- Mientras algunos bares seguían operando con el pretexto de que venden comida, en contraste, otros restaurantes estaban abiertos, pero sufriendo por falta de comensales.
EMEEQUIS.– Un hombre de edad madura convive con una joven que no tiene más de 35 años. Están en un bar y beben. Se miran directo a los ojos y a la boca, ríen y se besan largamente.
Este fin de semana la fiesta sigue. La vida sigue a pesar de que a un par de cuadras de este bar, el Pan y Circo en la colonia Roma, la calle esté desierta y todos los negocios cercanos tengan las cortinas abajo.
Las calles de esta ciudad, la Ciudad de México, antes llenas de vida y gente, ahora se han inundado de ausencia, de una soledad que lo abarca todo. O casi todo…
Aunque la mayoría de los centros nocturnos, bares y discotecas de esa colonia y de Polanco están cerrados desde el miércoles, hay locales con el mismo giro que evaden la orden de cerrar sus puertas, porque también venden comida.
Las medidas que desde el domingo pasado se dictaron parejo para teatros, cines, gimnasios, baños de vapor y negocios de esta ciudad que tengan capacidad para atender al mismo tiempo a más de 50 personas, no aplican tampoco para la cantina El Karisma.
La gente sigue departiendo, fumando y tomando whisky con agua gasificada Perrier en el local de Campos Eliseos 219, en Polanco, en donde las luces rojas ambientan a los clientes sentados en las mesas acomodadas, a poco menos de un metro de distancia entre ellas.
Esta cantina está abierta y tiene vida. Sus meseros siguen atendiendo. Todo sigue como normalmente sería en otra circunstancia. Aquí el miedo a la pandemia del coronavirus, que ya había causado 20 muertos en todo México y que registraba 993 personas infectadas en el país (hasta el domingo), parecía no estar presente, como lo está en la ausencia de gente que se ve en todos los locales aledaños.
El Karisma es una isla, pero no desierta. Allí cambia todo, se configura todo de otra forma distinta a lo que pasa a un par de calles, semivacías. Esta cantina se resiste a bajar el ritmo y a las sillas con las patas alzadas que se ve en otros lados.
Allí la espera de clientes no tiene aburridos a sus meseros, como en los restaurantes cercanos, con sus manteles blanquísimos y sus copas de vino intactas, en las que nadie sirve nada.
En Fiebre de Malta, la gente sigue bebiendo cervezas artesanales y los focos de las terrazas de “la meca de la cerveza artesanal en México”, ubicada en Presidente Mazaryk 48, siguen brillando con la misma intensidad.
En Santino, ubicado en Masaryk 178, un comedor abierto donde los clientes degustan pizzas al horno y cervezas artesanales pasa lo mismo.
“NO NOS ABANDONEN”
Es fin de semana por la noche y en Klein’s, un restaurante de comida mexicana que normalmente tiene hasta 70 clientes al día, sólo se han preparado 10 pedidos desde la mañana.
Sus gabinetes de color naranja están vacíos, al igual que las mesas de mimbre en acomodadas en la vereda de Masaryk 360, donde los clientes normalmente degustan antojitos, están solas.
Al fondo, en la cocina de mosaico blanco, cuatro hombres esperan a que les llegue un pedido. “Estamos así desde hace una semana”, dicen.
Eduardo Klein, el dueño del lugar, cuenta que este negocio pasó de su padre a él. El Klein’s está desde el 12 de marzo de 1962 y ha resistido a los golpes secos que esta ciudad recibió durante todo ese tiempo: el temblor de 1985 y la pandemia de influenza H1N1 en 2009 que paralizó a la Ciudad son los que más recuerda. “En esa época la gente no estaba tan asustada como ahorita”, dice.
Y pide que no los dejen solos: “No nos abandonen a la industria restaurantera, necesitamos de la gente ahora más que nunca, aunque sea para el delivery porque de mí vive mucha gente atrás y el gobierno no está haciendo nada por aportarnos nada. Nos está dejando libres a una caída sin ascenso”.
El sábado, el llamado de las autoridades a mantenerse en casa se endureció: “Es nuestra última oportunidad de hacerlo y de hacerlo ya… por eso decimos a todos ‘quédate en casa’”, advirtió el subsecretario de Salud, Hugo-López Gattel. “Estamos en un momento acelerado y exponencial del número de casos”.
@vancg_