- El movimiento feminista llegó para quedarse, no es un arrebato, dice Edna Jaime, la directora de México Evalúa, quien espera que la marcha y el paro tengan consecuencias en las políticas públicas para atender las exigencias de las mujeres
- El fastidio y falta de soluciones están marcando una agenda feminista cada vez más clara, en la que las mujeres son más conscientes de sus derechos y se están rompiendo paradigmas
EMEEQUIS/Patricia Tapia
La marcha y el paro de mujeres, este 8 y 9 de marzo, no será un movimiento que se apague. Se espera que tenga consecuencias en las políticas públicas para atender las exigencias de las mujeres, dice Edna Jaime Treviño, directora general de México Evalúa.
“Enorme tarea y enorme deuda tiene el Estado mexicano respecto de las mujeres y creo que llegó el momento de que se empiece a saldar”, afirma en entrevista con EMEEQUIS.
Desde hace 10 años, Edna ha sido testigo de las violencias, desigualdades e injusticias que se cometen contra las mujeres en todos los ámbitos. Desde su trinchera como directora de México Evalúa, se ha dedicado justamente a impulsar mejores políticas públicas con perspectiva de género en temas de gasto público y justicia.
Un momento histórico
El fastidio y falta de soluciones están marcando una agenda feminista cada vez más clara, en la que las mujeres son más conscientes de sus derechos y se están rompiendo paradigmas, reflexiona Edna Jaime, quien ve una transformación y evolución de los pensamientos.
“Nunca antes en este país había existido una movilización tan amplia, que convocara a tantos sectores de mujeres. Yo espero que esto vaya a ser una expresión muy plural y me parece que va a ser la puerta de entrada a nuevos tipos de organización y demanda ciudadana hacia el gobierno, ahora expresada a través de la voz de las mujeres”.
La politóloga, con más de 25 años de experiencia, asegura que este movimiento de mujeres llegó para quedarse. “No es un arrebato”, porque es genuino y legítimo, no como muchos otros que se organizan desde el poder.
“Es de abajo para arriba, de manera espontánea, que se articula justamente por el hartazgo, por no encontrar una respuesta a los problemas y a las violencias que más nos lastiman”.
Es insostenible
“¿Qué puedo decir de la violencia? Diez mujeres son asesinadas diariamente en este país. ¿Qué puedo decir de la violencia contra las niñas? El feminicidio infantil creció en los últimos cinco años casi el 100 por ciento, es una situación intolerable.
“El gobierno, los gobiernos en México deberían de estarlo tomando muy en serio, porque es una demanda por políticas públicas concretas… es pedir lo básico, espacios seguros”.
Edna, quien dice que no es nadie para hablar de las situaciones adversas que otras tantas mujeres sufren desde la violencia, indica que el Estado, además de garantizar la seguridad, debe poner en marcha muchas más acciones que garanticen un desarrollo profesional y una gama de opciones para elegir.
El Estado, agrega, tiene un sinfín de instrumentos para ayudar a las mujeres a que tomen decisiones que les lleven a su realización.
“Ejemplo: sé que es muy recurrido, pero es clave, las estancias infantiles. Hay evidencia de que estaban permitiendo que las mujeres que trabajaban en la economía informal, por unas cuantas horas, y quizá mal pagadas y sin protección social, accedieran a un trabajo en el sector formal”.
Un ganar-ganar
Con mucha convicción, Edna Jaime apuesta que el día en que las mujeres tengan más peso en la economía del país, va a ser una ganancia para todos.
La participación de la mujer, actualmente, es de un 37 por ciento, en su mayoría en actividades informales; esto es una tasa muy baja, incluso comparada con economías en desarrollo o países latinoamericano, apunta.
“Si las mexicanas nos incorporamos más a tareas productivas, esta economía podría crecer mucho más. Hay estimaciones que hablan de incluso varios puntos del PIB”.
Este también es un llamado al mundo corporativo, que también es hostil hacia las mujeres, dice Edna. “Si se cimbra el establishment, tanto en el ámbito estatal, como en el de las empresas privadas, se puede hacer entender que el talento de las mujeres está para hacer a este país crecer”.
Un mensaje poderoso
Con la emoción desbordada en sus ojos y en su voz, Edna manda un mensaje a todas las mujeres: desde su posición, que siempre ha considerado privilegiada, quiere ver un México mejor.
“Nos debemos de dar permiso para tener aspiraciones. Por supuesto que una aspiración puede ser tener una familia, pero podemos más, debemos de trabajar para tener aspiraciones intensas y para que nada nos detenga en la consecución… mucho de lo que nos mueve en estos días es para derribar las barreras y para romper los techos de cristal”.
Sin duda, refiere que estamos en un camino avanzado y que el trabajo en los próximos años es cerrar la brecha entre lo que queremos y merecemos y lo que el Estado puede dar.
“Me siento muy emocionada, porque creo que nos estamos deshaciendo de esta creencia de que las cosas no pueden cambiar, de que lo dado es dado. Pues no, resulta que tenemos a la realidad en nuestras manos y podemos moldearla”.
“Me emociona ver a las jóvenes, a las mujeres jóvenes, incluyendo a mi hija, donde creo que se han roto paradigmas. Que el paradigma en el que yo fui criada, pues se está desvaneciendo y están surgiendo otros”.
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