Descontento… A más de un año del triunfo electoral de la Cuarta Transformación, parece haber un consenso en que el descontento social fue primordial para que Andrés Manuel López Obrador ascendiera a la presidencia, sobre lo que todavía no hay un acuerdo es en los motivos por los que tantos estaban enojados, el líder de Morena se generó su propia explicación: la desigualdad que generó la corrupción. Así de sencillo, y siendo tan simple, es difícil no estar de acuerdo. La última administración priista permitió que la corrupción lo envolviera todo, absolutamente todo, a tal grado que es tarea imposible destacar algo bueno en la forma en que ejerció el poder Enrique Peña Nieto, las omisiones, la complicidad o los actos vinculados a la corrupción, impiden resaltar algún aspecto bueno de su gobierno.
Cosas buenas. Relacionar ese descontento con la corrupción le permitió a López Obrador llevar las riendas de la agenda pública, a través de la realización de una conferencia matutina de lunes a viernes, hasta hace poco, el presidente lograba que desayunáramos, comiéramos y cenáramos los temas por él propuestos. Lo que él designaba era lo que se comentaba y otros puntos de vista eran anulados. A quién él señalaba, quedaba manchado de la forma en que López Obrador dijera, ya fueran los organismos autónomos, el consejero Lorenzo Córdova, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, incluso las organizaciones de la sociedad civil. Ha sido tan imponente en la ruta de la agenda pública, que la campaña publicitaria del PRI nacional en la que sale Alejandro Moreno pidiendo que se le eche la culpa al Revolucionario Institucional nomás no puede despegar y ya se les revirtió, ante la exhibición y consecuencias de la corrupción priista o de funcionarios que abusaron del poder, como Emilio Lozoya Austin, muy poco podrán decir, sin que les sangre la lengua que están dispuestos a echarle la culpa al PRI, sin temor a que ante la provocación les saquen cadáveres del clóset y montones de ropa sucia.
Norte. Sin embargo, los berrinches recientes de López Obrador ya sea porque lo contradicen, se le pide un posicionamiento y acciones claras para erradicar la violencia de género, la incapacidad del presidente para decir no al feminicidio, así como la evasiva a seguir un proceso contra Enrique Peña Nieto dan cuenta de que la mano lopezobradorista ha perdido firmeza sobre la rienda de los temas. ¿Sigue el descontento?, por supuesto, pero no el generado por la corrupción, sino por la violencia y la inseguridad, no las que se reflejan en los números del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional, no esa incidencia delictiva, sino los estragos y el miedo que genera la violencia de género. Ese es el descontento, la “ira feminista”, como publicó en su portada una revista, lo que está colocando los temas en la agenda pública. Aún no se puede considerar con precisión si como sociedad y gobiernos vamos a rescatar algo de las manifestaciones públicas de este descontento, si podremos pasar de los señalamientos porque algunos protestantes “vandalizan” monumentos a la toma de decisiones para generar políticas públicas que, insistimos: erradiquen la violencia de género, eliminen los discursos de odio, establezcan la equidad y el respeto a los derechos humanos.
De pasada. El problema que vemos es la posibilidad de encontrar norte, que al reconocer ese descontento, sea posible: desenmarañar lo fútil de lo relevante, no quedarse en la anécdota y pasar a la acción; porque la ceguera con que están discutiendo lo que es importante en todos los ámbitos de la política se está quedando en la superficie, en lo nacional y en lo local. De López Obrador y sus declaraciones, todo se queda en el chiste o la invectiva; en Aguascalientes, la posibilidad de ceder la infraestructura hospitalaria se quiere reducir a una derrota de Martín Orozco Sandoval ante la Cuarta Transformación, de hecho, casi todos los temas que deberían estar en el centro de la discusión se banalizan a un desencuentro del gobernador con la alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel, y en esa invención del pleito y sus consecuencias sólo habrá ganancia de río revuelto, pero no opciones de gobierno. Un ejemplo todavía más sencillo de cómo se está perdiendo la atención es la lucha de declaraciones entre Gabriel Arellano Espinosa y Lorena Martínez Rodríguez, por ser declarados los inventores de la Línea Verde… como si eso importara.
Necesaria explicación. En el Colegio de Economistas de Aguascalientes consideran pertinente que el Registro Público de la Propiedad y el Comercio dé amplias explicaciones a la sociedad para que explique qué pasó realmente, pues si bien tuvieron acercamiento con los presidentes de cámaras empresariales y representante de otros sectores para darles detalles al respecto, la ciudadanía en general sigue en espera de saber qué sucedió, pues la información que ha fluido no es lo suficientemente clara en cuanto qué afectó el presunto intento de hackeo y qué no; así como cuál fue el costo de este paro de actividades de la dependencia para la economía de Aguascalientes en estas casi 16 días que no fue posible que se realizaran trámites relacionados con varias actividades productivas, señaló el presidente del colegiado, Jael Pérez Sánchez. Si bien la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) calculó sus pérdidas diarias en 1.1 millones de pesos, consideró que aún faltan otros sectores de cuantificar sus pérdidas inmediatas.
Cortados por la misma tijera. Ahora resulta que como todos son muy buenos aliados y feministas y están tan preocupados por la violencia de género, pues necesitan subirse al tren del meme y posicionarse, decir algo, chiquito, grandote, pero decir lo que sea para que su nombre salga en letras doradas con la insignia de héroe de las mujeres. Si no nos cree, ahí está el senador de Morena, Salomón Jara, que desgarrándose las vestiduras e imprecando al cielo propuso eliminar el reguetón por su contenido machista. El senador se basó en un estudio de la Universidad de Chile que analiza canciones de ese estilo, pero nosotros nos preguntamos ¿para qué van tan lejos? Si escuchara a las mujeres de México sabría que a las feministas les encanta perrear, pero como eso no le importa ni a este senador ni a los otros, como a leguas se ve que nunca les han importado las mujeres, incluidos diputados locales y federales que proponen insensateces cada que se suben a tribuna, como esos del Verde que propusieron la pena de muerte a feminicidas, estultos, de veras, pero lo dijo más bonito el fiscal del estado, Jesús Figueroa Ortega, sería un retroceso humanista, pero ahí va el pentatucán plurinominal (risas grabadas), Sergio Augusto Ramírez, a insistir con semejante fanfarronada; o los diputados federales que aprobaron el incremento de 60 a 65 años a feminicidas, cortados por la misma tijera, ahí van a proponer lo primero que se les ocurre en la mañana antes de tomar café.
Perrea, mami, perrea. Entonces, decíamos, este morenita quiere prohibir el reguetón que para un “cambio de paradigma”, lo que nos parece lo más oportunista, clasista y ciego del mundo mundial, porque, primero, ¿que no se ha dado cuenta que otras melodías como el rock o el pop están llenos de lenguaje sexista en sus letras? ¿No? Y aquello de “mátalas… con una sobredosis de ternura”, ¿no? Ah, pero como el reguetón es de barrio… vox pópuli, precisamente por eso mismo refleja lo que sucede en las calles. Prohibirlo nos llevaría a prohibir prácticamente todo, porque las telenovelas reproducen el paradigma que el senador quiere cambiar, los narcocorridos, muchas películas, las narcoseries, y así nos podemos seguir más allá de la música. Quién sabe por qué cree que prohibirle a la gente algo hará que en automático “cambien los paradigmas”. Sí se trata de una censura muy absurda y moralizante porque el papel del Estado no es decirle a la gente qué ver o qué escuchar, sino proveerla de las herramientas para no reproducir las violencias, lo que es mucho más complejo que sólo decir no. Porque mientras en el Senado y en los congresos hablan de manera simplista de la violencia de género, la inseguridad, la salud, el desempleo, la corrupción, todo eso también atraviesa con alguna violencia en el cuerpo de las mujeres. Ya, por favor, no son aliados de ellas, decimos que muchas feministas se apropiaron del reguetón porque con él decidieron reivindicar para ellas mismas su sexualidad, su mover el trasero en la fiesta, gozosas, sin puritanismos y con autonomía, así que déjenlas perrar a gusto, ¿ahora hasta eso les van a prohibir?
La del estribo. A la mejor le hemos dado muchas vueltas con esto de la brújula, el norte, los temas, la agenda pública, el río revuelto de la proximidad de las elecciones del 2021 y cómo la clase política se queda en el intercambio de memes y mensajes por grupos de chat, pero teníamos que decirlo para poder evaluar lo que ocurrirá hoy a las 10:00 de la mañana en el segundo patio de Palacio de Gobierno, Siomar Eline Estrada Cruz, secretaria general de Gobierno, presentará las acciones correspondientes al protocolo de prevención y atención a la violencia contra la mujer. Habrá que poner atención y centrarnos en lo relevante, cómo lo hacemos funcionar.
@PurisimaGrilla