Este jueves me dejaré llevar por la corriente, haré lo que los demás hacen, seré complaciente con el entretenimiento y la distracción, acomodaré estas líneas de tal forma que, cuando usted acabe de leer diga, basura nada interesante esta vez, bueno… tal vez nunca haya cosas de verdadera relevancia en esta columna verdad, pero con toda intención ahora será así.
Tengo la ligera sospecha que ya sabe sobre la rifa del avión presidencial, de las declaraciones del vecino que dice que nosotros estamos pagando el muro, que el viejito cabeza de algodón dice que no caerá en provocaciones, supongo que también se percató de la marcha del domingo en la Ciudad de México y las reacciones, percibimos que la polarización de la sociedad sigue en pie y al parecer no se disolverá hasta que acabe el sexenio, o lo que vaya a durar la dictadura del nuevo Porfis; también supongo se enteró de la firma del T-MEC el pasado miércoles, de la fuga de tres reos del Reclusorio Sur, en fin, la verdadera intención de estas líneas, como le dije es distraer al respetable, hacer a un lado toda esta vorágine de información y centrarnos en el próximo fin de semana, el domingo en particular.
Desde hace 54 años la liga profesional de futbol de los Estados Unidos identifica a su final de campeonato como Super Bowl, Súper Tazón para nosotros. Esta liga, la NFL está dividida en dos conferencias que nunca cambian ni se rifan los participantes por grupos como en el futbol soccer o juegan todos contra todos, aquí están definidas por conferencias, la Nacional y la Americana; cabe mencionar que antes de la era de los Súper Tazones el deporte de las tacleadas a nivel profesional en el país del norte tenía dos ligas, la NFL que crecía a pasos agigantados y la AFL como respuesta de algunos empresarios entre ellos el dueño de los Kansas City Chiefs (que este domingo se disputan el trofeo Vince Lombardi) para contrarrestar la popularidad de la vieja liga, implementaron novedades y avances tecnológicos del momento para hacer del futbol americano un espectáculo mediático. El 8 de junio de 1966 ambas ligas se fusionan para dar paso a la actual NFL. Ahora con 32 equipos divididos en dos conferencias y cuatro divisiones, esta liga llama la atención de propios y extraños el primer domingo de febrero, es el día del Super Bowl, la final, el encuentro donde se disputa un trofeo para el equipo vencedor y anillo para cada jugador, la honra y el orgullo de acumular títulos para convertirse en la franquicia más ganadora de la historia de esta NFL.
Si bien en el país de las barras y las estrellas durante la temporada 2019 de la NFL se celebraron los 100 años de futbol americano “profesional”, nuestro país también tiene su historia y su legado aunque apenas en 2016 nace la liga profesional la cual tiene 9 equipos, el deporte de las tacleadas a nivel estudiantil tiene una historia más que interesante y consolidada gracias a las escuelas, institutos y universidades que nutren las ligas donde los mejores equipos colegiales de México miden sus fuerzas.
Los 49ers de San Francisco y los Kansas City Chiefs serán los protagonistas de esta edición del Súper Bowl, el cual tendrá verificativo en la ciudad de Miami y será visto por millones de personas alrededor del mundo; así que si usted tiene pensado visitar ese punto turístico de la unión americana este fin de semana, sin duda podrá asistir a la final más icónica del deporte profesional de los Estados Unidos, por lo precios ni se preocupe, son accesible y al alcance de todos los bolsillos, de hecho aun existen boletos a la venta, así que si su bolsillo se lo permite, compre un boleto de 4 mil 700 dólares que es la localidad más barata para estar en el lugar de los hechos. Noventa mil cuatrocientos diez pesos aproximadamente por estar hasta arriba y en las cabeceras del estadio, que, por muy moderno que sea, en esos lugares es difícil apreciar el juego como en la yarda 50. Pero como no lo van a dejar ir solo a tan impresionante espectáculo entonces tendrá que comprar cuatro boletos, en caso de que sea usted, su esposa y dos hijos; de ser así entonces para tener acceso al estadio necesitará $361,340.00 contantes y sonantes, uno tras otro o bien una súper tarjeta de crédito que pueda cubrir ese monto; a esta cantidad súmele los gastos de transportación, el hospedaje, los alimentos y por supuesto el kit de recuerdos del Súper Bowl. Ahora bien, si la economía no da para eso, una excelente opción es visitar a la familia y amigos para compartir una carne asada y disfrutar del espectáculo y del deporte pues, aunque no sean sus equipos el encuentro siempre se torna divertido. El año pasado por ejemplo y después de muchas temporadas mis Rams de Los Ángeles llegaron al súper domingo y sí es seguidor de la NFL no me necesita recordar que perdieron frente a los eternos Patriotas de Nueva Inglaterra.
Distracción pura, pura distracción y para beneplácito de los que somos amantes del deporte de las tacleadas los lunes después del súper domingo en nuestro país no se labora, que tal, la revolución hace justicia con los más desprotegidos, el pretexto perfecto para seguir la fiesta si es que su equipo gana o dormir hasta tarde si le tocó perder, como a un servidor el año pasado.
Vámonos todos para Mérida, una de las mejores ciudades no sólo del país, del continente americano, lejos de las ocurrencias de don Andrés, lejos de todo…
Y es así como llegamos al final de esta cortina de humo transformada en columna de jueves, no crea que por fin estoy alineado al sistema y estoy cooperando con la figura del jefe y sus impertinentes ideas, no señor, yo solito abone para que estos días llene su cabeza de rock y futbol americano. Que ganen los jefes total, hace como 50 años que no aparecían en un Super Bowl. Nos vemos en las botanas.
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