- Salomón Chertorivski reconoce las fallas del programa que dirigió con Felipe Calderón, pero no justifica que la 4T lo haya desaparecido. Advierte que se necesitan 400 mil millones de pesos para mejorar todo el sistema de salud, no sólo el INSABI.
VANESSA CISNEROS
“Es un error pensar que el Seguro Popular causó corrupción: fue vulnerable a la corrupción de este país. Así como lo ha sido el IMSS, Pemex y no por eso desapareces Pemex y creas el Instituto de Extracción de Petróleo para el Bienestar”, dice a EMEEQUIS Salomón Chertorivski, quien conoció este programa desde sus entrañas cuando encabezó el Seguro Popular como Comisionado Nacional de Protección Social en Salud, en el gobierno de Felipe Calderón (2009-2011).
El Seguro Popular dejó de funcionar desde el pasado 31 de diciembre. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, prometió su desaparición desde su candidatura.
“El llamado Seguro Popular es evidente que no ha funcionado, que ni es seguro, ni es popular y va a ser sustituido por un sistema de salud pública que garantice atención médica de calidad y medicamentos gratuitos”, anunció en una de las primeras conferencias mañaneras que dio bajo la investidura presidencial, el 18 de diciembre del 2018.
Este programa de atención médica gratuita en primer, segundo y tercer nivel, que llegó a tener hasta 50 millones de afiliados, también ha sido tildado como “corrupto” por funcionarios de esta administración, como Asa Ebba Christina Laurell, subsecretaria de Integración y Desarrollo del Sector Salud, quien aseguró que este sistema desapareció porque le detectaron “una corrupción sistemática”.
El día de hoy ya no existe y su lugar fue tomado por el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que entró en funciones el primero de enero y operará completamente para finales de diciembre en al menos 21 estados del país.
Salomón Chertorivski, exsecretario de salud y ahora presidente del Consejo Consultivo Ciudadano Nacional del partido político Movimiento Ciudadano (MC), comparte en exclusiva a este medio su opinión sobre el sistema de salud que suplirá al Seguro Popular.
–¿Qué opina con respecto a que se haya eliminado el Seguro Popular, entre otras cosas, por “corrupción”, y que el presidente diga que no era seguro ni popular?
–Será una frase coqueta, pero que por supuesto que era seguro y por supuesto que es popular. Está medido: un millón de familias en nuestro país dejaron al año de caer en pobreza por motivos de financiamiento a su salud. Y popular, pues el Seguro Popular estaba concentrado en los deciles de menores ingresos de este país por mucho.
“Es un error pensar que el Seguro Popular causó corrupción, el Seguro Popular fue vulnerable a la corrupción de este país. Así como lo ha sido el IMSS, como lo ha sido Pemex y no por eso desapareces Pemex y creas el Instituto de Extracción de Petróleo para el Bienestar.
“Corriges, tratas de cerrar las vulnerabilidades y tratas que las instituciones y las autoridades responsables de perseguir los actos de corrupción y de castigar hagan su tarea.
“En el caso del Seguro Popular, insisto, qué duda cabe que fue vulnerable ante la corrupción. Fue uno de los espacios donde más crecieron las transferencias de recursos federales a las entidades federativas, la que más, en donde más crecieron. De ahí que los rateros generan oportunidades para la ratería, que lo hubieran hecho si les hubieras enviado el seguro para cuidar los árboles de los camellones. Los rateros, rateros son.
“El Seguro Popular lejos estaba de ser perfecto y había mucho para mejorar pero también había mucho construido. Había mucha evidencia, estudios, investigaciones de todo lo que funcionaba y por qué funcionó y de las cosas que había que mejorar. Que se hicieran buenos diagnósticos, que no se corriera con prisa de determinar algo por completo para dar inicio a una cosa nueva cuando sí existían bases sólidas de dónde asirse para construir lo que siguiera”.
PUNTOS DÉBILES DEL INSABI
–¿Cuáles son los puntos débiles del INSABI?
–El Instituto que nace, nace sin legislación secundaria, sin reglas de operación, sin calendarios puntuales de cómo será su proceso de implementación. Sin fórmulas preestablecidas de cómo van a ser los mecanismos o cómo serán los mecanismos de financiamiento, sin ordenamientos explícitos de cómo será la nueva relación con las entidades federativas y en cuánto tiempo.
“Nace con muchas incertidumbres que generan, pues, trastoques en la operación misma del sistema y que lo hemos visto en estas primeras semanas de arranque.
“Lo que pasó con esta reforma. Es exactamente eso, es una reforma que viene de prejuicios, de frases pegajosas, pero que no viene de un diagnóstico con seriedad basado en evidencia.
“Yo sugeriría, respetuosísimamente, que se aplicaran las reglas del Seguro Popular mientras no se tienen las nuevas reglas del Instituto Nacional para el Bienestar (INSABI), mientras el INSABI no tenga reglas, calendario claro, mecanismos concretos de cómo va a ser la operación y cómo va a ser el periodo de transición, diría: demos certeza al sistema”.
–¿Y las virtudes?
–La verdad es que yo al día de hoy no las encuentro, quizá que nos ha generado una necesaria discusión pública del tema de salud, pero me preocupa mucho la formulación, que no partió de un diagnóstico con seriedad.
“Si algo se sabe en el sector salud es que nada sustituye un buen diagnóstico que te recete o que te quieran operar si no te hicieron bien los estudios del diagnóstico… sería impensable o las probabilidades de que eso salga bien pues son muy bajas”.
–¿Qué pasará con los secretarios de salud estatales?
–Si se quisiera o pretendiera centralizar nuevamente, y desde la Ciudad de México controlar todo el sistema en salud, pues sí, las secretarías de Salud de las entidades federativas tendrían que ser delegaciones del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar.
UNA EXTINCIÓN ANUNCIADA
El 3 de julio pasado, Mario Delgado Carrillo, el coordinador de los diputados de Morena, presentó una iniciativa de ley que ponía en papel lo que el presidente venía anunciando desde su campaña: la desaparición del Seguro popular.
Esta iniciativa, presentada a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, proponía desaparecerlo y crear en su lugar el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
Además, dice un comunicado del congreso, la propuesta buscaría reformar diversas disposiciones de la Ley General de Salud.
“A casi 15 años de operación del Seguro Popular son tangibles las limitaciones de este modelo de financiamiento. No se ha logrado el acceso efectivo de acuerdo a la necesidad de las personas, toda vez que éste se encuentra restringido a la insuficiencia presupuestaria y a un catálogo limitado de servicios que no incluye todos los padecimientos”, dijo en esa ocasión el morenista.
Un mes después, seis exsecretarios de salud, entre ellos Salomón Chertorivski, escribieron una carta dirigida al presidente y al Congreso de la Unión, en donde solicitaban establecer un diálogo sobre este nuevo sistema de atención médica gratuita.
El documento, dado a conocer en medios de comunicación con fecha del 5 de agosto, hacía hincapié en que se debía dialogar sobre una posible “recentralización” del sistema de salud pública y acerca de la desaparición de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud y, con ella, su brazo operativo: el Seguro Popular.
“NO NOS ESCUCHARON”
–¿Después de la publicación de esta carta, el gobierno o algún parlamentario se acercó a ustedes?
–En realidad no. Se abrió una suerte de parlamento abierto. Fuimos convocados nos invitaron, pero el haber estado y el haber hablado no quiere decir que hayamos sido escuchados. Tan es así que la reforma a la Ley General de Salud pasó como estuvo presentada, con todas sus fallas, a pesar de las observaciones que se hicieron.
–¿Ve cercana la meta de cubrir hasta el tercer nivel de atención médica en todo el país?
–La aspiración es que a partir de diciembre el tercer nivel sea gratuito… Hasta
el último día del año pasado, el tercer nivel en gran medida era gratuito. El Seguro Popular financiaba todo el primer nivel, prácticamente todo el segundo nivel de atención y había un mecanismo absolutamente certero, claro y transparente para el financiamiento de una parte muy importante del tercer nivel de atención.
“De esa alta especialidad, el Seguro Popular financiaba ya cerca de 70 padecimientos (…) que representan cerca del 80 por ciento de las razones por las que una mexicana o un mexicano podría requerir atención de alta especialidad.
“Es decir, progresivamente, con orden, con estructura, con todos los cálculos actuariales,con la responsabilidad médico científica científica de que lo que se prometía iba a tener cabida en el sistema de salud. Prometer trasplante de pulmón cuando hace 25 años en nuestro país no se ha realizado un trasplante de pulmón pues es un engaño”.
“ILUSIÓN DEMAGÓGICA”
–¿Cuánto dinero necesitaríamos aproximadamente para que este sistema de protección total funcione en todo el país?
–Por lo menos se necesita entre uno y medio, dos puntos adicionales del Producto Interno Bruto (PIB) para tener todo el sistema en salud, no sólo la población sin seguridad social, sino todo el sistema de salud en mejores condiciones para operar.
“Estamos hablando de más de 400 mil millones de pesos adicionales a todo el sistema de salud. Insisto, no sólo al Seguro Popular o a lo que era el Seguro Popular, hoy el INSABI.
“Invertimos cerca de 5 mil pesos promedio al año por mexicano para la salud,
muchos más un mexicano que tiene la salud en Pemex, un poco más en el IMSS, menos en los que tenían el Seguro Popular, pero en promedio son 5 mil pesos lo que se invierte. En Escandinavia el promedio al año es como de 110 mil pesos más o menos.
“Recordemos esto: hay 7 mil enfermedades raras, con medicamentos que se conocen como huérfanos, que son carísimos. Ningún, ningún, sistema de salud en el mundo cubre todo para todos. Siempre hay catálogos, siempre hay especificación en qué se puede cubrir y en qué no, porque, insisto, son sistemas públicos en donde el todo para todos simplemente es una ilusión demagógica.
“No es un tema nada más de dinero, es decir, las condiciones regionales del
país, las condiciones socioeconómicas prevalecientes en diferentes regiones, determinan muchas de las posibilidades mismas”.
–¿Hay suficientes médicos en los hospitales del país para atender la cantidad de población que se busca atender?
–Si el sistema no se mueve rápidamente de lo curativo a lo preventivo no hay
ni dinero, ni médicos, ni hospitales que alcancen. Ahora, aún avanzando en la prevención, el país tiene enormes retos en cuanto a médicos enfermeras y especialistas y también en su distribución.
“También hay que tomar en cuenta el futuro en la ciencia y la tecnología médica. Esto es planear el futuro con las variables del presente seguramente nos podrá llevar a cometer errores.
“Hoy simplemente con la telemedicina y la robótica tenemos capacidades. Ya no es ciencia ficción, tenemos capacidades para que un médico especialista pueda estar dando consulta a distancia o para que un cirujano pueda estar operando una catarata desde la Ciudad de México a un viejito rarámuri en la Tarahumara.
“Hoy la ciencia y la tecnología (dan) para pensar que estas cosas van a acoplarse de manera diferente y creo que tiene que estar y tiene que entrar en las variables de definición de la planeación de futuro”.
@vancg_