El patriarcado es un sistema de organización social en el que el poder y la autoridad -en la pareja, la familia, la escuela, el trabajo, el gobierno y en todos los espacios sociales- los detentan y ejercen los hombres sobre las mujeres.
El patriarcado se fue gestando durante siglos a través de los cuales mujeres y hombres fueron construyendo el mundo y la vida, colocando en el centro a los hombres y dejando en posiciones inferiores a las mujeres, en situaciones de sometimiento, servidumbre, minusvalía y dependencia. Nunca se trató de algo planeado y consciente, fue resultado de procesos sociales.
El machismo es la forma de ser, de hombres y mujeres, de pensar, sentir, comportarse, relacionarse y demás expresiones propias del sistema patriarcal, en el que se enseña y aprende que el mundo ha sido construido por hombres y para hombres y que las mujeres ocupamos un segundo o tercer lugar por debajo de ellos.
Como en toda relación desigual en que alguien se beneficia a costa de otro u otra, al paso de los siglos, las mujeres se fueron inconformando con una situación de total y absoluta desigualdad e injusticia que les impedía y nos sigue impidiendo, ser dueñas, ya no sólo de derechos, bienes, posiciones, hijas e hijos, hasta de nuestras propias vidas y cuerpos.
En muchas etapas de la historia hubo mujeres que protestaron y manifestaron sus inconformidades por el sistema patriarcal y sus manifestaciones machistas, lo que les costó la vida, pero es hasta mediados del siglo XX, cuando, por diferentes causas, empezaron a crecer y adquirir más fuerza sus reclamos.
Hoy, en México, las demandas de las mujeres se convierten en grito desgarrador y estrepitoso de exigencia ante los extremos, salvajes y brutales, que han alcanzado las violencias machistas sobre ellas.
No vamos a hacer historia, pero en las últimas décadas, las mujeres hemos explicado y fundamentado de manera constante y en diversas formas por qué exigimos el respeto a nuestros derechos. Los hombres nacen con derechos y simplemente los ejercen, sin mayor solicitud, trámite, explicación o exigencia. Las mujeres hemos tenido que luchar palmo a palmo para conquistar el respeto y reconocimiento a cada uno de los derechos que hoy ejercemos. Ha habido mujeres que han muerto por esa conquista.
Cuando pensábamos que habíamos avanzado y empezábamos a ocupar el lugar que nos corresponde en este país, hoy tenemos que seguir en pie de lucha por el respeto al derecho más elemental y básico: EL DERECHO A VIVIR, porque nuestra integridad corporal y nuestra vida están siendo amenazadas constantemente por hombres, en la calle, en la escuela, en el trabajo… en la intimidad del hogar: no estamos seguras en absolutamente ningún espacio, a ninguna hora del día.
¿Cómo podemos llamar a una sociedad, a una cultura, a un país en el que diariamente mueren 10 mujeres a manos de uno o más hombres, previa tortura, violación, mutilación y sufrimiento, para luego ser tiradas a la basura? Se le llama sociedad patriarcal y machista.
¿Cómo podemos llamar a un Estado en el que todas sus instituciones públicas permanecen ineficaces, pasivas, indiferentes, negligentes ante la pérdida dolorosa -para ellas mismas y para sus familias- de miles de mujeres? Se le llama Estado patriarcal y machista.
¿Cómo podemos llamar a un sistema de justicia que no averigua, no detiene, no procesa, no sentencia a hombres que secuestran, torturan, violan y matan a miles de mujeres? Se le llama justicia patriarcal y machista.
¿Cómo podemos llamar a un sistema educativo sexista en el que las y los docentes siguen enseñando reiteradamente que los hombres son mejores y superiores a las mujeres? Se le llama educación patriarcal y machista.
¿Cómo se le llama a un presidente insensible e irresponsable, que ignora y se burla ante una tragedia que enluta diariamente a 10 hogares del país que gobierna? Presidente machista.
Pero ojo, las mujeres también somos machistas cuando callamos, cuando no apoyamos a las que hacen algo para cambiar las cosas, para hacer valer nuestros derechos y ponernos en posición de equidad con los hombres; cuando no sólo no apoyamos a las que luchan por todas, sino las descalificamos, las denostamos, las estigmatizamos. Ojo, las mujeres podemos estar también contribuyendo a mantener este sistema patriarcal y machista.
Las mujeres somos más del 50% de la población de este país y más del 50% del padrón electoral y podemos cambiar las cosas en México e inclinar la balanza para que cese la violencia en nuestras vidas y en nuestros cuerpos.
Si estás en contra de todas las violencias que dañan y matan a las mujeres, si estás a favor del respeto a la vida de las mujeres, a su integridad, libertad, trabajo, desarrollo; si reconoces que las mujeres, al igual que los hombres, somos sujetas y merecedoras de todos los derechos: eres feminista.
“EL NUEVE NADIE SE MUEVE” es una extraordinaria estrategia que pretende visibilizar lo invisible: a las miles de mujeres asesinadas y desaparecidas… SÓLO POR SER MUJERES.
El sólo anuncio de nuestra ausencia ya está causando discusión, polémica, cuestionamiento, oposición, burla, chacota, hostilidad, animadversión. Al día siguiente del día 9 de marzo, México no habrá cambiado, las instituciones y las personas seguirán siendo las mismas, el patriarcado y el machismo seguirán vivos, presentes, pero si logramos impactar con nuestra ausencia, quizá dejemos la semilla de la reflexión en muchas mentalidades para un mejor mañana.
¡MUJERES, PARTICIPEN! Por tu hija, hermana, madre, esposa, pareja, compañera, amiga…por ti. Porque tú puedes ser a quien mañana o quizá hoy mismo, al rato, desaparezcan…de verdad y para siempre. ¡HOMBRES, APOYEN A LAS MUJERES PARA QUE PARTICIPEN! Es una forma en la que ustedes también se hagan responsables del grito:
“¡ALTO A LAS VIOLENCIAS SOBRE LAS MUJERES!”