En nuestro estado hemos logrado echar a andar los cuatro módulos de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT): I. Sistema de solicitudes de acceso a la información (SISAI) donde el ciudadano pide los datos que le interesan; II. Sistema de gestión de medios de impugnación, SIGEMI, en el que el solicitante puede presentar y dar seguimiento a sus quejas y denuncias. III. Sistema de portales de obligaciones de transparencia, SIPOT, donde se alojan las obligaciones públicas de transparencia de los sujetos obligados; y IV. Sistema de comunicación entre organismos garantes y sujetos obligados (Sicom).
Este cuarteto, en teoría funda las bases para que cualquiera pueda acceder a la información de todo ente de gobierno, sin mayor requerimiento que una computadora, Tablet o teléfono celular. Sin embargo, existe la percepción de que los poderes públicos no son esa caja de cristal a la que aspiramos, los medios de comunicación aún suelen achacar opacidad, esto nos hace preguntarnos ¿Cuáles son los retos del ITEA a la luz de este pesimismo?
Primeramente es necesario notar que, a pesar de que muchas de las ocasiones los medios de comunicación hablan de oscuridad, reporteros, articulistas y editorialistas, hoy en día fundan sus críticas a los diferentes órdenes de gobierno en las obligaciones públicas de transparencia o en solicitudes de acceso a la información, muchos son los reportajes sobre corrupción que devienen de los beneficios de la PNT. Pero no es suficiente, son pocos quienes usan las herramientas, como ejemplo, calculo que en el estado hay entre sesenta y setenta medios de comunicación; en nuestros recursos de revisión, sólo se percibe que, si acaso, son entre cinco y diez quienes hacen uso de las nuevas tecnologías.
Por otra parte, hay ciudadanos que emplean los datos entregados para exhibir actos gubernamentales que desde su personal punto de vista son corruptos o que no se ajustan a los fines que debería perseguir el servicio público, este ejercicio fomenta una rendición de cuentas horizontal y genera mayor conciencia de los gobiernos a la hora de ejecutar el gasto. También hay quienes utilizan la PNT para ejercer sus derechos, es el caso de una ciudadana que preguntó por qué su parque estaba sucio y maltrecho, la respuesta no solo fue brindar la información, municipio acudió, limpió y mejoró el espacio; efectos colaterales y positivos. Hay otro ciudadano que ha pedido la calidad del agua a distintas entidades y dependencias pues está preocupado por el vital líquido que consumimos.
Los beneficios mencionados, sin embargo, tienen un gran bemol: no son usados por el grueso de los ciudadanos. Mientras que nuestra población total es de cerca de un millón trescientos mil personas, para el 2019 apenas y tenemos cerca de ocho mil doscientas sesenta y seis solicitudes de acceso a la información, es decir, nuestro principal y verdadero reto es lograr que más individuos conozcan los beneficios de la transparencia y usen el SIPOT, SIGEMI y SISAI.
Hemos emprendido acciones para ampliar este derecho, se implementó en 2019 la política pública denominada PlanDAI (Plan Nacional de Socialización del Derecho de Acceso a la Información) capacitando a 220 mujeres beneficiarias de los Centros CRECER en los once municipios del Estado. Con esta política pública se logró socializar sobre el ejercicio y aprovechamiento del derecho humano de acceso a la información. Derivado de este ejercicio se presentaron 98 solicitudes sobre las principales problemáticas sociales que aquejan a las mujeres. Pero no es suficiente, en 2020 buscaremos capacitar a muchas más.
Hay un dato duro que quiero destacar: 525 recursos de revisión resueltos en 2019, en contraste con el año 2018 la presentación de estos mecanismos prácticamente se duplicó. Podrán ver en el informe que presentamos (consultable en https://itea.org.mx/informe-itea-2019/). Hay otros temas que atañen al ITEA: gobierno abierto, verificaciones, datos personales, archivos y un largo etcétera, en todos hay avances substanciales y esfuerzos institucionales; me he concentrado en el acceso a la información, porque creo que el resto de los tópicos transitarán en la medida que este último adquiera carta de naturalización, que no solo sean ocho mil sino un millón trescientos mil aguascalentenses quienes pregunten y cuestionen a su gobierno.