Las ciudades suelen ser lugares complejos en cuanto a su forma y configuración espacial, lo que influye directamente en la facilidad o dificultad para navegarlas, especialmente para las personas que se desplazan a pie, en bicicleta y transporte público. Existen ciudades en las que las personas, aún sin conocerlas a profundidad, pueden moverse con relativa facilidad, bien porque su trazo facilita el entendimiento de su estructura, o porque existen elementos que ayudan a las personas a encontrar sus destinos con rapidez. Por otro lado, muchas ciudades crecen de manera orgánica, sin una planificación previa que resulte en una configuración espacial clara, lo que eventualmente aumenta la dificultad para moverse en ellas.
El reconocido ingeniero, urbanista y escritor estadounidense, Kevin Lynch, llamó a lo anterior “la imagen de la ciudad”, refiriéndose precisamente a la imagen mental que sus habitantes tienen de una ciudad, y que determina en gran medida su legibilidad, o sea, “la facilidad con que pueden reconocerse y organizarse sus partes en una pauta coherente” (Lynch, 1960). Lynch identificó cinco elementos a través de los cuales las personas suelen construir la imagen de una ciudad. El primer elemento se refiere a las sendas, es decir, calles, bulevares, andadores, etcétera, que ayudan a las personas a registrar rutas y caminos en una ciudad. El segundo elemento se refiere los bordes, es decir, elementos lineales que impiden la continuidad de las sendas y que generalmente definen los límites entre distintas zonas, como ríos o grandes avenidas. El tercero consiste en los barrios o distritos, que se refieren a zonas urbanas relativamente grandes y que tienen cierto carácter común, como el centro histórico de una ciudad o alguna zona residencial o comercial. El cuarto elemento se conoce como nodos, y se refieren a puntos específicos en donde confluyen diversos elementos, como intersecciones de calles, algunas estaciones de transporte, plazas importantes, entre otros. El quinto elemento se refiere a los hitos de una ciudad, que consisten en puntos de referencia que sirven como guías u orientación debido a alguna característica singular, como edificios icónicos, estatuas, esculturas, etcétera.
En ese contexto, muchas ciudades utilizan sistemas de orientación (wayfinding, en inglés) para mejorar su legibilidad y la experiencia de las personas durante sus recorridos. Esos sistemas emplean elementos físicos para comunicar información sobre la configuración física de la ciudad, incluyendo planos, mapas, letreros, símbolos, marcas en el pavimento, guías podotáctiles para personas con discapacidad visual, señales auditivas, entre otros. Esos elementos suelen contar con un diseño gráfico altamente atractivo, legible y recordable para cualquier persona, por lo cual en muchas ocasiones tienden incluso a convertirse en elementos visuales representativos de una ciudad; y cuenta con información clara, comprensiva y consistente, y accesible para todas las personas independientemente de su edad, origen e idioma y de cualquier discapacidad motriz, visual o auditiva.
Un sistema de orientación puede mejorar la experiencia diaria de las personas que navegan en una ciudad, especialmente de quienes caminan y utilizan la bicicleta y el transporte público, pues, a través de elementos visuales, pueden encontrar sus destinos con mayor facilidad y seleccionar rutas en función del tiempo del recorrido o sitios de interés. ¿Cuáles son algunas recomendaciones para diseñar un sistema de este tipo? Estos sistemas deben instalarse cerca de destinos clave con volúmenes altos de peatones y ciclistas, como paraderos de autobús, plazas, edificios públicos, iglesias, centros comerciales, mercados, etcétera. Igualmente, deben indicar la distancia entre destinos con radios de 5 y 10 minutos a pie y en bicicleta, para dar una mejor idea de la proximidad o lejanía de algún sitio en específico. Los elementos físicos, como planos y mapas, deben estar diseñados a la altura del cuerpo y ojo humano, y tener una altura apropiada para adultos, niños y personas con alguna discapacidad. Además, deben utilizar un lenguaje visual claro y estándares gráficos que puedan ser entendidos universalmente, incluyendo caracteres en sistema braille; y la información debe estar pensada para todo tipo de usuarios, como habitantes en general, turistas, entre otros.
¿Qué tan fácil o difícil es orientarse en la ciudad de Aguascalientes? ¿Existe suficiente información en la vía pública para encontrar fácilmente los destinos? ¿En qué zona podría implementarse un sistema de orientación para facilitar la movilidad de las personas? Si bien existen algunos elementos de este tipo en la zona centro de la ciudad, un sistema de orientación verdaderamente integral, diseñado de forma estratégica y atractiva, podría implementarse con relativa facilidad y mejorar considerablemente la experiencia de las personas al moverse en la ciudad. ¿Podría pensarse en un sistema de orientación para la ciudad de Aguascalientes?
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