“La riqueza no se crea ni se destruye, solo se transfiere”.
Nos encontramos ante una situación compleja, llena de retos y de grandes oportunidades, como sociedad nos hemos mecanizado en una rutina y en un dinamismo verdaderamente cronometrizado, en el cual hemos dejado de lado la importancia de lo sublime por la banalidad material, sin embargo, la desproporción no infiere una distancia de una estabilidad aportada por la propia economía. Mucho se dice y se crítica de nuestro sistema neoliberal y del capitalismo, pero de manera particular considero que la problemática no estriba en el sistema sino en la aplicación que las personas le dan.
La preocupación comienza a incrementar en el mundo, de tal modo que la consecuencia debe ser la ocupación, no la desesperación, es importante entender que la reglas cambian y que el primer principio de la inteligencia es la observación. El miedo siempre es mal consejero. Estamos ante un momento histórico lleno de oportunidades, el tiempo se ha vuelto nuestro gran aliado. Los gobiernos en el caso específico de México muestran una gran falta de coordinación, cuando esto sucede la ciudadanía tiene que tener la iniciativa de proponer y de extender nuevos esquemas. Es evidente que la producción de ciertos sectores se detendrá, pero en otros como por ejemplo el sector primario y secundario de la economía tendrán una gran oportunidad, lo mismo para el sector inmobiliario.
La situación es compleja porque hemos vivido en cierta comodidad y en lo superfluo de la ostentación material, es momento de administrar todos los recursos que estén en nuestras manos, de pensar y crear esquemas autosustentables que nos permitan tener acceso a nuevas oportunidades. Las energías renovables, la reutilización de la basura, disminuir el evidente consumo de combustibles. La economía en México ya había presentado vulnerabilidad en el trimestre pasado, no crecimos, el PIB refleja la realidad generalizada de nuestro país. Pero insisto eso no significa que nos tenga que ir mal, o que tengamos que sufrir precariedad. Vivimos en junglas de concreto que nos han separado de la naturaleza y de todas las bondades que ella nos otorga.
“Las ganancias son mejores que los salarios, un salario te permite pagar las cuentas, lo cual está bien, pero las ganancias te traen una fortuna”, Jim Rohn.
El momento nos invita a la reflexión, a considerar lecturas como “El hombre más rico de babilonia” o toda la literatura de Robert Kiyosaki, el punto central es que debemos de aprender a vivir con menos de lo que generamos, aprender a ahorrar y sobre todo a no trabajar por dinero, sino que el dinero trabaje para nosotros. Sería una tragedia trabajar en algo que no nos gusta por dinero, en este receso que el mundo está teniendo, la vida nos otorga un suspiro para retomar lo que nos apasiona y con base en ello generar un ingreso, como bien dice el dicho “en esta vida has lo que más te gusta y nunca tendrás que trabajar”.
Un virus invisible se hace visible en el temor social que existe a perder la vida, y a perder nuestras posesiones, nuestra casa es el mundo y la naturaleza que es sabia, nos dice todos los modos que podemos vivir en armonía y en abundancia sin dañarla. Muchas sociedades han perdido la salud por ganar el dinero y cuando ganan el dinero se lo gastan en tratar de recuperar la salud, vaya ironía. La oportunidad económica de este momento nos da la sensatez para cuidar nuestro cuerpo, y nuestra mente, si estas dos partes de nuestro ser están en armonía, la economía será ecuánime y estará bien diseñada.
En la medida que volteemos a observar nuestro entorno, podemos visualizar que todo está a nuestro alcance y que lo que tenemos le puede servir a alguien, es momento de fortalecer a la gente cercana, la oportunidad económica dicta que la riqueza tenga una distribución distinta. La conciencia del tiempo libre es toda una alegoría ya que el tiempo es el único recurso no renovable del ser humano.
Es momento de regresar a lo básico, de nada sirve el dinero si estamos llenos de cosas inútiles y perdemos el sentido común. Es momento de consumir libros, comida sana, ejercicio, lo más esencial, dejar las deudas y los estilos de vida ficticios. El sistema económico es un juego, hay que divertirnos, entenderlo y jugarlo de manera consciente. Aquí no hay ganadores, solo modos de jugar en esta situación, esta es nuestra oportunidad económica.
In silentio mei verba, la palabra es poder.