Defensoras de la Madre Tierra (1ª parte) - LJA Aguascalientes
23/04/2025

Movimiento Ambiental de Aguascalientes A.C.

 

Debido a la serie de acontecimientos que estamos viviendo a favor de las mujeres este marzo del 2020, es un buen momento para hablar durante este mes de algunas de ellas cuyo testimonio de vida es inspirador para todos aquellos y aquellas, preocupados y preocupadas por la protección y el cuidado del medio ambiente natural y de los bienes que éste nos proporciona. Esta semana es el turno de Wangari Muta Maathai.

Wangari Muta Maathai, fue una mujer de origen africano que nació en Kenia un día primero de abril de 1940. Desde su infancia fue una destacada estudiante, lo que le permitió recibir una beca en 1960, a través de la Fundación Joseph P. Kennedy Jr., para ir a estudiar a Estados Unidos. Hizo sus estudios universitarios en Mount St. Scholastica College, en Atchison, Kansas, graduándose en 1964 como Bióloga con especialidad en Química y alemán. Posteriormente estudió la maestría en Biología en la Universidad de Pittsburgh con el apoyo del Instituto Africano-Americano. Fue allí donde entró en contacto con su primera experiencia en el activismo ambiental, pues participó con algunos ecologistas en la restauración de zonas deforestadas con el objetivo de mejorar el aire de esa ciudad. En 1966 recibió el título de Master en Ciencias biológicas y se le propuso para ocupar un puesto en la Escuela Universitaria de Nairobi, mismo que no le fue otorgado al regresar a su país natal, debido a prejuicios culturales tribales y el ser mujer. Este hecho, sin lugar a dudas, debió perturbar a Wangari, pero no la detuvo en sus aspiraciones de superación personal y profesional, pues siguió tocando puertas y consiguió trabajo como ayudante de investigación del profesor Reinhold Hofmann, académico de la Universidad de Giessen en Alemania, en el Departamento de Anatomía de la recién creada Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Nairobi. Poco después el profesor Hofmann animó a Wangari a estudiar un doctorado en la Universidad de Munich, a lo que ella acepta y comenzó éste en 1967 en Alemania, retornando dos años después a Nairobi en donde lo concluye en 1971, convirtiéndose de esta manera en la primera mujer de África Oriental en obtener un doctorado en la Escuela Universitaria de Nairobi. Cabe destacar que Wangari se casó en 1969 dando a luz a su primer hijo en 1970 y al año siguiente tuvo una hija, de manera que conjugó, como lo hacen muchas mujeres en todo el mundo, su esencia femenina de ser esposa y madre, sin renunciar por ello a su trabajo académico y profesional. Su empeño y dedicación en la docencia y en la investigación permitieron a Wangari obtener el cargo de profesora adjunta de anatomía en 1975, jefa del Departamento de Anatomía Veterinaria en 1976 y profesora de planta en 1977, convirtiéndose de esta manera en la primera mujer en Nairobi en alcanzar cada uno de estos puestos.

El trabajo de Wangari no se limitó a la docencia y la investigación, sino que fue una importante activista y luchadora social que supo conjugar su actividad profesional con la puesta en marcha de distintas campañas en ámbitos diferentes. Una de ellas la realizó en la misma universidad de Nairobi, solicitando que las mujeres recibieran un trato igualitario al de los hombres, acción que fue llevada hasta los juzgados, y aunque no fue aceptada en su totalidad en ese momento, poco a poco se consiguieron importantes avances. Su espíritu altruista la condujo a ser miembro de la delegación en Nairobi de la Sociedad de Cruz Roja de Kenia, llegando a obtener la dirección en 1973. También fue miembro de la Asociación Keniana de Mujeres Universitarias y del Centro Ambiental Liaison del que fue presidenta en 1974, lo que le llevó a involucrarse en el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente cuyas oficinas centrales se acordó se abrieran en Nairobi, tras la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (UNEP) realizada en Estocolmo en 1972. Debido al trabajo hecho en estas diferentes asociaciones, Wangari descubrió que de muchos de los problemas en Kenia tenían su origen en la degradación medioambiental.

Me permito hacer mención de que el esposo de Wangari, Mwangi Mathai, se dedicaba la política y en 1974 consiguió un puesto en el Parlamento como representante del distrito electoral de Lang’ata. Una de sus propuestas de campaña fue aumentar los empleos en Kenia. Supongo que como todo “buen político” esto era más retórica que un plan prospectivo bien elaborado. Aquí es donde bien queda la frase que dicta que «detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer», pues Wangari aprovechó esta coyuntura para conjuntar sus ideas de restauración ambiental con la de generar empleos, así que creó la fundación Envirocare Ltd., una empresa dedicada a la reforestación, en la que se contratarían a ciudadanos comunes para realizar este trabajo. Este proyecto comenzó con la creación de un primer invernadero en el bosque Karura, pero no prosperó por falta de recursos económicos. Pero una vez más, Wangari no se rindió y llevó su propuesta, ayudada por la UNEP, a la primera Conferencia de Naciones Unidas sobre asentamientos humanos, conocida como Habitat I, misma que se realizó en Vancouver, Canadá en junio de 1976. 

Al siguiente año Wangari propuso al Consejo Nacional de mujeres de Kenia promover una gran campaña de reforestación nacional y su solicitud fue escuchada. El inicio simbólico de ésta se realizó el 5 de junio (día mundial del medio ambiente) de 1977, con una marcha desde el Centro Internacional de Conferencias en Nairobi hasta el parque Kamukunji, donde plantaron siete árboles en honor a líderes históricos de la comunidad. Este fue el primer “Cinturón Verde”, conocido inicialmente como “Salvar la Tierra Harambee” que posteriormente se convirtió en el Movimiento Cinturón Verde (Green Belt Movement). 

El movimiento cinturón verde comenzó como una iniciativa en la que Wangari invitó a las mujeres kenianas a crear invernaderos por todo el país, para lo cual les solicitó buscar, exclusivamente, semillas de plantas y árboles nativos en las cercanías de sus localidades y hacerlas germinar para después plantar los retoños alrededor de sus comunidades e ir creando con esto cinturones verdes, los cuales se encargarían de frenar la erosión de los suelos, la recuperación de agua de los mantos acuíferos, el restablecimiento de insectos encargados de la polinización, la purificación del aire, el control del clima, en pocas palabras, recuperar la mayoría de los servicios ecosistémicos que se habían perdido producto de la deforestación y los monocultivos y que estaban creando una gran desertificación en toda África. Wangari acordó pagar a las mujeres una pequeña remuneración por cada semillero que fuese plantado, cumpliendo con esto la idea de crear nuevos empleos y que estos fueran remunerados.

Naciones Unidas celebró en 1985 la Tercera Conferencia sobre la Mujer en Nairobi, así que Wangari aprovechó esta oportunidad para organizar seminarios y explicar en ellos en qué consistía el programa Movimiento Cinturón Verde en Kenia, además, se hizo acompañar de delegados para mostrarles y explicarles cómo se realizaba el trabajo en los invernaderos. El resultado fue que la UNEP le ayudó a expandir la recaudación de fondos para el Movimiento Cinturón Verde, y a que se promoviera fuera de Kenia. En 1986 el movimiento se expandió por toda África y condujo a la fundación de la Red Pan-Africana del Cinturón Verde. Durante los siguientes años viajaron representantes de diversos países africanos a Kenia para aprender a realizar programas similares en sus países y combatir la desertificación, la deforestación, la crisis de agua y la hambruna rural. La atención que el movimiento recibió en los medios hizo que Wangari fuera galardonada con diversos premios. El principal de ellos, el Premio Nobel de la Paz en 2004 por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz. Una vez más Wangari, la «mujer-árbol», se convertía en la primera mujer africana galardonada con este importante premio. 


Wangari Maathai murió el 25 de septiembre de 2011 en Kenia, víctima del cáncer. Me permito, para concluir, hacer una cita de su libro Devolver la abundancia a la Tierra: “El primer valor, el valor central del trabajo del Movimiento Cinturón Verde, estriba en un amor tangible por el medio ambiente. Este amor no tiene por qué ser algo sentimental, ni implica que los seres humanos no puedan utilizar los recursos que les brinda el entorno natural. Muchos plantones de árboles y muchos árboles ya crecidos mueren debido a la falta de cuidados o a la sequía; o quizás se les tala para hacer leña o cercas […]. No hay nada malo en tal uso, en tanto en cuanto la tierra no quede desnuda, y en tanto árboles y bosques no sean explotados irresponsablemente o en beneficio de unos pocos, mientras la mayoría sufre la pérdida de los servicios ecológicos (como la regulación de lluvias y la detención de la erosión) que árboles y bosques proporcionan” (2011: 73).

Espero que lo aquí descrito de esta incansable activista social y ambiental nos motive a luchar por la conservación y recuperación de nuestros hábitats, comenzando con la defensa de nuestros árboles autóctonos, mezquites y huizaches, mismos que se muestran discretos en la temporada invernal, pero árboles verdes y frondosos con el inicio de la primavera y llenos de fruto en el verano, periodos en que regulan el clima, ayudan a la recarga de los mantos acuíferos en la temporada de lluvias y ofrecen hogar y alimento a cientos de insectos encargados de la polinización, en pocas palabras, son los principales baluartes de los servicios ecosistémicos en nuestra entidad, así que no los derribemos para construir más puentes y fraccionamientos, por el contrario, ayudemos a crecer a los que salen en los camellones, en los parques y terrenos baldíos, además participemos en jornadas de arborización con especies nativas. Cuidemos de ellos y ellos cuidarán de nosotros. 

vhsalaza@gmail.com

 

Fuentes de consulta

Maahtai, Wangari (2011). Devolver la abundancia a la Tierra, Barcelona: ediciones Obelisco.

Wangari Maathai. (2020, 10 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: marzo 12, 2020 

 


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