Es imposible dejar de verlo, el final se acerca ya, por fin después de muchos siglos, estamos ante la terminación del Patriarcado que ha dominado el planeta desde los clanes cavernarios. Duró veinte siglos, lo cual es suficiente. Ha comenzado el Siglo XXI, con muy buenos auspicios aunque de manera inevitable ha tenido que ser con rompimiento brusco. Este aparente resurgimiento de la violencia contra las mujeres no es tal, es simplemente un último esfuerzo que hace el Machismo o mejor dicho el Patriarcado Ancestral antes de rendirse. Si bien es cierto que el movimiento de liberación femenina podemos ubicarlo en muchos años atrás, como la “Casa de las Servidoras de las Musas” de Safo en el Siglo VI a.c. o la rebelde creatividad literaria de Sor Juana en el Siglo XVII d.c., los movimientos de mujeres socialistas en la Europa central del Siglo XX y el imponente Movimiento de Liberación Femenina de la década de 1960 a 70 que originó las primeras marchas multitudinarias en todo el mundo, con la tradicional quema de brassieres y el imparable arribo de la mujer a los primeros puestos políticos con Golda Meir, Indira Gandhi, Reina Isabel, Margaret Tatcher, Benazir Buhtto, Angela Merkel y las primeras ministras de países africanos; desde luego que significa el gram cambio. Pero la revolución es la que estamos presenciando ahora, con la marcha en todo el mundo del pasado domingo 8 de marzo, el paro nacional del lunes 9 y la invasión planetaria de lemas, consignas, movimientos, proclamas, obras de arte y acciones políticas en favor de la equidad. No faltará quien diga que todavía hay mucho por hacer debido a que persisten las ablaciones de clítoris en las mujeres musulmanas, el feminicidio en Europa y América, el trato infamante en Asia. Desde luego que sí, aún existe, pero el cambio no iba a ser fácil ni rápido, se ha venido gestando desde hace siglos. El resurgimiento del machismo y la violencia contra las mujeres es un desesperado movimiento del Patriarcado obtuso ante la pérdida de poder. Uno de los más grandes psicólogos de los últimos tiempos fue Claudio Naranjo recientemente fallecido. Además de una gran cantidad de descubrimientos en la psicoterapia, dedicó la mayor parte de su vida profesional a fomentar la educación humanista que obligadamente implica el fin del patriarcado. Murió el año pasado y le tocó ver el resultado de su trabajo. Aún tenemos una larga tarea por delante, pero la debacle ya comenzó. El machismo tal como lo conocimos ya no volverá. Durante largas etapas de la historia fue necesario, cuando había necesidad de conformar la sociedad civilizada y para ello el hombre no encontró otra manera más que la guerra. Pero eso ya no funciona, cada día que pasa la guerra nos parece mas absurda e ilógica. Seguirán habiendo reyertas locales, pero nunca habrá una tercer guerra mundial. Finalmente, mujeres y hombres lo logramos, se acabó el Patriarcado que no será sustituido por el Matriarcado, sino por la Sociedad Igualitaria.