Desnutrición, abuso sexual… El maltrato infantil visto desde las salas de urgencia - LJA Aguascalientes
21/11/2024

  • Los servicios de emergencia atienden todos los días a menores ahogados o víctimas de golpizas.
  • Una revisión de las cifras oficiales revela que 77% de los ingresos por desnutrición tiene 7 años o menos

EMEEQUIS

 

Al Hospital General de Culiacán, Sinaloa, llegó un niño de dos años y medio. Tenía marcas de golpes repartidos en el cuerpo, un traumatismo en la cabeza. No era todo, los moretones estaban acompañados de quemaduras de cigarro.

Testigos contaron a los medios locales que aquel 10 de julio de 2017 un hombre bajó de un coche junto con el niño y lo dejó solo en la entrada de la Sala de Urgencias del hospital de la colonia Guadalupe, al norte del país. 

“El bebé llega en abandono, en maltrato, traía un traumatismo craneoencefálico, pero se encuentra estable”, dijo el director del hospital, Jorge Alberto Zamudio, cuatro días después de que el pequeño fuera abandonado.

Las agresiones en contra de este pequeño son una muestra de los casos que llegan diariamente a las salas de urgencia de los hospitales públicos del país, agresiones que, a decir de los especialistas, no obtienen respuesta de la autoridad y vulneran doblemente a los menores. El caso del bebé de Culiacán es una muestra. El niño fue entregado a sus padres

Un análisis de los ingresos a urgencias de la Secretaría de Salud realizado por EMEEQUIS revela que entre 2010 y 2017 al menos 2 mil 290 menores de edad llegaron por abusos, agresiones u omisiones en su contra y en algunos otros casos por problemas dentro de su núcleo familiar. 

Las causas se enumeran así: desnutrición severa, abuso sexual, ahogamiento o sumersión, maltrato, negligencia o abandono y, en menor medida, abuso psicológico, disparo de arma de fuego, agresiones con químicos o problemas relacionados con la muerte o desaparición de algún familiar. 

De 2015 a 2016 hubo, además, un incremento del 61% en los casos registrados. Si en 2015 apenas se registraron 199 ingresos por estos motivos, un año después la cifra subió a 321. 


 

Desnutrición y abuso sexual, las principales causas

La mayoría de los menores que ingresa a los servicios de urgencias del sistema público de salud lo hace por desnutrición o consecuencias derivadas de eso. En ocho años, mil 415 menores han ingresado por esta causa. Aunque las edades son diversas, la mayoría de ellos, el 77%, tiene entre 0 y 7 años. 

La desnutrición proteico calórica va desde la más leve a la más severa y es provocada por una alimentación deficiente que no provee a los menores los nutrientes necesarios para llevar una vida de calidad, según el sitio oficial de la Secretaría de Salud. 

Lo más visible es la poca masa muscular en el cuerpo de los pequeños, debilidad, apatía e irritabilidad, además de los problemas cognitivos. Hay, adicionalmente, otros problemas intestinales, cardiacos y respiratorios asociados. 

No hay un solo estado en México donde no se haya presentado un caso así en este periodo, sin embargo, los estados con más casos son Guerrero (211), Tabasco (122), Ciudad de México (112) y Chiapas (107).

En el especial #MatarAUnHijo realizado por EMEEQUIS se aborda el caso de Landon Yahir, un menor de 8 años que murió por desnutrición severa y, pese a ser el único miembro de su familia que presentaba este daño, las autoridades de Coahuila decidieron cerrar la investigación como muerte natural, sin indagar si había síntomas de maltrato. 

La segunda causa de ingresos de menores relacionada con maltrato infantil es el abuso sexual. Un total de 423 menores llegaron a la sala de urgencias de un Centro de Salud público víctimas de este delito en todo México. Un 40% tenía entre 13 y 17 años, 36% entre 0 y siete. 8 de cada 10 eran niñas. 

Los casos también se reparten en todo el territorio mexicano, ninguno de los 32 estados se salva, aunque son Coahuila (44 casos), Sonora (42), Tlaxcala (39), Guanajuato (33) y Baja California Sur (31) donde hay mayores registros. 

El año pasado, por ejemplo, llegó a la sala de urgencias de un centro del IMSS en Oaxaca un niño de dos años de edad con síntomas de una enfermedad de transmisión sexual, además de tener lesiones en el ano. La madre negó conocer abusos en contra de su hijo y éste, al recuperarse, le fue entregado. A los 15 días volvió con el mismo problema. 

Sin embargo, son las niñas las que más padecen estas agresiones que, además, se han duplicado en los últimos años. Si en 2015 apenas se registraron 33 abusos sexuales en contra de niñas, para 2016 el número creció 103%: 67 fueron atendidas en las salas de urgencia, para 2017, 70. 

 

Responsabilidad compartida

María Teresa Sotelo, especialista en maltrato infantil y expresidente de la Fundación en Pantalla contra la Violencia Infantil (FUPAVI), explica que los Centros de Salud son lugares que deberían fungir como barreras que eviten que los menores continúen siendo víctimas de agresiones en sus hogares y que sus vidas corran peligro. Sin embargo, esto no ocurre en todos los casos.

“Hay un punto que está atorado entre los trabajadores del sistema de salud –médicos, enfermeras, trabajadores sociales– que identifican a una posible víctima de maltrato: no quieren involucrarse en problemas jurídicos”, recalca. 

Idealmente tendrían que pedir auxilio al Ministerio Público y éstos, a su vez, preponderando el interés superior de la infancia, llamar a un médico legista que certifique los daños cometidos contra el menor e iniciar una investigación en su círculo cercano para identificar al agresor. 

“Si todos los hospitales tuvieran un equipo multidisciplinario especializado en maltrato infantil sabrían qué hacer cuando un niño llega con un brazo roto o con quemaduras que no parecen accidentales. Si luego las autoridades estuvieran comprometidas con salvaguardar la vida de los niños y tuvieran la preparación necesaria, podría bloquearse la posibilidad de que la víctima vuelva a ser agredida. Pero es muy complicado que ocurra”.

Sotelo denuncia que sólo se actúa cuando los casos son muy evidentes y esto también se nota en las estadísticas. En los registros de ingresos a urgencias, por ejemplo, hay fracturas o daños físicos en los menores en los que no es posible determinar si fueron producto de una agresión. 

 

Los riesgos de la desatención

De acuerdo con el doctor Arturo Loredo Abdalá, del Centro de Estudios Avanzados sobre Maltrato Infantil del Instituto Nacional de Pediatría (INP), de cada 100 pequeños que padecen algún tipo de maltrato infantil sólo uno es atendido correctamente. Según sus datos: entre 55 y 85 por ciento de los niños que son maltratados, llegan a la vida adulta y son padres de familia, serán agresores de los más vulnerables de su familia.

El maltrato infantil también aparece como antecedente de los menores que cometen delitos y que están recluidos en algún centro de reinserción social. De acuerdo con estudios realizados por Reinserta, el maltrato infantil se encuentra presente en los casos en los que los jóvenes han delinquido en edades más tempranas.

Mientras tanto, las salas de urgencia siguen atestiguando las agresiones contra los menores. Además de la desnutrición y los abusos sexuales, el maltrato, la negligencia y el abandono se colocan entre las principales causas, en esta área también hubo incrementos considerables entre 2016 y 2017 cuando se registraron 46 y 27 casos respectivamente.

A ello hay que sumarle los casos por abusos psicológicos, los ahogamientos y sumersiones no mortales, problemas dentro del núcleo familiar –rupturas familiares, alejamiento del núcleo familiar, experiencias negativas– y hasta casos donde se les ha disparado o agredido con químicos.

Recientemente, la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM) llamó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y a la sociedad mexicana a detener la crisis de violencia contra niñas, niños y adolescentes. 

Asimismo, el caso del menor de 11 años que disparó en contra de su maestra y compañeros en una escuela privada de Torreón, Coahuila, despertó el debate sobre la falta de atención a la infancia en su núcleo primario, lo que puede ser el trasfondo de este tipo de acciones violentas. Pese a ello, no hay avances en políticas públicas que miren las carencias que hay en el 33% de la población del país. 

Sobre el caso del niño de Torreón, la diputada de Morena, Lorena Villavicencio, propuso acciones de emergencia para atender el problema de fondo. Primero, ampliar el personal de la Unidad de Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil (UAMASI) dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), cuyo titular es Esteban Moctezuma, para atender integralmente a las familias y velar por la salud mental, “un derecho tutelado por el Estado mexicano y la sociedad en conjunto”.

Asimismo, pide impulsar desde la Secretaría de Gobernación, a cargo de Olga Sánchez Cordero, campañas en medios para la detección del maltrato infantil e implementar un programa escolar de buen trato, cuidado digno y cultura de la paz.

Otro llamado es para las Instituciones de Salud, para que apliquen la norma 046 y que denuncien ante el Ministerio Público abuso o violencia sexual contra niñas y niños. Además llamó al Inegi a generar estadísticas que permitan medir este problema.


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