Los políticos que alcanzan ciertas posiciones de poder, como una gubernatura o alcaldía, tienen la gran oportunidad de transformar positivamente las ciudades. A pesar de la mala reputación de algunos políticos, aquellos que cuentan con una visión clara y un liderazgo sólido, además de capacidad de ejecución e inteligencia política, suelen ser necesarios para lograr grandes transformaciones urbanas. Por ejemplo, en el mundo existen políticos que han adquirido un gran reconocimiento por las acciones emprendidas para transformar la movilidad en sus ciudades. Veamos.
El exalcalde de Londres, Inglaterra, Ken Livingstone, sentó las bases para transformar la movilidad urbana mediante un esquema de “cobro por congestión” en la zona centro de la ciudad. En 2003, Livingstone logró aprobar ese esquema, que reguló el número de automóviles en circulación en el centro, a través de una votación democrática después de un largo proceso de formulación técnica y consulta pública. En los primeros seis meses de operación del cobro por congestión, el número de automóviles que circuló en la zona centro disminuyó 30 por ciento, lo que a su vez mejoró la calidad del aire e incentivó la movilidad en transporte público, a pie y en bicicleta; incluso, en el primer año de operación del nuevo esquema, los viajes en bicicleta en el centro de Londres aumentaron 20 por ciento (Hidalgo, 2014).
El tres veces alcalde de Curitiba, Brasil, Jaime Lerner, posicionó a su ciudad como un referente mundial en movilidad urbana a partir de la creación del sistema de Autobuses de Tránsito Rápido (BRT, por sus siglas en inglés), también conocido como Metrobús. En 1974, Lerner introdujo un sistema de autobuses que simulaba la operación de un metro a nivel de calle, lo que permitió reducir los costos de construcción. En ese contexto, su gobierno diseñó una extensa red de carriles exclusivos para autobús para garantizar velocidades rápidas y eficientes, y se instalaron estaciones de prepago para agilizar el acceso a cada unidad; además, se introdujeron autobuses biarticulados para 270 pasajeros que permitieron elevar notoriamente la capacidad del sistema. En la actualidad, el sistema BRT se ha implementado en 172 ciudades alrededor del mundo, y ha mejorado considerablemente la movilidad de millones de personas a un costo menor que otros sistemas de transporte masivo.
Entre los años 2007 y 2017, el exalcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, y el actual alcalde, Bill de Blasio, han transformado gradualmente el paradigma de la movilidad de esa ciudad. En ese período, el gobierno de la ciudad transformó más de 160 mil metros cuadrados de calles en más de 70 nuevas plazas peatonales, y construyó más de 600 kilómetros de ciclovías; además, lanzó el sistema de bicicletas compartidas, CitiBike, uno de los sistemas de ese tipo más grandes del mundo. La habilidad de los alcaldes ha permitido impulsar decididamente modos de transporte sostenibles para desincentivar el uso del automóvil, y, con ello, mitigar externalidades negativas como el tráfico, la contaminación y los accidentes viales. Es importante mencionar que la administración de Bill de Blasio ha continuado con algunos esfuerzos realizados por su antecesor, con lo cual ha logrado resultados tangibles en un plazo menor (Transforming Urban Transport, 2016).
La actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha emprendido un ambicioso plan para reducir las emisiones de dióxido de carbono en la ciudad, que incluye la peatonalización de diversas avenidas y una importante inversión en infraestructura ciclista. En 2016, Hidalgo transformó 3.3 kilómetros de la emblemática avenida Georges Pompidou, construida en 1967 al margen del río Sena, en un espacio permanentemente libre de automóviles y destinado exclusivamente a peatones y ciclistas. Igualmente, en tan sólo cinco años, la alcaldesa ha logrado construir más de 350 kilómetros de ciclovías, lo que ha hecho de París, con una población de más de 12 millones de habitantes, una de las ciudades más amigables para utilizar la bicicleta –de acuerdo con la alcaldía, entre 2018 y 2019, el número de ciclistas en la ciudad se incrementó 54 por ciento (Curbed, 2020). Las decisiones de Anne Hidalgo para limitar el uso del automóvil la han enfrentado con diversos grupos de interés, al mismo tiempo en que se ha convertido en un referente de distintas causas en favor de la sostenibilidad urbana.
Los casos anteriores muestran cómo los políticos pueden transformar positivamente sus ciudades, y cómo su liderazgo, capacidad de ejecución e inteligencia política suelen ser necesarias para hacer que las cosas sucedan; es decir, los políticos son altamente relevantes para llevar a cabo procesos que permiten avanzar hacia un futuro urbano más sostenible, competitivo e incluyente, a pesar de la percepción negativa que existe sobre muchos de ellos y las prácticas reprobables a las que algunos recurren. En México y en Aguascalientes, esperemos contar con más políticos que realmente busquen lograr cambios trascendentales para sus ciudades y la población.
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