Buscando una película corta mientras esperábamos un render de un proyecto encontramos El Pepe, una vida suprema el documental que recién acaba de estrenar Netflix el primer fin de semana de año.
Naturalmente, al encontrarlo, poco nos importaba su duración sino el verlo lo antes posible. Siempre me cautivó cómo habla Don Pepe Mujica en sus discursos y esa humanidad que despedía en cada uno de ellos.
Es de los pocos políticos que siempre acierta en sus discursos, no por su edad avanzada sino por la naturaleza de su sabiduría. Lo admiramos, pero algunos no nos aventuramos a investigar sobre su pasado y el porqué es un hombre tan humanamente atinado.
Así pues, El Pepe, una vida suprema es un documental del realizador Emir Kusturica y se sitúa en los últimos días de gobierno de Pepe Mujica. Lo interesante del documental no es el personaje en sí, sino la serie de hechos que lo convirtieron en el hombre que llegó a ser presidente de Uruguay.
En retrospectiva y con una serie de puentes como recursos narrativos El Pepe, una vida suprema nos sitúa en el presente donde tenemos a un hombre que sigue haciendo política, construye cultura y sigue fiel a sus idearios políticos desde una pequeña y muy humilde granja en Uruguay.
Podríamos creer que como expresidente de su república estaría viviendo como todo un magnate, pero no es así, pues él necesita poco para vivir. Increíble, el encontrar una casa de un político tan reconocido e importante sin lujos y con lo esencial: pocos muebles, no nuevos, un perro manco y un par de bancas en la entrada para cotorrear con los amigos.
El formato es sencillo, el realizador Kusturica le hace algunos cuestionamientos y las respuestas son ilustradas con imágenes de video, periódico, fotografías y partes de la película Estadio de Sitio del director Costa Gavras y que narra lo que se vivió en los años de la dictadura uruguaya a la par del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Las dictaduras latinoamericanas del siglo XX no sólo fueron largas y sangrientas sino la plataforma donde líderes motivados por la libertad y la verdad consolidaron movimientos genuinos en pro de la igualdad y el alto a la corrupción, de ahí viene Don Pepe, de unos años de revuelta donde jóvenes con convicción como él fueron casi matados un par de veces y vivieron en calabozos a la sombra del miedo de los dirigentes de Uruguay para muchos años después, pese al miedo de sus adversarios, llegar a la presencia de la república y hacer un cambio estructural, no con reformas, sino con actos.
Después de una vida hecha por y para sus ideales, con la sencillez que lo distingue y sin nada que presumir con reducciones ridículas de sueldos o a los presupuestos Pepe Mujica donaba íntegramente el 70% de su sueldo a los indigentes de su país, con el dinero que reunió, logró dar casa a un poblado de personas de escasos recursos cercanos a su casa, así como una escuela para que los niños y adolescentes puedan tener acceso a la educación sin largos desplazamientos.
Ahora les enseña a los pobres el arte del cultivo de flores para que puedan tener una entrada de dinero, dice que no se come en Uruguay flores, pero que los ricos las compran bien y ahí pueden tener un recurso fijo para ayudarse.
Su vida en cautiverio le enseñó que la cultura es importante mientras esté basada en valores y que es indispensable para poder crecer como nación.
Es un político que hace política con el ejemplo, la experiencia le enseñó que ser transparente ganaba más seguidores que las mentiras que los políticos comunes hacen para llegar al poder.
Lo que vemos en el documental es a un hombre maduro que disfruta sus ideales políticos y el trabajar por la gente, su pueblo, es evidente al ver el número de seguidores que salieron a las calles a despedirlo el día que entregó el bando presidencial. Las calles de Montevideo estaban repletas, todos clamaban su nombre y disfrutó complacido el cómo se le entregaban.
No teníamos expectativas del documental, lo volveremos a ver esta semana, pues es de esas piezas del cine que hay que disfrutar lentamente para no dejar pasar ningún detalle y tomar nota de todo lo que aprendemos de la sabiduría de los demás.
Pepe Mujica es un hombre que se hizo de valentía, paciencia y mucha claridad. Su ideología lo llevó a estar preso y muchos años después a poder contribuir directamente en la construcción de su nación para ver florecer por lo que siempre luchó y lo mantiene vivo.
Muchos hombres, muchos políticos, pero pocos como Pepe Mujica, sin duda es un documental que no puede dejar pasar, es sencillo, en apariencia, pues su contenido es impactante y lo que hace en el telespectador es transformador.
Hay muchas novedades que ver en Netflix estos días, no se deje llevar por los premios, mejor aventúrese en este documental hecho en Uruguay, un país que tiene como hijo predilecto a un expresidente que andaba en un vocho azul celeste y que aun sin ser ahora presidente, sigue haciendo política para que los menos favorecidos salgan adelante.
No lo olvide El Pepe, una vida suprema es el documental que tiene que ver hoy.
Por cierto ¿Cuáles son sus propósitos lectores para este 2020?
Laus Deo
@paulanajber