Esta semana inició el último mes del año; por fin, diríamos algunos, qué lástima, dirán otros, el caso es que estamos en la recta final de 2019 cerrando intensamente. El panorama ideal sería tener cero problemas de inseguridad, una economía con crecimiento de un dígito, un país unido no polarizado por el actual gobierno, avances en los temas de migración, de exportaciones, salud, educación y muchos otros que no les hemos encontrado la cuadratura al círculo. ¿Cómo cerrar esta temporada? Si hacemos una primera revisión y reflexión entonces por favor póngase atento a lo que dictan las tradiciones que nos permean dentro del territorio nacional; voltee hacia la cartelera de los cines de la ciudad, Cinépolis tiene en exhibición una película mexicana llamada Guadalupe Reyes, ¡chin, chin el que se raje! en franca alusión al llamado maratón de fiestas que inicia el 12 de diciembre, atendiendo el aniversario de la aparición de Tonantzin (la diosa de la fertilidad o la madre tierra) por los rumbos del cerro del Tepeyac a un indígena de nombre Juan Diego, el resto de la historia y la tradición sobran describirlas, y que concluye el 6 de enero con la venida gloriosa de los tres santos, magos, reyes, visionarios, magnates de su tiempo que llegaron al pesebre a conocer al pequeño Jesús, vamos hasta en el cielo el cinturón de Orión se cuadra con la tradición. Así la costumbre se apodera de nuestros bolsillos y el flujo de efectivo se incrementa considerablemente en estas fechas, los aguinaldos, los trabajos extras, los días de descanso, las fiestas, los encuentros y reencuentros, el ambiente navideño y la pérdida de memoria de los sucesos que tuvieron verificativo a lo largo de los 11 meses antes de diciembre flotan en el ambiente festivo y no faltaba más, nosotros los seres humanos necesitamos algo de distracción, completamente de acuerdo y bien ganada para todos los que se esforzaron y trabajaron duro, pero, tenga cuidado, eso de andar trasnochados, celebrando, distraídos, al ritmo de las preposadas, posadas y post posadas nos hace presas fáciles para que los señores que ostentan el poder de esta nación hagan de las suyas, mire que no estoy señalando únicamente a la 4t, no claro que no, desde los tiempos de gloria del priismo pasando por los 12 efímeros años de los azules, las administraciones buscan fechas donde la banda esté distraída para concretar los acuerdos en lo oscurito, llenar las arcas con el dinero del pueblo o incluso como el año pasado deshacerse de gobernadoras y senadores en el aire, aunque cabe señalar que eso, eso querido lector fue un castigo de dios porque ellos se portaban mal con el pueblo de bien, no lo dijo el mesías mayor pero si uno de sus apóstoles. Pero este año, los diputados no esperaron a que estuviéramos distraídos con el Guadalupe Reyes, antes de que llegara diciembre con toda la parafernalia que lo caracteriza, estos burócratas que dicen representarnos o quizá representen el pueblo sabio que no les va a decir nada se asignaron una partida de 164 millones de pesos para su pago de dietas, aguinaldos, apoyos de fin de año y asistencia legislativa, qué tal, a eso se refería don Andrés con austeridad republicana, supongo; eso quiere decir que cada uno de los diputados fifís, discúlpeme, estimado lector, pero si esta Navidad alguien va a recibir 327 mil 973 pesos entonces cae en la categoría de empleado fifí, ya lo había comentado con anterioridad, el que se lleva se aguanta y, partiendo del término como lo usa el presidente de los mexicanos que da espectáculos el día de su aniversario como para mostrar su poder…, entonces los diputados de mi país son fifís de izquierda, mire nomás hasta dónde hemos llegado, a mi me vendieron esto como una política de austeridad, un gobierno de izquierda y Trump (bueno, Trump…) dice que, con tendencias socialistas, una administración como nunca, si bueno, extienda su mano, muestre sus dedos y pregúntele al mesías cuál quiere que nos chupemos. Debe ser un trabajo exhaustivo estar poniendo palomita a todas las ocurrencias que envía el Ejecutivo a la Cámara Baja, bueno, dirán algunos, para eso les pagan. Cada uno de ellos, los 500 legisladores que integran el pleno del Palacio de San Lázaro recibirán 327 mil 973 pesos, de los cuales, 74 mil 548 pesos es su dieta mensual, 140 mil 504 de su aguinaldo, 45 mil 786 de asistencia legislativa y 28 mil 772 de apoyo a la atención ciudadana. Qué bonitas son las tradiciones, ¿no cree?, sobre todo cuando se trata de política, aquí las cosas no cambian ni cambiarán, la manipulación mediática al pueblo sabio es extraordinaria, fenomenal, apabullante, enajenante, éstos sin duda leyeron a Orwell, recuerda los spots del entonces candidato “ya sabe quién” de la rebelión en la granja, mal enfocado, por cierto, pero sin duda claro, en la línea de la ficción del autor de 1984.
Qué dicta la tradición, que no va a pasar nada, los diputados fifís recibirán su aguinaldo fifí, el pueblo, no el sabio, el otro, no podrá oponerse a que se los entreguen en charola de plata y en pleno maratón Guadalupe Reyes, a lo más que llegaremos será a quejarnos por la incongruencia del aparato político que nos gobierna. Si el primero de diciembre el amo y señor del universo aprovechó para decir lo que siempre dice en todos lados, incluso en las famosas “mañaneras” y de manera simultánea el otro pueblo, el ingrato se manifestó no sólo en la Ciudad de México, sino en varias ciudades del país, eso es lo de menos, lo de más es romper con la tradición de la benevolencia o indiferencia hacia lo que haga o deje hacer el gobierno en turno y prestar atención porque en una de esas se apodera de la silla presidencial y no la suelta hasta que salga con los tenis por delante. Piénsele bien, rompamos la tradición pasiva y reforcemos el activismo que es donde el contrapeso puede surtir efecto.
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