Las dos presidentas de Morena y el boleto de la “rifa del tigre”  - LJA Aguascalientes
21/11/2024

  • Una pregunta recorre los chats entre morenistas: ¿Por qué AMLO no interviene en el pleito entre Bertha Luján y Yeidckol Polevnsky? En tanto, los factores reales de poder ya tienen Plan B. Por acá los detalles.

 

La duda que se pasea en los chats entre morenistas es ¿por qué AMLO no se pronuncia frente a la batalla campal que sostienen Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján?, quienes detentan el control operativo Morena. La respuesta está en que la solución que le han acercado las lideresas no le satisface. Una quiere una Secretaría de Estado y la otra aún no ha mostrado qué tomaría a cambio de declinar sus aspiraciones para dirigir el instituto político que los puso en la Presidencia de México. 

Mientras Bertha Luján Uranga, presidenta del Consejo Nacional, convoca a un congreso extraordinario para el próximo domingo 26 de enero, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, dirigente del Comité Ejecutivo Nacional, acusa que su compañera quiere “secuestrar” al instituto político fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El conflicto entre las lideresas lleva meses enfrascado en un duelo por controlar más de mil 600 millones de pesos de recursos federales que le toca ejercer en este 2020 (aunque supuestamente renunció al 75%). Pero no sólo el es el dinero, sino el control de carretadas de cargos políticos dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), tanto a nivel nacional como estatal y, por supuesto, la posibilidad de obtener cientos de diputaciones, alcaldías y posiciones en las gubernaturas que estarán en disputa en los comicios intermedios de 2021.

Así que la batalla continúa, no tan soterrada como quisieran los liderazgos reales que conducen los destinos de la nación. Polevnsky asegura que no asistirá a dicho Congreso porque, todos lo saben, la intención real es desplazarla de la dirigencia del partido. Por ello emprenderá acciones legales ante el Tribunal electoral para “echar abajo” la movida política de su adversaria.

Luján, en cambio, ha realizado un trabajo de base más eficiente, por lo que cuenta con el apoyo de más de la mitad de los estados (los demás aún no se han definido). En Morena se sabe que la relación personal entre la excontralora de la CDMX y López Obrador ha servido para que incremente su fuerza al interior del partido.

Los otros dos jugadores son Mario Delgado Carrillo, coordinador de los diputados federales, y Alejandro Rojas Díaz Durán, quien al igual que sus compañeras lideresas han mostrado interés por dirigir el partido en el poder. La cosa es que ni uno ni otro tiene tentáculos para mover mayor cosa al interior de ese monstruo de mil cabezas que asusta hasta al propio López Obrador. Recuérdese que el presidente ha dicho que si sus colegas de partido no logran sanear sus diferencias, él abandonaría el partido, llevándose su credencial de afiliado y, muy probablemente, hasta el nombre del instituto político.

Y aunque los regeneracionistas saben que Morena sin AMLO sería un cascarón parecido al PRD, la lucha sigue y sigue.

Ante tal panorama, los liderazgos reales del partido intercambian mensajes de WhatsApp a la espera de que el presidente de México emprenda alguna acción para inclinar la balanza. Delgado y Rojas Díaz Durán están en el entendido que ni Yeidckol ni Bertha están ya en el ánimo del presidente, pero tampoco ellos, quienes no han mostrado capacidades eficientes y pragmáticas para resolver el encono.


Los más preocupados son los personajes que quisieran colocar a sus alfiles en posiciones claves a partir de la elección de 2021. Así, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard siguen la tremenda disputa desde la tribuna. Ambos aspiran a la candidatura presidencial de 2024 y el desastre morenista los tiene observantes, en busca de soluciones. Los dos saben que la solución vendrá desde Palacio Nacional, o eso esperan, pero, al parecer, la tardanza de López Obrador les inquieta cada vez más.

La petición de Polevnsky ha sido clara: ella quiere la Secretaría de Economía a cambio de bajarse del barco, mientras que Luján guarda sus cartas, a pesar de que las señales desde el gabinete indican que ninguna de las dos presidentas de Morena, como les llaman coloquialmente ahora, mantendrá el control del partido de cara a los comicios de 2021.

Un discreto experto en elecciones, en tanto, anda con la camisa arremangada resolviendo asuntos estratégicos dentro del Instituto Nacional Electoral (INE), al tiempo que crecen las versiones de que más pronto que tarde le será encomendado poner en orden a Morena. A Horacio Duarte Olivares, Subsecretario del Empleo en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de México, lo candidatean cada vez con más insistencia los cercanos al coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, los amigos del canciller Ebrard y los próximos a su actual jefa, Luisa María Alcalde (hija de Bertha Luján). ¿Será que el diputado federal con licencia esté a un tris de ganarse “la rifa del tigre”?


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