- SIFD, un tratado internacional, crea un sistema dual para la proliferación
- SIFD tiene establecido objetivos muy largos y que no se podrán cumplir a la brevedad
En la discusión acerca de la drogas, siempre se habla de la salud moral y es esta base moral la que no se encuentra en la regulación de otras sustancias. Por ejemplo el del cigarro, en el cual generalmente se exponen los daños por su consumo, pero jamás tiene una perspectiva moral, señaló Tania Ramírez, directora de México Unido contra la Delincuencia.
Lo anterior fue declarado en relación con el Sistema Internacional de Fiscalización de Drogas (SIFD) el cual obliga a estados firmantes a que tipifiquen como delito el uso de drogas con el objetivo que, mediante una serie de tratados, se erradique por completo la demanda de drogas y desaparecerlas.
Tania Ramírez precisa que esto habilita un sistema dual, en el cual habilita el uso médico y científico, pero prohíbe el uso tradicional y recreacional.
“Pensando en que eso, generando esa prohibición, se iba reducir no sólo la disponibilidad, sino también el acceso y reduciendo así la demanda. Fue una premisa quizá demasiado simple que no considero que se iba a crear un mercado grande y que permitiría mercados grises en torno a estas sustancias además de establecer objetivos inalcanzables,” señaló la activista.
Este Sistema Internacional buscaba promover el acceso seguro para fines científicos y médicos, pero finalmente al hacerlo se generaron una serie de controles muy estrictos por lo que terminó delimitando el acceso para dicho fin.
Desde hace varios años atrás, México pertenece al SIFD, razón por la que se atrasó la discusión en torno a su legalización.