- Una pista sobre los contactos personales del exdirector de Pemex llevó a la Interpol hasta el lujoso escondite de la mafia rusa, donde lo capturaron. El canciller Ebrard aportó un argumento clave en este thriller.
EMEEQUIS
La detección del escondite del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, en un conjunto residencial de lujo en Málaga, España, es uno de los capítulos más esperados de la novela por entregas que comenzó con las revelaciones sobre la inyección de fondos de la compañía Odebrecht a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012. Un coguionista del nuevo episodio, según nos dicen, ha sido el canciller Marcelo Ebrard Casaubón.
Aunque la medalla al mérito la tiene bien puesta el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, un dato sobre la ubicación del exfuncionario priista llegó informalmente a Ebrard a través de una amistad que cultivó en sus años de autoexilio en Francia. El asunto ocurrió a finales del año pasado, nos confían, cuando le avisaron al canciller que Lozoya andaba a salto de mata por Suiza, Alemania, España y Rusia. La policía internacional le seguía la pista sin poder atraparlo.
Contacto en Francia
El contacto que dio el pitazo a Marcelo fue, nada menos, que una persona muy cercana al chino Meng Hongwei, quien fuera un controvertido director de la Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal), entre 2016 y 2018. Como se sabe, la sede de esa organización policial se ubica en Lyon, Francia. El allegado a Hongwei fue contertulio de Ebrard en París, donde ambos personajes coincidían.
Fueron los años en que ─cosas de la vida─ el exjefe de gobierno de la Ciudad de México se avecindó en la ciudad luz para mantenerse lejos de las manos de la justicia mexicana que, entonces se rumoraba, podría haber buscado su comparecencia en relación con el escándalo de irregularidades en la construcción de la Línea 12 del Metro capitalino.
Por cierto que Hongwei, conspicuo miembro del Partido Comunista Chino y exviceministro de Seguridad Pública de su país, salió de la dirección de Interpol en 2018, a su vez, en medio de un escándalo político-criminal. De por sí, había asumido su cargo en 2016 entre denuncias de organismos defensores de derechos humanos que le reclamaban su pasado oscuro en los órganos policiales chinos. Amnistía Internacional juzgó su designación como “sumamente preocupante”.
En octubre de 2018, el funcionario policial desapareció de Francia, pero reapareció en China detenido por autoridades de su país, bajo el cargo de cohecho. La Interpol anunció la renuncia de su director “con carácter inmediato”. Hongwei enfrentó medidas “disciplinarias”, que al cabo dejó atrás.
El caso es que los contactos policíacos de Ebrard en las ciudades de París y Lyon le permitieron saber que Emilio Lozoya se hallaba deambulando entre Rusia y algunos países europeos. Esta información llegó a la oficina del canciller antes de la Navidad de 2019.
Conexión rusa: la pista clave
Pero no se mueva de la butaca, porque el thriller está por alcanzar su clímax. Nos explican que el contacto de París, quien sigue vinculado a la Interpol, le pidió a Ebrard información sobre Lozoya: nombres de amigos y familiares, costumbres, aficiones, detalles de la vida personal del exfuncionario mexicano… Nada oficial. Semanas después aquellas pistas ayudaron a la Policía Internacional a rastrear los movimientos del exdirector de Pemex.
Un dato clave fue la lista de amigos rusos de Lozoya, la cual incluía el nombre del empresario Vagit Alekperov. Apenas en noviembre pasado, la sección Secretos de EMEEQUIS reportaba que “informes policíacos recientes ubican a Lozoya Austin en Rusia, a donde habría llegado por intermediación de Vagit Alekperov, presidente del consorcio ruso LUKoil, quien fuera la primer empresa extranjera en conseguir autorización para la extracción de petróleo en México, luego de la Reforma Energética. A principios de 2014, Alekperov y Lozoya –entonces director de Pemex– firmaron el acuerdo y, desde entonces, trabaron una relación cercana que incluye la participación de una misteriosa mujer rusa cuyo nombre no ha trascendido fuera de las oficinas de a la FGR”.
Tras seguir las huellas del empresario, la Interpol detectó que Alekperov tenía “conocidos” vinculados a la mafia rusa, quienes a su vez contaban con propiedades en La Zagaleta, la zona residencial donde fue capturado Lozoya. En esa misma localidad de la Costa del Sol, donde veranean algunos de los millonarios más reservados del planeta, en septiembre de 2017 fueron arrestadas once personas, entre ellas uno de los capos de la mafia rusa Solntsevskaya, Arnold Arnoldovich Tamm, y el presidente del Marbella Club de Futbol, Alexander Grinberg, perseguidos por blanquear más de 30 millones de euros, según consta en registros de la prensa europea.
Ahora la policía española indaga si el exdirector de Pemex llegó a Málaga desde San Petersburgo (Rusia) o alguna ciudad europea, y el propio juez ibérico que lleva el caso ha dicho que hay indicios de que Lozoya haya estado lavando dinero para la mafia rusa. También ha trascendido que al momento de su arresto contaba con guardias de seguridad de la nación más grande del mundo.
Emilio Lozoya fue detenido en La Zagaleta el 12 de febrero de este año, seis días después de que el canciller ruso Serguéi Lavrov se reuniera con Marcelo Ebrard en la Ciudad de México.
El desenlace de esta historia promete ser de Oscar, Globo de Oro y hasta Ariel. El premio a mejor director se lo llevará sin duda el fiscal Gertz, pero ahora se sabe que el tip proporcionado informalmente por el canciller Ebrard podría abrirle un espacio en la categoría de mejor actor de reparto. Continuará…
@emeequis