Ya pasó una semana del tercer aniversario luctuoso de Greg Lake pero no me gustaría dejar pasar por alto esta fecha que considero muy importante, lo es para mí por la gran admiración que siento por el trío de rock progresivo británico Emerson, Lake & Palmer, le profeso una admiración enorme, casi devocional y los considero, incuestionablemente, una de las mejores cosas que le han sucedido al rock en toda su inconclusa historia. Dos de los músicos de esta alineación ya se nos han adelantado, el pianista, tecladista y compositor Keith Emerson y el bajista y cantante, también compositor, aunque estrictamente de rock, recordemos que Emerson se sumergió en las profundas aguas de la gran música de concierto, Greg Lake, él es el que nos ocupa en el Banquete de este fin de semana.
Se trata de uno de esos bajistas que además de tener un sello distintivo como instrumentista, también destacó como cantante. Definitivamente no estamos hablando de una vocalista de dimensiones excepcionales ni mucho menos, era un cantante que cumplía puntualmente con el compromiso y que no obstante no ser un superdotado de la voz. Estaba perfectamente a la altura de la compleja, exigente y demandante música que hacía, primero con la Corte del Rey Carmesí y después con el impresionante trío de Emerson, Lake & Palmer. De hecho escuchar a Greg Lake me llevó alguna ocasión a involucrarme en una amena conversación con mis amigos del programa Dimensión Ótica de Radio UAA respecto a cantantes que tocan el bajo o bajistas que cantan, entre ellos, además de Lake, debemos contar a Phil Lynott, por ejemplo de Thin Lizzy, Paul McCartney de The Beatles, Jack Bruce de The Cream, Sting de Police, Roger Waters de Pink Floyd, Aldo Tagliapietra de Le Orme, John Wetton, tan similar en forma y contenido a Greg Lake y que participó también con King Crimson, con Asia, el infaltable Geddy Lee de Rush y una memorable presentación en concierto con el grupo de origen húngaro After Crying entre otras cosas muy interesantes. En fin, la lista podría ser interminable, pero de verdad que fue sumamente entretenido tener esta amena conversación con estos buenos amigos amantes, como un servidor, del rock progresivo.
Greg Lake murió el 7 de diciembre de 2016, apenas unos meses después de Keith Emerson que falleció el 11 de marzo de ese mismo año, hoy a dos años y una semana de su muerte encontramos un pretexto perfecto para darle un repaso a su música y platicar un poco de este majestuoso bajista y cantante.
Greg Lake fue parte indispensable de la fórmula inicial de una de las formaciones musicales más importantes e influyentes en la historia del rock, por supuesto, me estoy refiriendo a King Crimson, él participó en las dos primeras grabaciones de la corte del rey Carmesí, el primero de hace 50 años y uno de los mejores discos del siglo XX y lo que va del XXI dentro y fuera del rock , In the Court of the Crimson King, y el segundo que mantiene viva la esencia del álbum debut llamado In the wake of Poseidon de 1970. Es en este momento que deja las huestes de Robert Fripp para juntarse con el pianista y tecladista -que no es lo mismo- Keith Emerson que venía del grupo The Nice, y al baterista Carl Palmer que alineó anteriormente en Atomic Rooster, formando una de las alineaciones más influyentes e imprescindibles en el largo y sinuoso camino de la siempre inconclusa historia del rock, ellos juntos llevaron el concepto de Trío hasta sus últimas y más radicales consecuencias, y mira que de tríos está plagado el rock, muchos de ellos fantásticos como la Jimi Hendrix Experience, The Cream, Rush, Le Orme y algunos más, valdría la pena dedicar un banquete a esta entidad musical que identificamos como power trío, pero eso ya es otro tema. Con Emerson, Lake & Palmer Greg Lake encontró el terreno fértil para desarrollarse generosamente como compositor y reconocerse también como guitarrista, sin un repertorio muy demandante para el instrumento pero sí cumpliendo cabalmente con el compromiso y manteniendo su solvencia como bajista y cantante de alto nivel.
Emerson, Lake & Palmer aportó al rock grandes discos como el primero que es homónimo, Tarkus que es una verdadera obra maestra, Trilogy que mantiene un impresionante equilibrio entre los tres integrantes de esta deliciosa fórmula musical, Brain Salad Surgery quizás cierre el ciclo de los grandes discos de perfil estrictamente progresivo para después tomarse ciertas libertades en producciones como los dos volúmenes de Works, Love Beach, Black Moon y finalmente In the hot seat.
En las grabaciones en vivo donde encontramos mucho de la magia surgida a partir de la improvisación contamos verdaderas joyas como el infaltable Pictures at an exhibition, una adaptación para trío de rock de la inmortal obra de Modest Mussorgsky, por supuesto Welcome back my friends to the show that never ends, otro en vivo desde el mítico y legendario Royal Albert Hall en Londres, Inglaterra y otros más.
Digamos que su lanzamiento definitivo y reconocimiento como gran grupo de rock fue en 1970 en el Festival de la Isla de White, a partir de ese momento su vida en la música fue en un ininterrumpido in crescendo. Difícilmente podríamos definir el momento de la disolución de la agrupación, constantemente iban y venían con constantes trabajos de cada uno de ellos desde lo individual o con otras formaciones musicales, como Carl Palmer en Asia, en donde en un breve período también colaboró Greg Lake.
Han pasado tres años de la muerte de uno de los músicos más completos en el rock, hoy lo queremos recordar en este Banquete, descanse en paz el gran Greg Lake.