- Lord Sambuca, Guillermo del Río Hernández
- Filetes de ternera, paté, albondiguillas a la alemana y, de remate, su tradicional sambuca. Esta es la historia de un funcionario de nivel medio que gastó más de 200 mil pesos del erario en un viaje a Berlín
EMEEQUIS/Alejandra Crail
Dos filetes de ternera, paté, un par de pescados, dos órdenes de albondiguillas a la alemana, crema brulée, tártara de res, ensaladas, hígado, vino, quesos, un cappuccino, tres cafés espressos y, para rematar, un sambuca.
El costo con cargo al erario: 443.6 euros, poco más de 8 mil pesos (al tipo de cambio de 2018) en el restaurante Gendarmerie.
El banquete de aquel 14 de mayo de 2018 bien podría haberse servido para al menos cinco personas, pero aquella noche en Berlín, Alemania, sólo cenó una, o al menos eso reportó el funcionario del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que viajó en una comisión especial a la capital alemana.
Se trata de Guillermo del Río Hernández, quien los últimos tres años del sexenio de Enrique Peña Nieto se desempeñó como titular del Centro Nacional de Información (CNI) del SESNSP, el mismo que realizó el viaje más caro de todo el organismo en ese periodo: 220 mil pesos para ir a Berlín como asistente de la Convención “The Critical Communications World”.
Según reportó al Secretariado, un área bajo el mando de la Secretaría de Gobernación, que en esa época comandaba Miguel Ángel Osorio Chong, su misión era asistir al foro que “reúne a líderes de la comunicación crítica, quienes mediante conferencias y exhibiciones mostrarán las últimas innovaciones tecnológicas de más de 200 organizaciones internacionales”.
En los intermedios de la convención, y a veces fugándose antes del cierre de conferencias, Del Río Hernández deambuló por restaurantes y cafeterías de una de las zonas más turísticas de Berlín; comió a lo grande –o compartió, porque en las notas de sus compras había comida para más de una persona–; se hospedó en un hotel de cinco estrellas cerca de la Puerta de Brandenburgo y remató volando de Berlín a Madrid, España, para pasar dos días en la capital española antes de volver a México.
Este viaje de 220 mil pesos es equivalente a lo que ganaron en un año seis trabajadores mexicanos que percibían un salario mínimo de 32 mil 251 pesos anuales (el salario mínimo era de 88.36 pesos al día en 2018). Sus comidas de hasta 8 mil pesos que acompañó en un par de ocasiones con un shot de sambuca, licor dulce de anís, reflejan la vida que se dio el funcionario en tierra germana.
Muy buen apetito
La cena de su primera noche en Berlín no fue la única en la que Guillermo del Río pidió un gran banquete. Al otro día, el 15 de mayo de 2018, fue al Café y Restaurante Spreeblick a tomar espresso (2.2 euros) y un par de tazas de café (3.8 euros) para acompañar cinco Apfelstrudel (strudel de manzana por 26 euros).
Antes había pedido cinco sopas de espárragos (26 euros), seis Rostbratwurst (salchichas típicas alemanas rostizadas por 63 euros), un par de parrilladas (36.2 euros), una botella de vino Bordeaux (20.5 euros). Así pagó una cuenta de 215.7 euros, poco más de 5 mil pesos, sin contar la propina y, por supuesto, no dejó escapar la oportunidad para pedir su sambuca, el digestivo ideal para los que saben consentirse.
Ese mismo día, a las 21:44 horas, fue al Josty, un restaurante del Sony Center, un complejo comercial diseñado por el arquitecto Helmut Jahn de fachada de vidrio y techo de telas, donde consumió un spaghetti napoli (11.6 euros), una pizza margarita (11 euros), una pizza hawaiana (14.9 euros), dos aguas San Pellegrino (13 euros), tres cervezas (16.2 euros) y dos copas de Chianti, uno de los vinos italianos más reconocidos y prestigiosos en el mundo, por 11.8 euros. La cuenta final: 51.30 euros, casi mil 200 pesos mexicanos.
Al otro día, las cuentas se repartieron en tres restaurantes. El primero, Gasthaus Krombach, con una cuenta de 75.8 euros, mil 700 pesos, donde estuvo a las 5 de la tarde, una hora antes de que terminara el foro del día al que había asistido con autorización del SESNSP.
Pudo degustar un guiso de lentejas con toque germano (linsensuppe por 9.6 euros), un corte de carne de vaca (20.9 euros), embutidos alemanes (11.9 euros), Goulash (4.9 euros), tres espressos (6.6 euros), un vino Montepulciano (12.9 euros) y, de nuevo, Guillermo remató su comida con un sambuca.
20 minutos después, estaba en el hotel Marriot comiendo un par de hot dogs, dos órdenes de papás a la francesa y un par de cervezas. Para la noche reportó haber estado en el local cuya especialidad es la comida de Baviera, platillos especializados en la gastronomía del sur del país: el Maximilians.
Guillermo del Río gastó, del erario, 61.7 euros, mil 400 pesos, para comer un Zwiebelrostbraten, el asado de cebollas clásico de esta región, así como un Berliner Eisbein, un platillo alemán clásico con base de codillo de cerdo, y una sopa de papa, Kartoffelsuppe, con unas cuantas cervezas y un strudel de manzana de postre.
Dos días sin rastro
El 17 de mayo de aquel año, ya en el aeropuerto, repitió dos espressos y un pan de dulce; su rastro se pierde ahí. No se sabe en dónde pasó la noche en Madrid, a dónde fue ni qué hizo durante dos días. Guillermo del Río resurge hasta el 19 de mayo en una taberna madrileña, donde pidió un agua y una coca cola.
Al otro día, el 20 de mayo, su último día en el extranjero, se le vio en un lugar cuyo ticket no muestra nombre, pero en el que es posible saber que pagó una cuenta de 186 euros (más de 4 mil pesos). Antes había desayunado en el Vips: un desayuno inglés, dos órdenes de huevos benedictinos y dos cafés espressos.
Un día más tarde aterrizaría en México para reincorporarse a sus últimos meses como funcionario público.
Hotel 5 estrellas
Piscina. Centro fitness. Alberca. Bar. Desayuno incluido. “Formado con el indeleble pasado de Alemania e inspirado por su vibrante presente”, dice la descripción del hotel de cinco estrellas que ofrece “elegante alojamiento y experiencias gastronómicas creadas con indiscutible habilidad”.
Ese fue el hogar durante cuatro días del único funcionario del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que viajó al extranjero en 2018, el último año del peñismo.
Guillermo del Río se hospedó en The Ritz-Carlton Berlin –uno de los 10 hoteles más lujosos de la capital alemana–, donde pagó 393.75 euros cada día, es decir, 40 mil pesos durante toda su estancia en Berlín, contemplando los impuestos correspondientes.
Según las calificaciones de viejos usuarios que han reservado, este hotel estilo Art Déco es de los más codiciados porque está “en el corazón de Berlín” y muchos reportan como plus que tiene una máquina para preparar café en la habitación, un lujo que amantes del café, como Guillermo del Río, que facturó hasta cuatro espressos un mismo día, podrían valorar.
El hotel se encuentra a tan sólo 20 minutos en automóvil del Messe Berlín, el centro de exposiciones donde se llevó a cabo la convención a la que asistió el funcionario. Además está a unos metros de la Potsdamer Platz, una de las plazas que quedó partida en dos por el Muro de Berlín y que fue reformada para convertirse en el Berlín moderno.
Sobrepasó límite de viáticos
El documento “Lineamientos por los que se establecen medidas de austeridad en el gasto de operación en las dependencias y entidades de la administración Pública Federal”, vigente desde el 22 de febrero de 2016, marca los límites permitidos para viáticos y pasajes en comisiones especiales de funcionarios de la administración pública federal.
Este decreto señala que las instituciones deberán asegurarse de contratar empresas que ofrezcan opciones de viaje con precios competitivos o de mercado, aunque en este caso, la contratación de la empresa Viajes Premier S.A. para los dos aviones que tomó Guillermo del Río superan los 150 mil pesos, vuelos que en el mercado actual costarían aproximadamente 50 mil pesos.
Los viáticos permitidos para viajes en el extranjero, establecido en el documento, es de 450 euros por día, poco más de 10 mil pesos, incluyendo hospedaje, alimentación y transporte.
Sin embargo, este funcionario gastó más del doble desde que salió de México. En promedio, el viaje a Berlín del exdirector del Centro Nacional de Información del SESNSP costó cada día más de 24 mil pesos, el 75% de lo que un mexicano que percibía el salario mínimo en 2018 ganó en un año.
El lineamiento también obliga a que todo servidor público que realice una comisión en el extranjero con recursos públicos rinda un informe sobre las actividades realizadas, las conclusiones y los resultados obtenidos.
En el caso de Guillermo del Río, quien era titular del CNI (Centro Nacional de Información), área que también tenía el encargo de implementar el 911, el reporte y los resultados obtenidos contenían sólo siete puntos.
Sus “resultados” obtenidos
Como actividades realizadas aparecían reuniones con las redes nacionales de radiocomunicación, foros y conferencias sobre el estándar de misión crítica en banda ancha, presentaciones en los módulos de Motorola, Airbus, Huawei y reuniones con el equipo del Instituto Politécnico Nacional.
Los resultados que obtuvo el funcionario de su visita a Berlín se resumen en saber que los países europeos con redes de comunicación de banda angosta las mantendrán hasta 2025, constató que el estándar para redes de misión crítica de banda ancha estará completamente desarrollado hasta 2020 y logró confirmar que “las redes de banda ancha requieren garantizar atributos basados en el estándar”.
Guillermo del Río, el hombre que pasó de dirigir el área de tecnología del 911 a ser el titular del Centro Nacional de Información, dejó su cargo el 31 de diciembre de 2018, cuando llegó la nueva administración de la Secretaría de Gobernación, encabezada por Olga Sánchez Cordero.
La última vez que se le vio públicamente fue con Miguel Barbosa, en ese momento candidato a gobernador de Puebla (abril de 2019), en la presentación de los especialistas que integrarían el equipo para crear su plan de gobierno.
@AleCrail