Jaquelina Concepción Díaz de León Magallanes
Centro de Enseñanza Media UAA
Creo que todo comenzó el día que tenía que decidir cuál de los cursos de Formación de profesores que ofrece la UAA debía escoger para cumplir con mis créditos de actualización docente. Entonces elegí salir de mi estado de confort y me inscribí en el curso “Problemática y cuidado del medio ambiente”.
¿Qué pensaba acerca de este tema? Cuando escuchaba “Medio Ambiente” pensaba en plantitas, reciclar (agua, basura) ¡y ya! En el curso mi horizonte se amplió, fui llevada a enfrentarme a cuestiones filosóficas que me hicieron reflexionar sobre mi actuar en el mundo, y me puse a pensar: si el mundo me ofrece cobija, alimento, agua, aire ¿yo qué le ofrezco, qué hago para cuidarlo y protegerlo?
Debo reconocer que yo ya llevaba a cabo algunas prácticas proambientales, como reutilizar el agua de la lavadora para lavar patios, separaba la basura, y… (estoy pensando qué más)… ¡ups! Creo que nada más y eso me hacía sentirme muy ecologista.
Primer día de curso. Se nos dice que tenemos una deuda moral y ética con la Tierra y con todos sus habitantes, humanos y NO humanos. ¡ah caray, cómo está eso! Para poderlo entender tenemos que hacer uso de la definición de ambas de manera amplificada, es decir, no antropocentrista sino ecocéntricamente.
Moral: porque tenemos bastantes costumbres, normas que ponemos en práctica y con las cuales afectamos a la Tierra y a sus habitantes
Ética: porque, aunque todos hacemos un análisis, una crítica de lo que está mal, muy pocos son los convencidos de hacer algo útil en bien de la Tierra y sus habitantes.
Cuando escuchaba la palabra moral en mi curso recordaba aquella frase que dice “No hay moral”, ¿por qué esta frase se puede aplicar también en nuestra relación con el Medio Ambiente Natural? Llegué a las siguientes conclusiones:
*Porque solemos ser especistas, es decir, estamos preocupados solamente por el bien de nuestra especie, tomamos decisiones parciales a favor del bien humano sin pensar en el daño que nuestras acciones pueden generar a otras especies y a la naturaleza en general. Esto es ser ambientalmente inmoral.
*De lo anterior se desprende que, a pesar de estar conscientes hoy en día de los impactos dañinos que nuestras acciones tienen en la naturaleza, no se hace nada por cambiar, no se escuchan las razones por las que es importante incluir a la naturaleza en nuestro ámbito moral. Esto es sordera y miopía ética.
Es importante ponernos a pensar que cuando afectamos a otros humanos o a cualquier ser viviente, también nos afectamos a nosotros mismos y abrimos la puerta para que se acabe ese pedazo de cielo y aire limpio, de tierra, el agua potable y nuestra naturaleza. De poco a poco estamos terminando con nosotros mismos al contaminar y agotar los bienes naturales.
Deberíamos todas las personas conocer la Carta de Tierra, pues ahí se indica que la Tierra “nos pide” que la respetemos, que fomentemos e inculquemos valores, acciones, tradiciones y costumbres que promuevan su bien, teniendo en cuenta que lo que hagamos hoy repercutirá en el mañana.
Este curso de “Problemática y cuidado del medio ambiente”, también me llevó a tener conciencia en mi vida cotidiana, en los objetos que me rodean, dando así un vistazo a la economía circular, reconocer que tal vez lo que yo ya no uso, puede ser útil para alguien más, al contrario de tirarlo al bote de basura. Entonces, en vez de que éste vaya a parar al contenedor, puedo llevarlo conmigo y participar en una actividad de Trueque y así alguien podrá darle un nuevo uso a ese objeto, prenda, discos, etc. que ya no uso y solamente está ocupando un lugar (estorbándome), en cambio para alguien más podría ser útil.
A partir de ahora creo que seré un consumidor más sensato, mis compras no serán porque me guste o porque “me lo merezco”, ahora tendrán un sentido, y no sólo comprar por comprar, revisaré las etiquetas para saber de dónde provienen pues detrás de una marca también puede haber un daño a la Tierra.
Trabajamos en una Universidad comprometida con el Medio Ambiente, pero los que debemos hacer ese compromiso como sus maestros y lo podemos hacer con el ejemplo, simplemente, al reciclar una hoja, tirando la basura en el lugar que corresponda, platicando con nuestros alumnos sobre la importancia de cuidar el Medio Ambiente y valorar la Tierra y así quitar la venda antropocentrista de nuestros ojos para que veamos que, si no la cuidamos, nos la acabaremos antes de lo previsto.
Gracias la Benemérita Universidad de Aguascalientes por ofrecernos cursos de formación de profesores para actualizarnos y seguirnos preparando en los ámbitos técnicos, científicos y humanistas; a los Maestros Beatriz y Víctor por su tiempo, sus enseñanzas y sobre todo por abrir mis ojos a una realidad latente, pero que yo no quería voltear a ver; y a mis compañeros, que compartieron el trabajo que realizan en sus áreas respectivas y cómo lo relacionan con el cuidado del Medio Ambiente.
Al término de mi curso me siento ética y moral más comprometida con mi entorno, con la Tierra y sus habitantes, humanos y no humanos.
