma que trajo a Evo Morales a su mini exilio mexicano y que en el sexenio de Enrique Peña Nieto sirvió de transporte ejecutivo para miembros de las fuerzas armadas.
El 28 de marzo de 2019, el general Luis Cresencio Sandoval y el almirante Rafael Ojeda Durán volaron en este jet al Aeropuerto de Teterboro, Nueva Jersey, para asistir a la Conferencia Ministerial de Mantenimiento de Paz de las Naciones Unidas, en donde anunció que México seguiría desplegando personal de forma gradual para estos esfuerzos.
Al interior del país, el avión ha hecho vuelos de servicio a Baja California, Campeche, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Quintana Roo y Veracruz.
Desde que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) recibió formalmente la aeronave, el 1 de abril de 2018, y hasta el 17 de junio de 2019, la dependencia gastó 6.7 millones de dólares en su mantenimiento y 8.3 millones de pesos en combustible.
El 4 de noviembre de 2019, siete días antes de que trajera al expresidente boliviano Evo Morales a México, la aeronave trasladó al actual titular de la Sedena y a otros seis mandos militares a Punta Cana, en República Dominicana, según la respuesta de la dependencia a una solicitud de transparencia. El regreso fue el 8 de noviembre. Al menos otros 14 generales y dos almirantes han viajado en la cabina de este avión.
Después del viaje de Evo Morales, toda la información de las bitácoras de la aeronave quedó completamente reservada.
Los vuelos en tiempos de EPN
En solo tres días el general Salvador Cienfuegos Zepeda tuvo tiempo para viajar a dos estados de la República Mexicana para inaugurar cuarteles militares en Chiapas y Oaxaca y de ahí a Cancún. Todo lo hizo entre el 7 y el 9 de noviembre de 2018.
La hazaña fue sencilla considerando que el secretario de Defensa en tiempos de Enrique Peña Nieto contaba con una aeronave a su disposición que lo llevaba a cualquier parte dentro y fuera del país.
No solo a él. Hasta la fecha este jet sirve de transporte ejecutivo a generales, almirantes, contralmirantes, coroneles, tenientes, capitanes y sargentos, tanto de la pasada, como de la actual administración federal. Rara vez viaja en su cabina personal sin insignias castrenses. Una de esas raras excepciones se llama Evo Morales Ayma.
Así lo revelan las versiones públicas de las bitácoras de vuelo que EMEEQUIS obtuvo vía mecanismos de transparencia sobre la aeronave Gulfstream modelo GV-SP G550, y matrícula XC-LOK, utilizada para traer al exmandatario boliviano a México.
Las bitácoras, que contienen información de los recorridos realizados entre el 13 de julio de 2018 y el 31 de marzo de 2019, revelan que el jet llevó a cabo 68 “vuelos de servicio” distribuidos en 24 viajes redondos que tuvieron como punto de salida y llegada la Unidad Especial de Transporte Aéreo de Alto Mando (UETAAM) de la Ciudad de México.
La Sedena reservó toda la información posterior, a no ser por dos viajes redondos que la aeronave hizo en noviembre de 2019: uno de ellos fue el que trajo a Evo Morales a México. La razón de la reserva fue que los datos contenidos en las bitácoras “podrían ser utilizados para afectar las operaciones aéreas militares” que desarrolla la dependencia.
Entre los pasajeros frecuentes se puede leer el nombre del anterior secretario de Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda y, a partir de diciembre de 2018, el de su sucesor, general Luis Cresencio Sandoval González.
La aeronave también ha servido de transporte a los últimos dos secretarios de Marina. El almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, titular durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, viajó cuatro veces en el periodo expuesto; en tanto que, el actual secretario, almirante José Rafael Ojeda Durán, voló en dos ocasiones.
¿Para el huachicol?
El avión Gulfstream G550 forma parte de un grupo de nueve aeronaves adquiridas por Petróleos Mexicanos durante 2015 en el marco del proyecto de inversión “Fortalecimiento de las Capacidades Operativas de Pemex”, una estrategia del gobierno peñista para frenar el robo de hidrocarburos.
Pemex destinó mil 748 millones de pesos a la compra de las nueve unidades que servirían, entre otras cosas, para combatir el huachicol. El Gulfstream G550, comprado a la empresa Matrix Aviation Inc., fue el más caro (733.6 millones de pesos), pese a tratarse de una unidad fabricada en 2010.
La paraestatal entregó las unidades en comodato a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), aunque en el caso del Gulfstream fue hasta el 1 de abril de 2018 que se formalizó la transmisión de la propiedad.
El objetivo de las aeronaves era brindar “movilidad táctica y estratégica a funcionarios de alto nivel para la toma de decisiones y otras actividades de seguridad nacional”; y apoyar “el patrullaje y vigilancia del sistema nacional de ductos e instalaciones estratégicas de Pemex” ubicadas en tierra y mar.
Desde entonces el Gulfstream sirvió solo al primer propósito, y en específico, a transportar personal castrense, revelan informes de la Auditoría Superior de la Federación de 2015 y 2016.
De origen no podía ayudar para combatir el huachicol. El jet pertenece a una gama de aviones de negocios diseñados para transporte ejecutivo más que para vigilar ductos.
Se trata de un avión de largo alcance, con capacidad para 14 pasajeros, capaz de recorrer más de 12 mil 500 kilómetros de vuelo sin escalas. Está equipado con tecnología moderna de reducción de ruido, sistema de aire fresco al 100% y 14 ventanas ovaladas para garantizar una cabina silenciosa y luminosa.
En abril de 2019, el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, incluyó el avión en un catálogo de 72 aeronaves puestas en venta al considerar que solo estaban dedicadas a “la transportación ejecutiva de servidores públicos” y no tenían “una función clara en beneficio de la ciudadanía”.
Nueve meses después, el 14 de enero de 2020, AMLO anunció oficialmente la subasta de lo que dijo, eran “aviones de lujo que nada tienen que ver con la realidad de pobreza que existe en nuestro país”.
“Los funcionarios se sentían reyes, eran como una monarquía criolla y vivían colmados de lujos y de privilegios”, abundó el mandatario en su conferencia mañanera de ese día.
Vuelan para recibir premios
Este medio tuvo acceso a las versiones públicas de las bitácoras de vuelo del jet Gulfstream entre julio de 2018 a marzo de 2019 (que suman 68 recorridos en 24 viajes redondos) y las correspondientes a noviembre de 2019 (que incluyen cuatro recorridos en dos viajes redondos).
Los documentos revelan que siete viajes fueron al extranjero: cinco en la última etapa de administración peñista y tres más en tiempos de la llamada Cuarta Transformación.
El primero fue el 21 de julio de 2018 (con regreso el día 25). El entonces titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, viajó a Madrid, España, acompañado de un coronel de infantería y dos mayores cuyos nombres se omiten en la versión pública de la bitácora de vuelo de ese día. Los motivos del viaje se desconocen y tampoco hay registro en la prensa ni en los boletines oficiales que el Ejército emitió ese año.
Dos meses después, el 19 de septiembre, Cienfuegos voló a la Base de la Fuerza Aérea Andrews, en Maryland, Estados Unidos, junto con dos coroneles y un teniente. El general viajó para recibir el premio “William J. Perry” de Excelencia en Seguridad y Educación de Defensa 2018 por su contribución a la seguridad estratégica del continente.
Un día después de recibir el galardón, Cienfuegos y su ayudantía viajaron a Tijuana y al día siguiente regresaron a la Ciudad de México.
El tercer vuelo internacional ocurrió el 14 de noviembre de 2018. En esa ocasión, el secretario y sus acompañantes arribaron primero a la Base Aérea Militar 14, en Apodaca, Nuevo León, y de allí partieron al Aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, Estados Unidos.
De acuerdo con un boletín oficial, dos días después Cienfuegos y el almirante Soberón Sanz recibieron la “Legión al Mérito” en el Grado de Comandante, una de las principales condecoraciones militares que otorga el gobierno norteamericano a sus fuerzas armadas y las de sus aliados.
Una semana más tarde, el 25 de noviembre, el exsecretario hizo su último viaje al extranjero, esta vez a Miami, Florida.
Ya en el sexenio de López Obrador, el actual secretario Luis Cresencio Sandoval viajó a Teterboro, Nueva Jersey, y a Punta Cana, en República Dominicana. El último viaje al extranjero fue el que trajo a Evo Morales.
Pasajeros verde olivo
Los secretarios de Defensa y Marina no son los únicos pasajeros del Gulfstream G550. En su cabina también viajaron 14 generales y dos almirantes entre el 13 de julio de 2018 y el 31 de marzo de 2019.
Entre los generales están Manuel de Jesús Hernández González, titular de la Fuerza Aérea Mexicana, y Miguel Enrique Vallin Osuna, actual Comisario General de la Dirección de Transportes Aéreos de la Guardia Nacional.
Otro general que ha viajado en el jet es Homero Mendoza Ruiz, quien fue designado jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional a partir del 1 de diciembre de 2018.
En las bitácoras también figura el nombre del general David Córdova Campos, quien hasta principios de este marzo era oficial mayor de la Sedena. Su sustituto, el general Agustín Radilla Suástegui, también ha volado en la aeronave.
El general André Georges Foullon Van Lissum, nombrado el pasado 1 de marzo como nuevo subsecretario de la Defensa Nacional, ocupó al menos una vez el avión acompañando a Cienfuegos Zepeda a Culiacán, Sinaloa, el 12 de octubre de 2018.
También han volado en la aeronave los generales Francisco Ortiz Valadez, comandante de la Sexta Región Militar en Veracruz; Fernando Joaquín Ávila Lizárraga, director general de administración de la Sedena; Xavier Fernando González Echandi, director general de Ingenieros y René Trujillo Miranda, actual jefe del Estado Mayor de la Primera Región Militar y exdirector general Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjercito) durante la administración de Peña Nieto.
Entre los mandos de la Marina, destaca el nombre de los almirantes Rosendo Escalante Ilizarriturri, jefe del Estado Mayor de la Armada y Ángel Enrique Sarmiento Beltrán, subsecretario en la administración anterior.
Sarmiento Beltrán es mejor conocido por ser el mando que desmintió la versión de la niña “Frida Sofía” atrapada entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, versión que se había convertido en un show mediático.
A la larga lista de generales y almirantes se suman decenas de mandos de rango inferior cuyos nombres se reservaron para no poner en riesgo su integridad y la de sus familias, según determinó el Comité de Transparencia de la Sedena, en respuesta a la solicitud de información que hizo este medio.
Todos los pasajeros de la aeronave son militares, a excepción de dos personas. Uno fue Roberto Ramírez de la Parra, en ese entonces director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), quien viajó a Tepic el 6 de septiembre de 2018, junto con el general Cienfuegos y otros mandos. El otro es un civil cuyo nombre se omitió y que voló con el Ejército a Zapopan, Jalisco, el 21 de noviembre de ese mismo año.
@saulhht